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El Teósofo - Órgano Oficial del Presidente Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 142 - Número 08 -  Mayo 2021  (en Castellano)

 
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Crisis mundial: La Causa Fundamental – parte II

 

P. Krishna

 

 

El Prof. P. Krishna está jubilado como Director del Centro de Estudios en el recinto de la Fundación Krishnamurti, India, Rajghat Fort, Varanasi y es un miembro vitalicio de la Sociedad Teosófica. Este artículo está basado en una conferencia en línea de la Escuela de Teosofía de Krotona, grabada en Ojai, California, el 15 de Febrero de 2021.

 

En el primer artículo hablamos de lo que considero que son los problemas o desafíos principales que enfrenta la sociedad moderna  en el mundo actual, es decir, grupismo/división, poder generado por la ciencia y la tecnología, desequilibrios ecológicos, dictadura, ruptura de la familia y profunda inercia de la sociedad. Nosotros entramos en la causalidad y en las consecuencias de cada uno de ellos. Hoy plantearemos la pregunta de si estos pueden solucionarse a través de cambios en las leyes, diplomacia, economía y así sucesivamente, o si requieren un cambio interno profundo en nuestra propia consciencia, o la auto-transformación que conduce a la sabiduría.

 

Debemos comenzar a preguntar ¿por qué estamos teniendo tantos problemas cuando por otra parte somos tan inteligentes?  Hemos podido llegar a la luna,   realizar cirugías fantásticas, hemos hecho grandes progresos en medicina, comunicación, transporte y así sucesivamente. Consideramos esos logros como el resultado de la inteligencia humana; aunque esa inteligencia no parece poder solucionar los problemas humanos que hemos enumerado arriba.

 

Continuamos teniendo los mismos problemas de guerra, crimen y desastres ecológicos repetidamente. Más que entre todas las otras especies de la vida. Ellos no han creado ninguno de estos problemas, es algo que hemos creado nosotros los seres humanos. Así, ¿somos realmente inteligentes, o hemos definido la inteligencia de manera no inteligente? Krishnamurti dijo que no hay inteligencia sin compasión. No aceptaba lo que llamamos inteligencia en nuestra sociedad como inteligencia real. La consideraba solamente una habilidad o ingenio, y esa, de acuerdo con él, no es inteligencia real.

 

Nosotros investigaremos esto y examinaremos por qué esta inteligencia no es capaz de solucionar todos los problemas que hemos enumerado, aunque estamos tratando constantemente de solucionarlos externamente usando esa inteligencia para crear nuevas leyes, controlar la economía de mejores maneras, usar la ciencia para hacer cambios, y así sucesivamente. El mismo uso de estos métodos parece crear esos problemas. Ellos pueden solucionar o reducir la manifestación de algunos de estos, pero surgen otros problemas por razones similares. Así, ¿cuál es la causa fundamental de todos estos problemas? ¿Por qué cualquier cosa que afecte a los seres humanos se vuelve un problema? A menos que abordemos la causa fundamental, nunca vamos a terminar con los problemas. Podemos terminar un problema, pero otro surge  de ese y la vida se ha convertido en una serie de problemas que solucionar.

Por ejemplo, estamos tratando de solucionar el problema de la guerra a través de un equilibrio de poder. Se dijo que “el equilibrio del terror produce paz”. Ese es un método externo, que significa que las otras personas  tendrán tanto miedo de nosotros que no se atreverán a comenzar una guerra. Pero puesto que esas personas tienen temor de nosotros, también desean reforzar su armamento, así que se mantiene un equilibrio del terror. Si uno es débil y el otro es fuerte, se da por sentado que habrá guerra y que el fuerte dominará y matará al débil, o lo explotará.

 

Esa es una forma externa de tratar de solucionar este problema. La otra manera es a través de la diplomacia, en la que se llega a una clase de acuerdo, porque siempre hay una causante directa de la guerra, y si ustedes pueden negociar alguna especie de acuerdo entre las dos partes, este los calma por un tiempo. Pero el problema real, como mencionamos anteriormente, es que hay guerra psicológica entre las dos comunidades, o las dos nacionalidades. Hay odio, sospecha, duda y temor entre las dos. No confían una en la otra, no hay amistad.

