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El Teósofo - Órgano Oficial del Presidente Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 138 - Número 05 -  Febrero 2017 (en Castellano)

 
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El Instructor del Mundo, la Teosofía

y la Sociedad Teosófica

 

CLEMICE PETTER

Miembro de larga data de la Sociedad Teosófica en Brasil; ahora es voluntaria en la Sede de la ST en Adyar.

 

El significado de la palabra Teosofía es "Sabiduría Divina". Es bien sabido que la sabiduría no está relacionada con el conocimiento; no surge del proceso del pensamiento; no es resultado del razonamiento o de ningún proceso de la mente. Es un estado del ser que está más allá de la mente, del proceso del pensamiento; sólo comienza cuando la mente está en completo orden, lo que significa que no hay conflicto de ningún tipo. El conflicto termina solamente con la comprensión de aquello que lo crea, que es el proceso del pensamiento.

La Sabiduría Divina es un estado del ser que está más allá de la mente dual, que divide y clasifica. La mente dualista no puede ver el todo simplemente porque su naturaleza es dividir, crea un centro desde el cual aborda todo; de este centro, que es el "yo", surgen todos los juicios, y el pensamiento es el único instrumento que posee. El pensamiento, al ser el resultado del conocimiento, que es la acumulación de información y conclusiones, siempre es del pasado. Esto es obvio, y este pasado muerto acumulado es la fuente de donde surge el pensamiento con soluciones para desafíos que son del momento presente. Está claro que este proceso de acumular cada vez más nunca puede ser nuevo, nunca puede ver lo que está pasando en el momento presente y, al ser así, no puede ver el todo en ninguna situación y por lo tanto siempre creará más y más problemas.

Esta mente egocéntrica está continuamente construyendo muros alrededor de sí misma, aislándose, separándose de los "otros". Este es el modus operandi del ego, y no hay nada que podamos hacer para cambiar su naturaleza, la única posibilidad es entenderlo, verlo, para superarlo. La falacia de que es posible mejorar el "yo", para llegar a ser algo mejor, es lo que impide a la humanidad salir de este modo de vida tribal, en el que ha estado viviendo milenio tras milenio, siempre con la esperanza de mejorar este "yo", sin éxito. Tratar de cambiar la naturaleza del ego, que es egoísta, es lo mismo que intentar cambiar la naturaleza de un perro en la de un gato. Porque no importa lo que uno haga con el perro, éste nunca maullará como el gato, cada vez que abra su boca, ladrará. Del mismo modo, la naturaleza egoísta no puede transformarse en naturaleza altruista, no importa lo que hagamos, la mente egocéntrica siempre pensará en términos de "mí" y "mío", en términos de competencia, el mejor, mejor que, simplemente porque es su naturaleza. Su amor es posesivo o auto-relacionado: el amor por "mi patria", "mi esposa", "mis hijos", "mi familia", etc.

La Teosofía, o Sabiduría Divina, es un estado de ser donde no hay división como el "yo" y lo "mío". No hay sentimiento de separación, no hay clasificaciones, no hay comparación posible, simplemente porque no hay un centro desde el cual comparar. La cooperación es su forma de trabajo. El amor y la compasión son las claves de la acción.

Aquellos que entienden todo el proceso de la mente dualista, por lo tanto, están libres de él, no tienen ningún rastro de egoísmo, han dejado atrás toda naturaleza animalista, andan desnudos en esta tierra; por "desnudos" no queremos decir sin ropa, sino despojados de la carga del ayer, el "yo" y lo "mío". Son seres humanos puros; no contaminados por el "yo" animalista; viven en la dimensión de la sabiduría. No es incorrecto decir que la dimensión de la sabiduría es también la dimensión del Amor y la Compasión; y es debido a que hay Compasión, aquellos que viven en otra dimensión incluso psicológicamente, permanecen en contacto con la humanidad en su estado actual de egoísmo. Esos Seres son los Instructores de todos los tiempos, siempre han estado con la humanidad.

