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El Teósofo - Órgano Oficial del Presidente Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 142 - Número 09 -  Junio 2021  (en Castellano)

 
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La Sociedad Teosófica, jerarquía y personalidad

TIM BOYD

 

            EN los círculos teosóficos tenemos una alta estima por los ciclos, también por el número "siete". De esta combinación de pensamientos, en los albores de la historia de la Sociedad Teosófica (ST), se estableció que cada siete años se llevaría a cabo una elección para Presidente Internacional de la misma. En los últimos años esto nos ocasionó algunos problemas, cuando en el estado indio de Tamil Nadu, donde está registrada la ST, se determinó que el plazo de siete años estaba en conflicto con la Ley de Registro de Sociedades de ese estado, que establecía tres años como límite.

            Al igual que con varias características de los reglamentos de la ST, el gobierno de Tamil Nadu resolvió la cuestión concediendo a la ST una excepción a esta regla. La postura del gobierno fue una combinación de factores: 1) La ST es una organización internacional, lo cual torna difícil manejar la celebración de elecciones trienales, 2) la ST y sus reglamentos existían antes de la Ley de Tamil Nadu y el propio estado de Tamil Nadu y 3) la alta estima que se le tiene a la ST por su papel en la independencia de la India.

            En 2014, tras la pérdida de la Presidente de la ST con más años de servicio, Radha Burnier, fui elegido octavo Presidente Internacional. Consideraba que mi elección para ese puesto era poco probable, al haber estado en Adyar en total tres veces durante los tres años anteriores, durante un máximo de tres semanas. Mi currículum consistía en muchos años de trabajo únicamente dentro de los EE.UU.  —la ST de EE.UU.—  la OTS y en el ámbito local en Chicago, en una comunidad espiritual en la que participé de su fundación, allá por la década de 1970.

            Aunque parte de esta experiencia podría generalizarse y estar relacionada con Adyar, era demasiado para mí. Mi tabla de salvación tuvo poco que ver con mi historia o experiencias y todo que ver con la actitud y el estado de ánimo. Estaba dispuesto. Ya fuera tontería o ingenuidad, acepté la oportunidad de un servicio de mayor magnitud. Mi exposición a la tradición de la sabiduría y a personas profundas dentro la ST que habían sido tocadas en lo más íntimo por esta sabiduría, me dejó pocas opciones.

            Desde el punto de vista organizativo, la ST tiene una estructura jerárquica. Hay una cabeza desde donde fluye la autoridad hacia abajo. Esta es una forma consistente con las tradiciones espirituales a lo largo de la historia. Ya sea el gurú, rabino, imán, rinpoche o abad, la congregación, sangha, templo, hermandad, fraternidad u orden, la jerarquía se encuentra enraizada en nuestro enfoque de la espiritualidad. Dondequiera que encontremos personas realizadas, hombres o mujeres que manifiestan una cercanía a la Unidad y los poderes que se expresan a través de tal conciencia, nuestra tendencia es colocarlos en un pedestal y asimilarlas.

            Es una respuesta natural e inteligente valorar y respetar a quienes nos superan en sabiduría. Un problema distinto que encuentro en organizaciones enfocadas en la espiritualidad es que realmente no sabemos qué es la sabiduría. En la Biblia se dice que “El hombre natural no recibe la cosas del Espíritu de Dios, porque son necedad para él; ni puede conocerlas, porque se disciernen espiritualmente”. La sabiduría genuina a menudo se parece mucho a la locura cuando aparece en nuestro mundo. Los grandes avatares y profetas de la historia transformaron sociedades y transgredieron las normas de la ley y la conducta.

            El Buda abandonó a su esposa e hijo en busca de la iluminación. Al alcanzar la iluminación, su negativa a reconocer las distinciones de castas virtualmente excluyó a los Brahmanes del acceso a sus enseñanzas. El orden social de la época y las leyes de casta les prohibían incluso estar en presencia de las castas más bajas. Si tan solo la sombra de un miembro de la casta "intocable" tocaba a un Brahmin, se requería una limpieza ritual. Jesús aceptó a los marginados sociales como discípulos y rechazó las enseñanzas religiosas de su tiempo. Krishna se involucró en una guerra que provocó la destrucción de la casta Kshatriya (guerrera), en ocasiones dando consejos considerados inmorales para su época. La propagación de las enseñanzas de Mahoma y el crecimiento de su comunidad incitaron a su sociedad a una guerra contra él y sus seguidores.

            J. Krishnamurti afirmó: “No es señal de salud estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma". Lo que parece ser el rechazo de las normas sociales por quienes son genuinamente sabios es, en realidad, una expresión de la imposibilidad de que la sabiduría pueda estar confinada dentro de las limitaciones de la sociedad convencional. El océano no se puede contener en una taza de té. Así es que nosotros juzgamos su presencia por los signos o comportamientos que han condicionado nuestro pensamiento durante milenios. ¿Cómo habla? ¿Es ella culta y erudita en temas de espiritualidad? ¿Pueden citar las escrituras y los grandes Maestros del pasado? ¿Come los alimentos adecuados? ¿Ella usa las túnicas adecuadas? ¿Parece tener poderes paranormales de percepción o curación? ¿Está bien considerado y es aclamado por miembros respetados de la comunidad?

