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El Teósofo - Órgano Oficial de la Presidenta Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 134 - Número 12 -  Septiembre 2013 (en Castellano)


 

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Al enseñar aprendemos

 

U. S. PANDEY

Secretario de la Federación de U. P. de la Sección Inda de la ST

 

 

En su libro Ocultismo Práctico, HPB dice en un pasaje del “Sendero” de diciembre 1886:

 El conocimiento aumenta en proporción a su uso, es decir, cuanto más enseñamos, más aprendemos. Por lo tanto, Buscador de la Verdad, con la fe de un niño pequeño y la voluntad de un Iniciado, brinda de tu depósito a quien no tiene recursos para consolarse en su peregrinaje.

 Un Maestro de Sabiduría, en una de sus cartas a A. O. Hume dice: 

Los hombres buscan el conocimiento y se agotan hasta morir, pero aún así no se sienten demasiado impacientes por ayudar a sus semejantes con su conocimiento; por esto surge una frialdad, una indiferencia mutua que convierte al que sabe, en incongruente consigo mismo e inarmónico con su entorno. Visto desde nuestro punto de vista, el mal es mucho más grande en el lado espiritual del hombre que en el material.

 Las dos afirmaciones anteriores tienen un significado profundo para todos y especialmente para aquéllos de entre nosotros que practicamos Raja Yoga por medio del estudio, la meditación y el servicio. Cada una de estas partes individualmente está incompleta en sí misma y las tres deben funcionar juntas. Sea lo que sea que estudiemos de la amplia literatura teosófica, debemos meditar sobre su contenido como para digerir y adoptar su esencia en nuestra vida y practicar el servicio de trasmitir esa sabiduría a otros, de modo que pueda ayudarlos a superar su ignorancia.

 La afirmación citada de HPB, de que debemos dar nuestro conocimiento y sabiduría con completa fe como un niño, pero con la fuerte voluntad de un Iniciado, también es importante. Un comportamiento común del hombre, en el que él estudia pero duda de compartir su conocimiento con otros, se debe a indiferencia o a falta de seguridad. Creará desarmonía en su entorno y con sus semejantes porque ellos no podrán ver el punto de vista de su conocimiento.

 También se dice que puedes estudiar y amar al conocimiento en sí mismo, pero también debes estudiar para enseñar al ignorante, o el conocimiento puede demostrar ser una cadena que te ata a los intereses del pequeño yo.

 En Isis sin Velo se menciona que el poder Mágico (Espiritual) existe en cada hombre. El poder espiritual puede manifestarse sólo cuando enseñamos sinceramente lo que sabemos que es verdad, con la máxima disciplina y con el único objetivo de beneficiar a otros ayudándolos a dispersar su ignorancia.

 En La Clave de la Teosofía, contestando una pregunta de si es deber de todo miembro de la Sociedad Teosófica enseñar a otros y difundir la Teosofía, se da la respuesta:

Ciertamente lo es. Nadie tiene el derecho de permanecer ocioso, con la excusa de que sabe demasiado poco para enseñar. Porque siempre puede estar seguro que encontrará a otros que saben todavía menos que él. Además, no es hasta que un hombre comienza a tratar de enseñar a otros, que descubre su propia ignorancia y trata de eliminarla.

 Esta es otra afirmación poderosa y profunda que nos dice que no tengamos ninguna excusa en decirle a otros lo que sabemos y además, que al decirlo nos hará conocer nuestra propia ignorancia y nos ayudará a continuar con un estudio más profundo.

 Se nos dice que “el hombre siempre debería estar tratando de ayudar a la divina evolución de Ideas, volviéndose según sus mejores habilidades un co-trabajador con la naturaleza en la tarea cíclica.” Al enseñarles a otros la sabiduría que hemos obtenido, nos ayudamos a nosotros mismos y también a otros a volvernos co-trabajadores.

 A fin de hacer nuestro estudio de la Teosofía fructífero para nosotros, y útil para los demás, deberíamos aprender con precisión, comprender con una mente abierta, aplicar y enseñar con un corazón dedicado, y el resultado será un servicio sabio a nuestros semejantes. 

Luz en el Sendero dice:

 El lenguaje sólo viene con conocimiento. Alcanza el conocimiento y alcanzarás el lenguaje. Es posible enseñar y ayudar a otros sólo si hemos obtenido alguna certeza propia.

