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El Teósofo - Órgano Oficial del Presidente Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 141 - Número 11 -  Agosto 2020  (en Castellano)
 

 
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HPB y los Precursores del Nuevo Arte – I

 

Eduardo J. Gramaglia

 

Eduardo J. Gramaglia, miembro de la TS en Argentina, es conferencista internacional, pianista profesional y licenciado en Filología Clásica, con conocimientos de griego antiguo, sánscrito y latín. Publicó libros y traducciones sobre astrología antigua, y es una persona versada en mitos, religión y escuelas de misterio.

 

 La Teosofía se convirtió en la escuela en la cual artistas y buscadores pudieron encontrar una descripción radicalmente diferente del mundo y del hombre. 1

 

Blavatsky y el Pensamiento Abstracto

 

Este artículo intenta revelar una característica poco frecuente de la contribución que H.P. Blavatsky hizo al mundo del pensamiento: ella será considerada como una fuente de inspiración para los artistas del siglo XX; unos pocos entre ellos serán a su vez presentados como los precursores del Nuevo Arte.

 

HPB, una pianista talentosa2, quien había recibido lecciones de Ignaz Moscheles, un notable pianista y compositor del siglo XIX3, no tenía una opinión favorable sobre la dirección que el arte estaba siguiendo; como amargamente muestra, su incisivo artículo “Civilización, la Muerte del Arte y la Belleza”4. En una casi despiadada alocución, ella sostiene que el egoísmo y el materialismo de la civilización moderna, había conducido a la aniquilación del Arte y la apreciación de la verdadera belleza. Ella enuncia la “escasez de cuadros destacados” en las galerías de arte y la falta de imaginación en los artistas, cuyas “ideas de belleza femenina en la forma … (están) basadas en las apretadas cinturas de avispa de las encorsetadas, escotadas y consumidas “belles” de la sociedad. La civilización había “tañido las campanas mortuorias de las antiguas artes”, y la última década del siglo XIX estaba convocando al mundo “al funeral de todo lo que fue grandioso … y original en las antiguas civilizaciones”. Ni siquiera su contemporáneo -y aclamado compositor- Richard Wagner se salvó de su crítica sobre “las nuevas formas”; su manipulación de “las verdades más sagradas” (por ejemplo, la forma en que usa los antiguos mitos en Parsifal), era para ella una auténtica degradación, un sacrilegio, y una blasfemia”5. Sin embargo, HPB dio solamente escasos y dispersos comentarios de lo que iba a acontecer en el siglo siguiente, el más sangriento, al que el famoso historiador Erik Hobsbawn acertadamente llamó “La Era de las Catástrofes”6. Sin embargo, la medida en la cual su legado contribuyó a inspirar poetas, pensadores y artistas, durante el siglo siguiente no puede ser sobrevaluado. Ella nunca reclamó como suyo este legado, sino como “de aquél que me envió7.

 

En el reino de la poesía, los más agudos y más jóvenes intelectos del siglo han sido influenciados por La Doctrina Secreta8. Algunos, como William Butler Yeats, pertenecían a la Sección Esotérica9 de la Sociedad Teosófica. George W. Russell era un ávido lector de Isis sin Velo y La Doctrina Secreta, como lo fue James Joyce, cuyo Ulises obtuvo mucho material de las obras de HPB.

 

D.H. Lawrence concibió La Serpiente Emplumada bajo la idea del Sol Central, como el alma de todas las cosas; y de acuerdo con Tom Gibbon, T.S. Eliot revela en su trabajo “una correspondencia oculta entre la estructura del cuerpo humano y la estructura del universo”10. Gibbon admite que ambos, The Waste Land (Tierra yerma) y Ulises, están basados en la oculta doctrina de las correspondencias. El nombre de H.P. Blavatsky aparece en “A Cooking Egg” (“Un huevo en cocción”), un poema de 1920, en el cual Eliot confiesa su deseo de ser instruido por Madame Blavatsky “en los Siete Trances Sagrados”.

