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El Teósofo - Órgano Oficial del Presidente Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 140 - Número 07 -  Abril 2019  (en Castellano)
 

 
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Indagando sobre la verdad y la belleza

 

Barbara Hebert

 

Presidenta de la Sociedad Teosófica en Norteamérica.

Conferencia dada en la Convención Internacional, Adyar, el 2 de enero de 2019.

 

Verdad y Belleza, los conceptos principales sobre los cuales está basado el tema de la Convención Internacional de 2018, son intrínsecos a la visión teosófica mundial, como hemos escuchado de tantos de nuestros oradores. Son principios eternos inherentes a la Sabiduría Eterna. Sin embargo, la tremenda profundidad de estos conceptos eternos requiere estudio, debate y contemplación. Pueden surgir preguntas, tanto desde un punto de vista filosófico como  práctico.

 

Exploraremos algunas de estas preguntas, tales como, ¿Qué es la Belleza desde la perspectiva teosófica? ¿Qué es la Verdad desde la perspectiva de la Sabiduría Eterna? ¿Cuál es la relación entre ellas? ¿Cómo implementar estos conceptos abstractos en nuestras vidas? Como buscadores en el sendero espiritual tenemos un deseo casi instintivo de investigar y finalmente comprender, al máximo de nuestra capacidad, los principios eternos conocidos como Verdad y Belleza.

 

Muchos de nuestros oradores han dicho que la Belleza está en los ojos del espectador. Lo que una persona percibe como bello puede que no sea percibido por la persona siguiente como tal. Lo mismo puede decirse de la verdad… es decir, en el mundo no teosófico. Lo que una persona percibe como la verdad puede no ser percibida por otra como verdad. Vemos esto a menudo en nuestro mundo. Una persona cree que la imagen de Cristo en el crucifijo es bella, mientras otra ve como bella la imagen de Siva de “muchos brazos.” La verdad de una persona es que las malas conductas resultarán en que un individuo pase la eternidad en el ardiente abismo del infierno, mientras la verdad de la siguiente persona es que la consciencia no continúa después de la muerte. Estas diferencias de perspectivas, entre muchas otras, han sido la causa de conflictos y desarmonía entre las personas, tradiciones religiosas y países, desde el comienzo de la historia.

 

Dentro de la tradición de la sabiduría eterna, los conceptos de Belleza y Verdad se perciben de un modo muy diferente. Se comprenden como emanando desde otra área de la consciencia, desde una esfera más allá de este mundo fenomenal en el que vivimos. La profundidad de estos conceptos está probablemente más allá de la comprensión de muchos, sino de todos nosotros; aunque, como buscadores en el sendero de la sabiduría divina, estamos casi obligados a buscar, al máximo de nuestra capacidad, la profundidad del significado detrás de la Belleza y la Verdad. Exploremos lo que significan los conceptos de Belleza y Verdad; cómo están relacionados el uno con el otro; y, quizás lo más importante, cómo podemos incorporarlos, al menos en algún grado, a nuestras vidas diarias cuando transitamos el sendero espiritual.

El lema de la Sociedad Teosófica es: “No hay religión más elevada que la Verdad”. De esto podemos comprender que la Verdad (con V mayúscula) se halla más allá de toda tradición religiosa o espiritual. La Verdad se presenta únicamente como la Sabiduría Eterna. Siempre ha estado y siempre estará. Es la Realidad Última, como opuesta a Maya, el mundo ilusorio en el que vivimos. Un aspecto de la Verdad, como compartido en las enseñanzas teosóficas, es que la vida es una. Esta es la base del primer objetivo de la Sociedad Teosófica. Nosotros, y todo lo que nos rodea, son una expresión de la Vida Una… o comoquiera que podamos escoger llamarla.

 

Dese un tiempo y mire alrededor… todo lo que usted ve es la Vida Una, todas las cosas que ve, hermanos y hermanas; perros, flores, pájaros, insectos, todos estos son expresiones de la Realidad Ultima manifestándose en este mundo fenomenal. Estamos mirando aspectos de la Vida Una. Cuan gloriosa y verdaderamente bella. Expresiones de la Vida Una… Esta debe ser la Belleza. Y estamos rodeados de ella a cada minuto de cada día, si solamente lo reconociéramos.

 

Si la Realidad Ultima, la Vida Una, comoquiera que la llamemos, es la Verdad, entonces también debe ser la forma más elevada de la Belleza. La Belleza es la Verdad y la Verdad es la Belleza. La equivalencia de la Verdad y la Belleza no es una idea nueva. Tagore dijo que la “Belleza es la sonrisa de la verdad cuando ella contempla su propia faz en un espejo perfecto.” John Keats habló de forma muy similar: “‘La Belleza es  verdad, la verdad es  belleza’, eso es todo lo que conocéis en la Tierra, y todo lo que necesitáis conocer.” Aún San Agustín tuvo unas pocas palabras que decir acerca de la relación de la Belleza y la Verdad: “La Belleza es el esplendor de la Verdad”. A esto se debe por qué estamos obligados a buscar la Belleza y la Verdad; cuando encontramos una, encontramos a la otra.