 

Así, el problema real es mucho más profundo – se halla dentro de la consciencia humana. A menos que pueda ser resuelto allí, no desaparecerá. Similar es el caso con todos los otros problemas que hemos enumerado. La falta de cooperación es porque abordamos la vida con  egoísmo y cuando mis propios intereses se enfrentan con los intereses particulares de otros, hay enemistad y un quiebre de la amistad y cooperación. Puede  deberse a las diferencias ideológicas, diferencias de opinión, de ideas morales acerca de lo que es correcto o equivocado. Estas son las diferentes razones debido a las cuales surgen las divisiones. Podemos tratar de solucionarlas una a la vez, pero eso no elimina la raíz del problema.

 

Finalmente, la raíz del problema se halla en nuestra consciencia. Lo que significa que se requiere un cambio interno en nuestra consciencia, y nuestros presentes métodos están dirigidos al aumento del conocimiento: científico, histórico, comunicación por internet, etc.,-que lo que hace es  aumentar  la habilidad y poder, pero no genera sabiduría, que es lo que necesitamos.

 

Madame H.P.Blavatsky (HPB) y Annie Besant afirmaron claramente que la Teosofía es la religión sabiduría; que el propósito de la Teosofía es crecer en sabiduría. Así ¿cómo crece un ser humano en sabiduría, puesto que el crecimiento del conocimiento no trae sabiduría? En La Doctrina Secreta de HPB, ella cita un corto poema que ilustra la diferencia entre conocimiento y sabiduría:

 

El Conocimiento y la Sabiduría están lejos de ser uno,

muchas veces no tienen conexión.

El Conocimiento habita en las cabezas

abarrotadas de pensamientos de otros hombres,

la Sabiduría en las mentes atentas a sus propias mentes.

El Conocimiento se enorgullece de lo mucho que sabe,

La Sabiduría  de la humildad de saber que no sabe”.

                                                                 William Cowper

 

Estos problemas no han sido creados por las personas a quienes consideramos ignorantes – ignorantes de conocimiento, es decir, los incultos. Estos problemas son creados por mentes altamente educadas con toda clase de grados, como Doctorados, Licenciaturas quienes se convierten en científicos, diplomáticos, dictadores, ejecutivos en el gobierno.

 

Las guerras, los desastres ecológicos, etc., han sido creados por las así llamadas personas “inteligentes”; no son creados por el aldeano ignorante. Él estaba viviendo en armonía con la Naturaleza, comiendo alimentos orgánicos y viviendo en una pequeña granja con unas pocas vacas, en la pobreza, venerando la Naturaleza, y no creando todos estos problemas que hemos causado. Así, nuestros problemas no son el resultado de la ignorancia a  ese nivel, sino ignorancia de un tipo diferente.

 

La ignorancia de la que el Buddha habló como la causa del dolor, no es la ausencia de conocimiento; es la ausencia de sabiduría, que es un producto del auto-conocimiento. Y el auto-conocimiento fue promovido por los budistas  y los hindúes antes que  por Sócrates en el Occidente. El último incluso llegó hasta el punto de decir que el auto-conocimiento es el único conocimiento. No reconoció el conocimiento del mundo externo como el conocimiento del todo. El Buddha consideraba el conocimiento del mundo como una forma inferior de conocimiento y al auto-conocimiento como la forma de conocimiento real, superior.

 

Nosotros respetamos a estas personas como filósofos, como hombres religiosos, ellos llegaron a una profunda transformación en su consciencia, como hizo Jesús; pero no hemos seguido lo que ellos enseñaron. Hemos tratado de descubrir soluciones a nuestros problemas a través de  un conocimiento y habilidades cada vez más grandes. Vimos en el artículo anterior, que el poder sin sabiduría se usaba  destructivamente, y permanecemos inconscientes de la causa fundamental de todo esto. Finalmente es el proceso del ego en nosotros lo que es la causa fundamental de todos estos problemas, y no ha sido abordada. Tanto los seres humanos educados como los incultos están enfocando la vida de forma egoísta porque no hemos aceptado el desafío de eliminar el proceso del ego dentro de nuestra consciencia. Eso demanda el auto-conocimiento, que es la investigación de lo que es verdadero y lo que es falso.