La Teosofía, o Sabiduría Divina, no posee autoría; sólo hay un Instructor, conocido por muchos nombres en diferentes épocas de la existencia humana en esta tierra. Después de todo, el cuerpo humano, a través del cual la sabiduría puede manifestarse, tiene una existencia corta y sería imposible mantener el mismo cuerpo y nombre por cientos de años. Pensar en términos de quién tiene o posee la Verdad es la cosa menos inteligente que se puede hacer, ya que no se puede poseer, es la mente egoísta la que piensa en términos de posesión; la Verdad siempre está ahí para aquellos que están dispuestos a dejar ir todas las conclusiones y el conocimiento, lo que significa dejar ir todas las acumulaciones y caminar solo, sin la influencia de miles de ayeres; la Verdad es una delicada flor de humo, en el momento en que uno intenta sostenerla, se ha ido. No es algo que pueda ser poseído, al igual que uno no puede poseer el viento.

La sabiduría no se puede encontrar en libros, no se le puede dar a alguien, ya que la sabiduría tiene que llegar a ser naturalmente, como una flor que se abre, como la lluvia que cae de las nubes cuando llega el momento. Los libros son útiles sólo si se ven como un mapa que señala el camino, pero para iniciar el viaje uno tiene que ponerse de pie y comenzar a caminar. Quienes han viajado usando un mapa saben muy bien que el verdadero viaje es muy distinto a leer un mapa; sólo seguir leyendo, estudiando el mapa, no te llevará a ninguna parte excepto donde te encuentras ahora. Esperar que alguien pueda transitar el camino por ti y finalmente llegar a destino, que en este caso no es ningún destino, tampoco es posible.

Nadie puede caminar por ti, porque tú y el camino son uno y lo mismo. Todo lo que necesitas y puedes saber está dentro de ti, no hay nada que ocurra afuera. En realidad, no existe la división "dentro" y "fuera".

Cuando uno comprenda este hecho básico, verá que preguntar cuál es el punto de contacto entre las enseñanzas de J. Krishnamurti y la Teosofía, es una pregunta incorrecta. Es lo mismo que si se pregunta "¿cuál es el punto de contacto de la cabeza con el cuerpo?" Para tener un punto de unión, debe existir una separación, tiene que haber dos, pero en ambos casos son una. En el prefacio de La Voz del Silencio H. P. Blavatsky escribió: "Porque a menos que un hombre persevere seriamente en la búsqueda del conocimiento de sí mismo, nunca prestará atención a consejos de esta naturaleza". Es claro que el autoconocimiento es el primer paso y que sin él uno no puede llegar muy lejos. Krishnamurti nos muestra lo que somos en realidad, no como un ideal absurdo. Él da el primer paso con aquellos dispuestos a comenzar a caminar. Sus enseñanzas se refieren al autoconocimiento, al conocimiento de aquello que da forma al yo, que él afirma que es el pensamiento. Krishnamurti dijo que el autoconocimiento no tiene fin, en sus palabras: "Cuanto más te conoces, más claridad hay, no logras nada, no llegas a una conclusión. Es un río sin fin." También dijo que es de un momento a otro que uno puede verse a sí mismo, que el primero es el último paso, y que para ir lejos uno tiene que empezar muy cerca.

Sobre la naturaleza del autoconocimiento Blavatsky escribió en un artículo para la revista Lucifer de octubre de 1887:

Lo que primero se necesita para obtener el autoconocimiento es llegar a ser profundamente consciente de la ignorancia; sentir con cada fibra del corazón que uno está incesantemente auto-engañado. . . . El autoconocimiento de este tipo es inalcanzable por lo que los hombres suelen llamar "autoanálisis". No se alcanza por el razonamiento o cualquier proceso del cerebro, porque es el despertar a la conciencia de la naturaleza Divina del hombre.