 

No estoy segura si podemos experimentar totalmente la Belleza y la Verdad mientras vivimos en esta existencia física, pero podemos encontrar vislumbres de ellas, momentos de conocimiento interno de que algo está muy bien, tan alegre, tan de otro mundo, tan indescriptible, que sabemos en el fondo de nuestros corazones que es Verdad. Cambia nuestra perspectiva del mundo. Todo lo que vemos y experimentamos tiene ese sentimiento intangible de la Belleza, con una B mayúscula, porque hemos vislumbrado la Verdad.

 

Estas ideas, aunque bellas, son sólo eso, ideas. Debemos movernos más allá del pensamiento y poner en práctica estas ideas en nuestras vidas diarias. Auto-transformación, auto-regeneración, expansión de la consciencia, como quiera que lo llamemos, nosotros debemos cambiar, de modo que podamos cambiar el mundo. Es a través de este proceso de auto-transformación, de auto-regeneración, que comenzamos a incorporar la Verdad y la Belleza en nuestras vidas.

 

Desde una perspectiva muy práctica, es razonable preguntar: ¿cómo hacerlo? Creo que minuto a minuto. Es un proceso que requiere tiempo y esfuerzo. Mientras más podamos permanecer en un estado de tranquilidad y equilibrio, escuchando esa suave voz interna, es más probable que encontremos vislumbres de la Verdad en nuestras vidas diarias. Cuando nos concentramos en la idea de que todo lo que vemos y experimentamos es una expresión de la Vida Una, entonces comenzamos a ver la Belleza en todo lo que nos rodea. Nos esforzamos en vislumbrar la Verdad, vemos la Belleza.

 

Una vez más, suena muy simple decirlo, pero al menos para mí, es muy difícil. Requiere constante atención a nuestros pensamientos, sentimientos, conductas, acciones y reacciones. La anterior presidenta internacional Radha Burnier escribe en su libro Regeneración Humana:

 

Ya que la regeneración es el propósito de la Sociedad, la naturaleza del trabajo debe animar a darse cuenta de lo que estamos haciendo y pensando, de nuestros prejuicios, nuestras aversiones y deseos ocultos. La mente debe volverse más sensitiva, perceptiva e inteligente, y sentir la naturaleza de la vida, su significado y belleza. La regeneración incluye este cambio cualitativo de la consciencia…

 

La auto-observación es la clave. Con la auto-observación, aprendemos a reconocer esos pensamientos, conductas, sentimientos y reacciones que requieren un cambio. Sin darnos cuenta de la necesidad de cambiar, no podemos hacer el cambio. Una vez que seamos conscientes de la necesidad de cambiar, entonces podemos comenzar a efectuar cambios. El primer paso, entonces, es volverse consciente de lo que necesita cambiarse, o, por usar la palabra de Radha, “regenerarse.”

 

Regenerar o cambiar es un proceso. Lleva tiempo y práctica. Me recuerda los bebés que aprenden a caminar. Ellos comienzan a pararse, a ver un mundo totalmente nuevo, y a experimentar un sentido de autonomía e independencia como ningún otro. Luego, comienzan a dar un paso, caen, se levantan y comienzan nuevamente. Así es como nosotros cambiamos también. Comenzamos el proceso a través de la auto-observación y encontramos un mundo totalmente nuevo, y experimentamos la libertad que el cambio puede producir. Comenzamos a hacer los cambios y caemos, o al menos caemos nuevamente en nuestras antiguas costumbres, pero tratamos de nuevo, una y otra vez, hasta que finalmente algún aspecto de la auto-transformación ocurre.

 

Hacer cambios en nuestros pensamientos, nuestras conductas y nuestras acciones y reacciones, nos ayuda cuando recorremos el sendero espiritual. Con optimismo, encontramos que estamos más tranquilos y más equilibrados. Podemos escuchar más fácilmente esa, todavía pequeña, voz interna. Nos acercamos un paso más a esa “esfera de más allá”, y hemos creado un impacto, aun cuando pequeño, en la consciencia de la humanidad. Como dice Rumi:

 

Siempre recuerda que eres más valiente de lo que crees, más fuerte de lo que pareces, más inteligente de lo que piensas y doblemente más bello de lo que nunca habrías imaginado. Ayer fui inteligente, así que quise cambiar el mundo. Hoy soy sabio, así es que yo estoy cambiando.

 

Seamos sabios y cambiemos. De esta manera, muy probablemente, vamos a captar vislumbres de la Verdad y a reconocer la Belleza Eterna de la cual estamos rodeados. Posiblemente vamos a comprender que somos tanto una parte de las gloriosas expresiones de la Vida Una, la Verdad y la Belleza, así como que estamos rodeados de tales expresiones, y que podemos dar un paso más cerca a Una Esfera Más Allá.

 

 

 

 

 

 

 

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