 Krishna en el Bhagavadgitâ al describir varios tipos de sacrificio dice que, por el sacrificio de la sabiduría, la gente percibe al Uno presente en todas partes. El estudio y la enseñanza de la sabiduría profunda, como en la Teosofía, se vuelve un acto de sacrificio de sabiduría por parte de ambos, del que enseña y del otro a quien se da la enseñanza. 

Una de las Beatitudes, las enseñanzas dadas por Jesús como parte de su “Sermón de la Montaña” dice:

 Alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

 Uno de los Maestros de Sabiduría escribió: 

No es suficiente que des el ejemplo de una vida pura y virtuosa y de un espíritu tolerante, esto es sólo bondad negativa. Debes aprender que incluso como un simple miembro, puedes enseñar, adquirir conocimiento y fuerza espiritual para que el débil pueda apoyarse en ti y las afligidas víctimas de la ignorancia aprendan de ti la causa y el remedio de su dolor. Si lo decides puedes hacer de tu hogar uno de los centros más importantes de influencia espiritual en el mundo. 

Annie Besant cita del “Futuro Inmediato”:

 El dinero desaparece al usarlo, pero el conocimiento y el amor se multiplican cuando los das y los compartes con tus semejantes; si tienes conocimiento y lo das, no te vuelves más pobre, tú sabes más porque has tratado de enseñar.

 C. Jinarâjadâsa durante su charla a los que profesan la Teosofía, dada durante la Convención norteamericana en 1949, cita a Blake: “Estudia bien, pero recuerda también el entusiasmo de compartir. El tanque contiene, la fuente derrama; debes ser una fuente y no un tanque que guarda el conocimiento para sí mismo. Todo tu propósito deberá ser como una fuente de modo que lo que hayas obtenido por inspiración, fluya hacia los demás. Al igual que una fuente fluye de modo natural, así el dar nuestro conocimiento a otros debería ser una acción sin esfuerzo y natural.

 Cuando estudiamos algo, en particular ideas nobles y elevadas, sólo producen una impresión temporal en nuestra mente. Es una experiencia común que cuando escuchamos a algún orador sobre un gran tema, aunque podamos comprender sus expresiones al escucharlo, y retener tal conocimiento por cierto tiempo, pronto comenzamos a olvidarlo. Sin embargo cuando les decimos a otros cosas que hemos escuchado o estudiado, en ese proceso de decir esa idea en particular, hace una impresión más profunda en nuestra mente. Al repetir o trasmitir las enseñanzas, la impresión sobre la consciencia se vuelve eterna; a mayor convicción al enseñar, más permanece la impresión.

 Cuando enseñamos algo a otros, allí nos convertimos en dos aprendices. Quien escucha, cuando señala dudas; y quien habla, al responder a tales puntos, ambos obtienen una comprensión más profunda del tema.

 En el estudio de temas de naturaleza más profunda, el manas superior se vuelve activo y comienza a enseñar o a guiar al manas inferior, el que a su vez comienza a transformarse y a volverse uno con el manas superior; esto en realidad se vuelve la práctica del Yoga.

 Por medio de este proceso de aprendizaje-enseñanza con convicción, se producen cambios duraderos en la composición de nuestro cuerpo mental en niveles sutiles y en nuestra naturaleza, la actitud y el modo de ver las cosas cambian. Así por medio de la enseñanza-aprendizaje comenzamos un proceso de transformación de nosotros mismos.

 Cuando estudiamos solos, allí usualmente permanecen ciertos vacíos en la comprensión del tema, particularmente si el tema es de una naturaleza más profunda. Pero cuando tratamos de enseñar lo mismo a otros, nuestra mente subconsciente o nuestro manas superior se vuelve activo al completar algunos de estos vacíos y nuestro aprendizaje se completa.

 De modo que lo que estudiemos no debemos guardarlo para nosotros solamente, tenemos que tratar de encontrar oportunidades de compartirlo con otros; no exhibir nuestro aprendizaje, sino ayudar a dispersar la ignorancia de otros y la nuestra, y por lo tanto acelerar el progreso en el viaje espiritual. Ciertamente, al compartir algunas veces nuestro conocimiento de modo informal, se vuelve más efectivo al ayudar al oyente a disipar la ignorancia. Jñâna Dâna o brindar conocimiento, se considera como la forma más elevada de dádiva.

 

 

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