Según JK, el autoconocimiento no es el resultado del autoanálisis; él introduce el factor de la percepción interna, que es esencial para ver lo que es; dice que comprender, es transformar lo que es. Él también dijo que la percepción interna no puede ser invitada, podemos dejar las ventanas abiertas pero no podemos estar seguros de que el viento soplará.

El ignorante no es el inculto, sino el que no se conoce a sí mismo, y el erudito es tonto cuando confía en los libros, en el conocimiento y en la autoridad para obtener comprensión.

La comprensión viene sólo a través del autoconocimiento, que es la conciencia del proceso psicológico total. Así, la educación, en el verdadero sentido, es la comprensión de uno mismo, pues es dentro de cada uno de nosotros que se concentra toda la existencia. (La Educación y Significado de la Vida)

Krishnamurti trae una visión revolucionaria al llamado mundo espiritual. Llama la atención sobre el hecho de que la comprensión depende de cada uno de nosotros,   y de nadie más; que nadie puede ayudar en el proceso del autoconocimiento; que uno debe caminar solo, no depender de nadie; que uno necesita ser una luz para uno mismo. Él dijo: "Tú eres el instructor, tú eres el discípulo, tú eres el Maestro; el gurú, tú eres todo."  Él niega la llamada autoridad espiritual, la dependencia de otros para comprender la vida; deja claro de muchas maneras que cada persona es responsable de su crecimiento interior. Él tira todas las muletas que la humanidad ha alimentado cuidadosamente durante miles de años y nos cura de  una parálisis auto-creada e impuesta. Krishnamurti no ofrece comodidad ni muletas, trae la Verdad. Y a veces la Verdad puede ser una píldora difícil de tragar.

En una carta al Segundo Convenio Anual de la Sección Estadounidense de la Sociedad Teosófica (ST) el 22 y 23 de abril 1888, Blavatsky escribió lo siguiente:

La ortodoxia en la Teosofía no es algo posible ni deseable. Es la diversidad de opinión, dentro de ciertos límites, lo que  mantiene a la Sociedad Teosófica como un cuerpo vivo y saludable, a pesar de sus muchas otras feas características. Si no fuera por la existencia de una gran incertidumbre en la mente de los estudiantes de Teosofía, tales saludables divergencias serían imposibles, y la Sociedad degeneraría, convirtiéndose en una secta, en la cual un estrecho y estereotipado credo ocuparía el lugar del vivo espíritu de la Verdad y de un Conocimiento en continuo crecimiento.

A medida que la gente esté preparada para recibirla, se dará nueva enseñanza Teosófica. Pero se dará solamente hasta donde el mundo, en su actual nivel de espiritualidad, pueda beneficiarse de ella. De la divulgación de la Teosofía y la asimilación de cuanto ya se ha dado a conocer, depende cuánto más será revelado y cuán pronto.

En este breve extracto Blavatsky nos advierte que la ortodoxia, que es lo mismo que una creencia aceptada, es contraria a la Teosofía. Que para sobrevivir, la Teosofía necesita espacio para respirar; no puede vivir en un ambiente estrecho y sofocante de conclusiones y credos. Esa diversidad de opiniones, dentro de ciertos límites, es no sólo deseable sino muy necesaria para el vivo espíritu de la Verdad y un Conocimiento en continuo crecimiento. Según sus palabras la Teosofía está en continuo crecimiento, no es un punto fijo o conclusión a la que hay que arribar.

