Volver al Índice de Revistas
El Teósofo - Órgano Oficial del Presidente Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 138 - Número 07 -  Abril 2017 (en Castellano)

 
Anterior
Página 10
Siguiente

 

Buscándonos

 

Thich Nhat Hanh

Call Me by MyTrue Names

 

 

He estado buscándote, Venerado del Mundo,

Desde que era un niño pequeño.

Con mi primer aliento, escuché tu llamada,

Y comencé a buscarte, Bendito.

He caminado por tantos caminos peligrosos,

Enfrentado tantos peligros,

Soportado la desesperación, el miedo, esperanzas y recuerdos.

He caminado a las regiones más lejanas, inmensas y salvajes,

Navegué los vastos océanos,

Atravesé las cumbres más altas, perdidas entre las nubes.

Me he quedado muerto, totalmente solo,

En las arenas de los antiguos desiertos.

He guardado en mi corazón tantas lágrimas endurecidas.

 

Bendito, he soñado con beber gotas de rocío

Que brillan con la luz de lejanas galaxias.

He dejado huellas en las montañas celestiales

Y gritado desde las profundidades del Infierno de Avici,

agotado, enloquecido por la desesperación

Porque estaba tan hambriento, tan sediento.

Por millones de vidas,

He anhelado verte,

Pero sin saber dónde buscar.

Sin embargo, siempre sentí tu presencia con una certeza misteriosa.

 

Sé que, durante miles de vidas,

Tú y yo hemos sido uno,

Y la distancia entre nosotros es sólo un destello de pensamiento.

Justo ayer mientras caminaba solo,

Vi el viejo sendero sembrado de hojas de otoño,

Y la luna brillante, colgando sobre la puerta,

De repente apareció como la imagen de un viejo amigo.

¡Y todas las estrellas confirmaron que estabas allí!

Toda la noche, la lluvia de la compasión continuó cayendo,

Mientras un relámpago brillaba a través de mi ventana

Y se levantó una gran tormenta,

Como si la Tierra y el Cielo estuvieran batallando.

Finalmente, en mí la lluvia se detuvo, las nubes se separaron.

La luna regresó,

Brillando pacíficamente, calmando la Tierra y el Cielo.

Mirando el espejo de la luna, de repente

Me vi a mí mismo,

Y te vi sonriendo, Bendito.

¡Que extraño!

 

El cielo azul profundo,

Las montañas nevadas pintadas contra el horizonte,

Y el brillante sol rojo cantando con alegría.

Tú, Bendito, eres mi primer amor.

El amor que siempre está presente, siempre puro, y vigorosamente nuevo.

Y nunca necesitaré un amor que sea llamado el "último".

Tú eres la fuente del bienestar que fluye a través de innumerables vidas atribuladas,

El agua de tu corriente espiritual es siempre pura,

 como lo fue en el principio.

Tú eres la fuente de la paz,

Estabilidad y libertad interior.

Tú eres el Buddha, el Tathagata.

Con mi mente unidireccional

Prometo nutrir tu estabilidad y libertad en mí mismo

Para poder ofrecer estabilidad y libertad a innumerables otros,

ahora y siempre.

 

 

 

 

Anterior
Página 10
Siguiente