 

Sin embargo, es en el mundo del Arte, principalmente en la pintura y en la música, que la influencia de La Doctrina Secreta, puede ser detectada más claramente. Nicholas Roerich difícilmente necesita una presentación, ya que es ampliamente conocido por su labor como pacifista, arqueólogo, y especialmente pintor. Ambos, él y su esposa Helena, estuvieron comprometidos en la traducción de La Doctrina Secreta al ruso. Helena es también conocida como la escritora de la serie Agni Yoga. Nicholas, realmente un “Mensajero de la Belleza” como él ha sido llamado, pintó alrededor de 7.000 lienzos inspirados, y fue también un prolífico escritor. Muchos distinguidos escritores lo llamaron “el más grande artista de su tiempo”; además de la perfección de su maestría artística, su creación aportó a la humanidad mensajes espirituales envueltos en una irresistible nueva belleza. Se dijo que el aspecto espiritual de su obra está inolvidablemente impreso en la consciencia de los mejores líderes y pensadores de su tiempo11. Como muchos otros artistas, quienes, en diferentes regímenes, no podían tolerar por más tiempo restricciones a sus esfuerzos, y movido por el pensamiento teosófico de que hay más en el mundo, que aquello que vemos con los ojos, Roerich se propuso descartar lo no-esencial, y crear un lenguaje único de color en el cual la clave era la simpleza12. Él dio menos prominencia a los humanos, y cada vez más a las fuerzas de la Naturaleza y a la Naturaleza misma. No era el hombre lo que él privilegió, sino el lugar de éste en el universo13.

 

Por detrás del arte real, siempre hay pensamiento. En cierta manera HPB avizoró que la brecha entre “el arte pensante” y aquél que es el producto de un materialismo en aumento de la época, alcanzaría su pico en el siglo siguiente. Pero aparte de nuestra opinión personal sobre el arte del siglo XX (estudiantes de ocultismo se inclinan demasiado por adherir a “un punto de vista de edad dorada”, el cual postula que todo lo que es bueno y hermoso inevitablemente pertenece al pasado), es innegable que en este siglo se dio un gran salto hacia lo abstracto.

 

Puede parecer evidente que, mientras la evolución avanza, la consciencia debe sintonizarse cada vez más con la percepción de aquello que no es forma y, más particularmente, hacia el reino de lo abstracto, aquello que es- por así decir- “abstraído de la forma” y enfocado en sí mismo; y pocos saben que fue La Doctrina Secreta la que permitió a Wassily Kandinsky dar su salto revolucionario hacia la abstracción. Hilton Kramer, en su artículo por el centenario del natalicio de este pintor en 1866, indicó que Kandinsky “necesitaba un cuadro teórico para llevar a la pintura más allá del campo de la representación”.

 

El mismo Kandinsky en su Concerning the Spiritual in ART (Respecto de la Espiritualidad en el Arte), admite haber sido inspirado por la ocultista rusa. Más aún, en una nota al pie, Kandisnsky nombra La Clave de la Teosofía de HPB, aunque el Dr. Laxmi Sihare, en Oriental Influences of W. Kandinsky and Piet Mondrian14, claramente admite que fue de hecho en La Doctrina Secreta que el famoso pintor se había enfocado especialmente, en particular sobre la afirmación “es en la doctrina sobre la ilusoria naturaleza de la materia y la divisibilidad infinita del átomo, que toda la ciencia del ocultismo está construida.” Éste -de acuerdo con Sihare - había sido claramente, un factor decisivo que condujo a la eliminación de objetos materiales en los cuadros de los pintores abstractos del siglo XX. Esto fue respaldado por las propias palabras de Kandinsky, tal como registra su autobiografía:

 

La destrucción del átomo fue para mi alma igual a la destrucción del mundo: de repente colapsaron los más pesados muros, y no me habría sorprendido si una piedra se hubiese vuelto invisible en frente de mis ojos. La Ciencia… era solo una ilusión, un error…15

 

 