También es importante ver que HPB menciona la importancia de mantener una gran incertidumbre en las mentes de los estudiantes de Teosofía, lo que significa que debemos dudar, cuestionar, tener una mente que está en estado de aprendizaje, no una mente que sabe. Para quienes piensan que saben, nos gustaría compartir una enseñanza que se encuentra en el Kena Upanishad, 3er verso del capítulo 2: "Quien piensa que sabe, en realidad no sabe. Eso [Brahman] no es comprendido por aquellos que dicen entenderlo y es comprendido por los que dicen no entenderlo." Blavatsky nos enseñó que, aquellos que dicen saber, no saben, porque no hay nada que saber. Y Krishnamurti enseña en sus charlas que "si un hombre dice que sabe, desconfía de él por completo”. Esto es bastante obvio, porque el conocimiento, lo que se acumula, pertenece al “yo”, a la mente concreta y es un proceso material; mientras que la Verdad, la Teosofía o la Sabiduría Divina, es de una naturaleza diferente; vive en una dimensión totalmente diferente; no puede ser acumulada, poseída.

HPB dejó en claro que las enseñanzas Teosóficas se darían continuamente en los años venideros. Si se me permite señalarlo, tiene que ser así; la Teosofía, al ser algo vivo, está en constante crecimiento, por lo tanto no se la puede dar de forma inmediata y definida, esto es bastante obvio. Como se mencionó anteriormente, ella dice que "conforme la gente esté preparada para recibirlas, se darán nuevas enseñanzas teosóficas. Que depende de cuánto haya asimilado la humanidad de lo que se ha dado, para evaluar cuánto más se revelará, y en cuánto tiempo". Esto también demuestra que una sola persona no puede dar todas las enseñanzas, debido al factor de envejecimiento corporal. Incluso hablar de todas las enseñanzas es imposible, porque no hay fin, está viva, en constante crecimiento, lo cual no significa que sea un proceso de permanente acumulación, sino que es un movimiento de comprender y dejar ir, y así liberarse para una mayor comprensión. Para estar en un estado de aprendizaje uno no puede "saber", porque el saber cierra la puerta al aprendizaje continuo mientras que la comprensión es un movimiento totalmente distinto. Y también dijo que se darían "enseñanzas nuevas ", lo que significa que sería algo que nadie había dado antes, algo que la humanidad nunca había tenido antes. "Nuevo" no es lo viejo modificado un poco aquí y allá, es algo nunca antes visto.

No vamos a la escuela secundaria llevando con nosotros todos los libros de jardín de infantes con los que aprendimos a leer y escribir, esperando que el profesor comience las mismas lecciones sobre lectura y escritura de nuevo. Debido a que se han convertido en parte de nuestra vida cotidiana, en nuestro ser, podemos seguir avanzando, recibir nuevas enseñanzas y dejar esos libros atrás. De la misma manera comprender y asimilar las enseñanzas Teosóficas es hacerlas parte de nuestra vida cotidiana, de nuestro ser, para que podamos avanzar más y estar listos para escuchar al próximo Instructor. Esto deja claro que una Enseñanza nos prepara para la siguiente; cada Instructor no repetirá una y otra vez lo que ya se ha enseñado, tiene que haber crecimiento. Un niño que constantemente trata de aprender a leer y escribir, sin asimilarlo, no se desarrolla. De la misma manera, la humanidad necesita asimilar las enseñanzas Teosóficas para desarrollarse internamente y avanzar más. La mera repetición de rituales, oraciones y palabras no contribuye a la comprensión, después de todo, la humanidad ha estado orando por la paz durante miles de años y ¿dónde estamos? Para asimilar tenemos que prestar atención a las enseñanzas, tenemos que ser serios al respecto, tiene que haber pasión.

Si queremos mantener a la Teosofía viva en la ST, debemos seguir caminando, siempre aprendiendo, abiertos a lo nuevo y trabajando con la actual etapa humana, compartiendo en todo momento la Verdad dada por el nuevo portador de la antorcha de la Verdad, que en nuestros días es el Instructor del Mundo, anunciado por HPB y Annie Besant: Aquel que caminó por la tierra firmando con el nombre de Jiddu Krishnamurti. Si nos aferramos a los libros y las palabras, perderemos todo y seremos una secta fundamentalista más, y el mundo no necesita otra.