 

Ahora, ¿qué es este ego? ¿Es parte de la Naturaleza? Si observamos, encontraremos que no hay ego en la Naturaleza en ninguna parte. La Naturaleza es sumamente ordenada, obtiene un equilibrio muy delicado y hay una causalidad que sigue las leyes naturales. Algunas veces esa causalidad es útil para nosotros y algunas veces puede ser destructiva; pero no hay intencionalidad ya sea para ayudarnos o para dañarnos. Y es esa intencionalidad lo que es el ego.  Son sólo los seres humanos los que pueden destruir intencionalmente a otros seres humanos o destruir la Naturaleza, y así sucesivamente.

 

Así tenemos este problema del ego y debemos comprender de dónde ha entrado en nuestra consciencia. Los animales no lo tienen, ellos pelean, pero ese es solo su instinto, y lo hacen solamente de una manera muy limitada. Los seres humanos han exagerado eso grandemente porque somos capaces de la guerra psicológica, del odio psicológico y la codicia, todas las cuales provienen de este proceso del ego. Necesitamos comprender lo que es este ego, cómo se forma, y si puede terminarse.

 

Si miramos a un niño recién nacido, no tiene ego. Es muy parecido a un animal joven. Cuando crece adquiere lo que llamamos el ego. ¿Cómo sucede eso? Los niños son extremadamente dependientes de sus padres y de su hogar, y se aferran a su madre y a su padre. Y con razón, porque pasarán casi 15 o 20 años antes  de que puedan aventurarse solos en el mundo. Ellos necesitan consejo, apoyo para su propia seguridad. Así hace el animal joven. También se aferra a la madre. Pero dentro de 3 a 6 meses encontramos que la madre ha dejado de ayudar al joven, sean aves, gatos, perros, o vacas, y los jóvenes aprenden a manejar sus vidas independientemente.

 

En los seres humanos este desarrollo no es sólo a nivel físico, sino también a nivel de la consciencia. Nos volvemos independientes solamente cuando llegamos a tener 20 años o  algo así, y podemos manejar nuestra vida por nuestra propia seguridad. Esta es una larga dependencia, y esa es la razón por la que los seres humanos necesitan crear la institución de la familia, donde las dos personas que dan origen al niño toman la responsabilidad de crear un hogar y criar al niño hasta que pueda funcionar independientemente. Naturalmente, los niños se sienten seguros de pertenecer a su hogar, de estar cerca de sus padres, por lo tanto, crece ahí un apego a la familia. Esto les sucede a todos.

 

Por lo tanto, en un sentido, el ego se desarrolla en todos los seres humanos. Y quizás es necesario, porque si los niños se aventuran por su cuenta, no pueden manejarse a sí mismos y hay un gran peligro para ellos. Esa puede ser la razón de por qué el ego se desarrolla en nosotros. La pregunta entonces es, si uno está permanentemente atrapado en este, o uno puede  dejarlo atrás.

 

Después de todo, un niño pequeño es amamantado por su madre pero a la edad de un año o algo así, es necesario destetar al niño y dejar que obtenga su leche  de otro modo por su cuenta. ¿Es ese tipo de cosa necesario también psicológicamente para nosotros, o estamos permanentemente atrapados en ese estado? Porque finalmente la división proviene de esta identificación con nuestro propio cuerpo, opiniones, familia, religión, cultura, y nacionalidad. Círculos más y más amplios, pero que en todo caso producen una división más allá de eso.