            Todos estos son signos que pueden o no indicar sabiduría. En las tradiciones espirituales de todo el mundo, las personas eruditas o elocuentes han sido confundidas con sabios, en detrimento de otros y de ellos mismos. Cualquiera que haya abrazado un camino espiritual durante algún tiempo ha visto un buen número de gurúes y sacerdotes manipuladores, vegetarianos crueles, rinpoches viles, teósofos ególatras, devotos egoístas y otros que, aunque expuestos a las potentes energías de la tradición de la sabiduría, se han visto frustrados por el desarrollo inadecuado de la herramienta de la personalidad. Siempre que la dirección de una organización y la orientación de sus miembros están investidas en un individuo,  el potencial de incluso un defecto de carácter puede afectar al conjunto.

            H. P. Blavatsky (HPB) señaló una vez que "la personalidad es la maldición de la Sociedad Teosófica, al igual que en todas partes”. Esto no pretendía significar la personalidad en el sentido popular de las afectaciones, cualidades y características de un individuo. Desde la perspectiva de la Sabiduría Eterna, la personalidad tiene el significado específico de la organización de los materiales físicos, emocionales y de los campos mentales o manásicos, que definen y filtran nuestro rango de respuesta.

            HPB se refiere a la personalidad como una maldición, al haberla experimentado dolorosa y repetidamente en sus esfuerzos por compartir parte de la Sabiduría Eterna con el mundo. Una y otra vez fue testigo de cómo las personas bien intencionadas, íntegras y aparentemente bien adaptadas cambiaban cuando eran expuestas al elevado flujo de poder que acompaña incluso el contacto con el conocimiento sobre cosas espirituales, sin hablar de la verdadera sabiduría.

            Es como enchufar un aparato de 110 voltios en un tomacorriente de 220 voltios: a menos que haya un mecanismo para controlar el flujo eléctrico, el aparato se quemará rápidamente. Los materiales que lo componen no son capaces de conducir la corriente a ese nivel. Como todo lo demás, las limitaciones impuestas por una personalidad sin desarrollar no son permanentes, pero se requiere una atención inteligente y rigurosa para construirla con materiales capaces de albergar energías más potentes. La máxima enfatizada por HPB fue: "Primero merecer, luego desear".

            Dado el hecho de que la personalidad es una característica ineludible del ser humano y que es la fuente de todo malentendido, separatismo y egocentrismo, ¿qué se puede hacer para mitigar su influencia en una organización espiritual? Esta es una pregunta que todas las tradiciones espirituales han tenido que enfrentar. Incluso se podría decir que la problemática personalidad humana es el motivo de la aparición de cada avatar y mesías, y del establecimiento de tradiciones que surgen de sus enseñanzas. El punto de partida para todas las enseñanzas espirituales válidas ha sido comprender y superar el dominio de la personalidad y su proyección no examinada en todos los aspectos de la experiencia humana. Ya sea que el enfoque esté en la atención plena o en la unión con lo divino, la dirección universal de la práctica espiritual se basa en algo superior a lo personal.

            Desde la perspectiva de la Sabiduría Eterna, la idea fundamental de jerarquía es que hay una cadena infinita de conciencia en constante expansión y que cada nivel ascendente excede, pero también abarca, el estado anterior. Entonces, aunque más expansiva o "elevada", es inseparable de la condición anterior desde la que ha crecido. No importa que tan alto sea el árbol, no importa cuán amplia sea la vista desde sus alturas, permanece arraigado en la profundidad de la tierra. Comprender esto nos da un vislumbre de las profundidades del Primer Objetivo de la ST: “Formar un núcleo de la Fraternidad Universal…" El nivel de conexión que describimos como "Fraternidad Universal" es un hecho de la Naturaleza. La Unidad, o inseparabilidad radical de la conciencia en todos los niveles, es la base para todo lo que puede describirse como espiritual. El núcleo se forma cuando se disuelven las barreras fijas y divisorias de la personalidad, incluso temporalmente.

            En cierto sentido, el esfuerzo espiritual tiene éxito al reutilizar los instintos de la personalidad: autoconservación y autoengrandecimiento. El énfasis en la cooperación y la compasión como caminos hacia la paz y felicidad y el acceso a capacidades más profundas, gradualmente alejan la atención desde un aislante sentido de yo hacia una ampliada experiencia de conexión. Nosotros vivimos, nos movemos y participamos dentro de un "Gran Todo", que una vez experimentado eclipsa la importancia de nuestro arraigado comportamiento limitante.

            ¿Qué significa liderazgo dentro una estructura jerárquica como la ST, cuyo enfoque es la realización de la Unidad de toda la vida? El axioma Hermético dice: "Como es arriba, así es abajo". La afinidad con lo superior beneficia todo lo que está debajo. El servicio más eficiente a la humanidad resulta de la conexión a órdenes superiores de conciencia y energías que pueden fluir sin impedimento como resultado de esa conexión. En la tradición teosófica se pone gran énfasis en la abnegación como una condición que permite tal conexión. Ya sea un gurú, Dios o un Maestro de Sabiduría, nuestra incapacidad para extender la esfera restrictiva del yo es una barrera para la influencia de estos seres.