Kandinsky no fue el único artista en interesarse profundamente en Blavatsky. La búsqueda de valores más universales, y más especialmente, del significado detrás del significado, condujo al fundador del arte abstracto, el muy altamente considerado Piet Mondrian, hacia las filas de la Sociedad Teosófica en 1909.16 Martin James en Art News (Noticias del Arte) apunta particularmente que ideas Neo-Platónicas y Orientales subyacen a las obras de estos artistas.17 “Las ideas relevantes en la discusión de Mondrian proliferaban en numerosos textos y conferencias llevadas a cabo por Madame Blavatsky”, afirma el Profesor Robert Welsh en su artículo “Mondrian y la Teosofía”, configurado como la contribución de apertura en la Piet Mondrian Centennial Exhibition, publicada por el Museo Guggenheim en Nueva York en 1972.18 De acuerdo con Welsh, en su tríptico “Evolución”, Mondrian, “específicamente alude a Doctrina Teosófica de la Evolución, como un factor determinante en la historia del arte…” El comenta:

 

La evolución no es nada menos que la postura básica en el sistema cosmológico expresado por Madame Blavatsky… Esta cosmología es análoga a la mitología Hindú y otras, las cuales destacan un ciclo cósmico, perpetuo de creación, muerte y regeneración.

 

La influencia de Blavatsky en el arte moderno fue signada especialmente por el catálogo que acompañó una exhibición en Los Angeles sobre The Spiritual in Art and Abstract Painting  1890-1985 (La Espiritualidad en el Arte y la Pintura Abstracta), al final de la cual un gran cuadro de HPB se encuentra, junto a un artículo de dos páginas sobre Teosofía. Este afirmaba categóricamente que su obra había promovido ampliamente las enseñanzas ocultas en los tiempos modernos; popularizaba ideas sobre reencarnación y Karma; y alentaba los estudios comparativos en religión, así como también la idea de que las enseñanzas esenciales de las grandes religiones son una. Después de la publicación del presente artículo en inglés, un asistente a dicha exhibición, el coreógrafo inglés Kenneth Archer, me contactó por e-mail brindando generosamente datos notables acerca de la misma19.

(Continuará)

 

 

Notas

1.   An Art of Our Own: The Spiritual in Modern Art, Roger Lipsey (quoted by Sylvia Cranston,

The Extraordinary Life and Influence of H. P. Blavatsky, p. 484).

2.   Caldwell, Daniel, The Esoteric World of Madame Blavatsky: Insights into the Life of a Modern Sphinx, p. 1.

3.  Esto sugiere que HPB puede haber considerado ganarse la vida como pianista professional. Olcott, Old Diary Leaves I:458. See also: Cranston, p. 43.

4.   Lucifer, vol. VIII, no. 45, 1891, pp. 177-186. Collected Writings, Vol. 13, p. 177.

5.“From Keshub to Maestro: Wagner via the Salvation Camp”, The Theosophist, vol. IV, no. 5, 1883.

Collected Writings, vol. IV, p. 333.

6.   Hobsbawm, Eric, The Age of Extremes, Part I: “The Age of Catastrophe”.

7.    La cita de Juan, 7:16, (“Mi doctrina no es mia, sino del que me envia”) introduce el volumen de Antropogenesis de la Doctrina Secreta.

8.   Ireland’s Literary Renaissance, Ernest Boyd.

9.   Cranston, p. 465.

10.    Gibbon, Tom, Rooms in the Darwin Hotel, p. 134–35.

11.    At the Threshold of the New World, Helena Roerich, p. 198.

12.   Drayer, Ruth, N. and H. Roerich, The Spiritual Journey of Two Great Artists and Peacemakers, p. 30. 13. Id. p. 31.

14.    Cranston, p. 485.

15.    Sihare, p. 25. Quoted by Cranston.

16.    Frank Elgar, Mondrian, p. 88. Quoted by Cranston.

17.    Cranston, p. 487.

18. Id.,p.487.

19. Cranston, p. 494. Kenneth Archer es un coreógrafo inglés que recorrió el mundo (incluso el Teatro Colón de Buenos Aires) con la puesta en escena de “La Consagración de la Primavera” de Igor Stravinsky, de acuerdo a la escenografía original de Roerich. Archer estuvo presente en esta exhibición aquí mencionada (Nota del autor).

 

 

 

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