 

Este proceso en la consciencia humana crea el “mí” y el “mío”. Y la mente queda atrapada en este proceso. Una vez que esto ha sucedido, está todo el tiempo preocupada con la seguridad, los beneficios y la defensa del “mí” y el “mío”. Así, la mente  llega a ser como  un abogado personal que se defiende a sí mismo y al “mí” y el “mío” en contra de todos los demás. Eso significa que ya no está buscando la verdad, no está interesado en la verdad.

 

Todo este proceso establece la ilusión del ego. No estamos separados en realidad del resto del mundo viviente, así como  del mundo no viviente; somos una parte íntima de todo eso. Todos ellos son nuestros compañeros, nuestros amigos, pero nos separamos a través de este proceso de  identificación, y es esta ilusión la que constituye el origen de la ignorancia. La ignorancia acerca de la que hablaron el Buddha y Sócrates, que no es falta de conocimiento, es ilusión; y porque es una ilusión puede terminarse percibiendo lo que es verdadero y lo que es falso. Pero la dificultad es que la mente que tiene la ilusión no está consciente que está en la  ilusión, la confunde con la realidad.

 

Vemos la ilusión en el terrorista cuya mente está atrapada en la propaganda, pero somos inconscientes de nuestras propias ilusiones. Ellas crean el desorden en la consciencia como celos, ira, odio, división, finalmente guerras. Y entonces hablamos acerca de la no violencia y tratamos de practicarla, o dominamos nuestra ira. Tratamos de cultivar virtudes y eliminar vicios y usamos nuestro poder de voluntad para hacer eso. Estamos haciendo lo mismo que los gobiernos están tratando de hacer ahí afuera en la sociedad. Cuando solamente estamos tratando de controlar la manifestación de las tendencias del ego en nosotros, también estamos tratando de encargarnos de ella sólo externamente. No estamos eliminando la causa fundamental, y por lo tanto, persisten las ilusiones, no  desaparecen.

 

La transformación de la consciencia no es solamente transformación de ideas que puedan hacerse a través del conocimiento. Todas las religiones han hablado acerca de las que son  acciones virtuosas y cuáles son las malas acciones. Las personas que pertenecen a diferentes religiones han tratado sinceramente de cultivar la virtud y eliminar los vicios. Pero no ha funcionado porque sin sabiduría, sin auto-conocimiento, lo que significa sin una gran visión, no vemos el peligro del ego, no vemos la ilusión como una ilusión; aparece como la verdad.

 

Cuando reconocemos una ilusión como una ilusión, no crea ningún desorden, como con los cuentos de hadas o poesía. Estos tienen bellas metáforas que ilustran algo que sabemos que no es una realidad, así  no la confundimos con la verdad. Pero aquí tenemos una ilusión que estamos considerando que es verdadera y real, o estamos llamándola nuestra cultura, y no somos conscientes de que no es verdadera.

 

Por ejemplo, hay culturas en las cuales no se permite a las mujeres salir fuera de casa o mostrar su rostro a alguien que no sea su marido, y ellos dicen: “Esa es nuestra forma de vida, nuestra cultura, nuestras mujeres son morales y hacen esto, que es nuestra idea de moralidad”. No ven la crueldad en ello; no ven el daño que están haciendo a las mujeres. Incluso las mujeres comienzan  a pensar, “Eso es moral y correcto para mí, y lo acepto”, puesto que crecen con ello.

 

En India, las castas inferiores habían aceptado por siglos que son inferiores que las castas superiores. No es verdad, pero es una creencia muy dominante que continúa. Casta y religión son impuestas a los niños en el momento de su nacimiento. No es algo que ellos descubran por sí mismos. Cuando nacen son convertidos en  Brahmanes, Kshatriyas, o Shudras, dependiendo de la pertenencia particular de la familia, antepasados, o etnia. Pero el estado de la consciencia de una persona, sea bondadosa o cruel, violenta o no violenta, es el hecho; cualquier otra clase de pertenencia no es factual. Cuando damos tremenda importancia a algo que no es importante, eso es también una ilusión. Así, hay muchas de estas ilusiones con las que uno crece, y eso es lo que es parte de nuestro condicionamiento.

 

                                                                                              (Continuará)

 

 

 

 

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