            Este problema es tan desafiante para el aspirante sincero como para el practicante ocasional. Una de nuestras grandes dificultades es que los hábitos y prácticas de esta vida y de las anteriores nos encierran en una forma de ver el mundo que es separativa, aislante e intrínsecamente incorrecta. HPB escribió: “La primera necesidad para obtener el autoconocimiento es tornarse profundamente consciente de la ignorancia; sentir con toda la fuerza del corazón que caemos incesantemente en el autoengaño". Una función de una organización o grupo es que proporciona un laboratorio para experimentar el altruismo.

            Debido a la naturaleza de los grupos nos vemos continuamente en presencia de otros cuya personalidad difiere de la nuestra en su constitución. Mientras que reconocemos armonías naturales con algunos, con otros podemos sentir distancia o incluso aversión. Sin embargo, nos vemos atraídos y elegimos estar juntos a propósito. La declaración de la misión de la ST es: “Servir a la humanidad cultivando una comprensión y realización cada vez más profundas de la Sabiduría Eterna, la autotransformación espiritual y la unidad de toda vida". Con esto como una dirección motivadora para nuestro pensamiento y trabajo compartido, nuestro enfoque se eleva más allá de las preferencias, atracciones y aversiones personales. Cuando perdemos de vista esto, perdemos la conexión y frenamos nuestro crecimiento como individuos y como grupo.

            Hay un principio poderoso que atraviesa las tradiciones espirituales. Se ha expresado como "Dondequiera que dos o más se reúnan en Mi nombre, ahí estoy Yo en medio de ellos". "Mi nombre" puede verse de manera diferente dependiendo de la tradición y formación de cada uno como una identificación para una actividad localizada de conciencia y forma. El mismo nombre puede significar una variedad de cosas para diferentes personas según su relación con la “persona”. Un nombre cualquiera describe a una persona que es vecina para algunos, un jefe para otros, un padre o un hijo, un adversario, etc. Una de las causas de tensión religiosa es la ausencia de un nombre para eso que abarca, y sin embargo trasciende, todo nombre, forma y conciencia. Se libran guerras por eso. En el sentido más elevado "Mi nombre" no es una mera palabra. Es como un marcador GPS en un mapa de la conciencia, que nos conduce a un "lugar" de mayor actividad.

            En un sentido jerárquico, en cualquier momento o lugar en el que dos o más personas pueden establecer un enfoque armonioso en una conciencia mayor, esa conciencia se vuelve disponible. Nuestro trabajo dentro de la ST es nada menos que esto. En esta condición, exteriormente, se logran grandes cosas. En el mundo exterior la ST participa de numerosas actividades: escuelas, centros de formación, grupos de curación, bienestar animal, guarderías, entrenamiento antiestrés y más. Todo esto es un trabajo significativo y necesario, pero es la condición interna de una unión cultivada a conciencia y profundamente sentida con nuestros compañeros de trabajo que da vida a estos esfuerzos.

            El poder que es accesible a una conciencia de grupo elevada, al núcleo, excede lo que es posible para el individuo y allí donde el enfoque está en el servicio a los demás o a la humanidad en su conjunto, el grupo se convierte en un conducto para las energías de fuentes elevadas. Nuevas ideas, nuevas formas de pensar, nuevas soluciones para viejos problemas se revelan y de repente se tornan prácticas. Recursos y personas que antes desconocíamos aparecen para ayudar en el trabajo. En palabras de Goethe: “Surgen toda clase de eventos. . . que generan a nuestro favor toda clase de incidentes y encuentros imprevistos y asistencia material que ningún hombre podría haber soñado jamás que vendrían en su ayuda."

            Ya sea una Rama de la ST o un Centro de Estudio o su Consejo General Internacional, el requisito más básico es aprender a pensar más allá de nuestros deseos y necesidades personales. Trabajar juntos como grupo ha sido el experimento en curso que mitiga gran parte de la influencia no deseada de la personalidad. Este enfoque no garantiza que cualquier decisión sea satisfactoria para todos o incluso que sea el mejor curso de acción a largo plazo. Lo que asegura es que está teniendo lugar el movimiento hacia la armonía y el proceso de formar un núcleo.

            Hay una expresión tibetana de que un loro puede vivir hasta los 100 años, pero al final sigue siendo un loro. Se llegó rápido a Abril de 2021: otro ciclo de siete años ha ido y venido y con él mi reelección como Presidente Internacional. ¿Qué hemos aprendido? Hace siete años, en el momento de mi toma de posesión, comenté que la necesidad es responder al "llamamiento constante a la invitación a la apertura, que es la única forma en que nosotros, como individuos, podemos ser transformados y la única forma en que la humanidad puede experimentar la regeneración de la que se ha hablado”. Este es el territorio que continuaremos explorando juntos.

 

 

 

 

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