No es justo para la humanidad que se divida el cuerpo de la Verdad y que se ofrezca sólo la mitad del remedio que puede curar todas las miserias y salvar a la humanidad de otras calamidades. El mundo necesita todo el cuerpo vivo de las enseñanzas traídas por HPB y Krishnamurti. Separar el cuerpo de la cabeza mata a ambos, nadie sale beneficiado, ni los que sostienen el cuerpo ni los que sostienen la cabeza. Para los ignorantes y fundamentalistas que dicen que sólo lo que Blavatsky dice es Teosofía o que sólo Krishnamurti tiene la Verdad, nos gustaría recordarles que es este tipo de mentalidad la que ha llevado a la humanidad al presente estado de miseria y degradación. La Sociedad Teosófica se creó para advertirle a la humanidad que este tipo de ideas separatistas y fijas están causando estragos en el mundo, y para enseñarnos esta lección básica y simple.

Blavatsky trae el mapa, diciéndonos que hay otra forma de vida que está más allá de la mente, ella dice: "la mente es el gran destructor de lo Real. Que el discípulo destruya al destructor”. Y Krishnamurti conduce de la mano a quienes están dispuestos a "destruir al destructor" y cruzar a la otra orilla. Seguir leyendo el mapa conduce al fundamentalismo, y viajar sin el mapa es muy difícil. También se dice que el Mundo nunca tuvo todas las enseñanzas necesarias para cruzar con seguridad a la otra orilla. La humanidad ha estado esperando esto desde tiempos inmemoriales, la medicina para toda miseria y degeneración creada por su propia ignorancia. Ahora que finalmente ha llegado, que está en nuestras manos, ¿vamos a negársela a la humanidad? Tan sólo piensa en la crueldad de eso. . . sólo las personas sin corazón son capaces de tal horror. Por favor, deja que el Amor sane la división, la humanidad ha tenido bastante división; ya es hora de permitir que el Amor se manifieste.

También es importante recordar que el mundo occidental ha sufrido con una mente materialista y concreta, que ha estado bajo la influencia de la creencia y el credo durante demasiado tiempo, y piensa en términos de conclusiones, resultados y adquisiciones. Para que la Teosofía sobreviva y esté al alcance del mundo, la ST tiene que mantener su Sede en India, donde la diversidad forma parte de la vida cotidiana, un país que, según su censo, tiene 22 idiomas oficiales y 1.652 dialectos. En su territorio alberga a las siete religiones principales conviviendo juntas, y una continua, ininterrumpida tradición de Seres sabios, nacidos uno tras otro, milenio tras milenio. No estamos diciendo que India es perfecta, o que Mahatmas sólo nacen en India. Estamos diciendo que un ambiente diverso ayuda a desarrollar el discernimiento, y que la mente concreta, sin saber discernir, concluye, y de la conclusión, nace la ortodoxia. Siempre debemos tener presente una enseñanza simple pero poderosa dada por Blavatsky: "Sé humilde, si quieres alcanzar la Sabiduría. Sé más humilde aún, cuando hayas dominado las Sabiduría." Estamos en una jungla creada por nosotros mismos, y no hay nada de qué enorgullecerse. Oriente y Occidente tienen mucho que aprender unos de otros, pero tiene que haber humildad de ambos lados para que sea fructífera. Tiene que haber amor.

En otra carta a la Quinta Convención Anual de la Sección Norteamericana del 26 al 27 de abril de 1891, Blavatsky escribió:

El período que hemos alcanzado en el ciclo que se cerrará entre 1897-8 es, y continuará siendo, de gran conflicto y tensión continua. Si la ST puede resistir todo ese tiempo, bien; si no, mientras la Teosofía permanezca indemne, la Sociedad perecerá, quizás con mucha ignominia, y el Mundo sufrirá.

Quisiéramos llamar la atención sobre el hecho que Blavatsky dejó claro que no podemos dar por sentado que la ST esté fuera de peligro, que si la ST no puede enfrentar sus desafíos con inteligencia y sabiduría, puede perecer; la Teosofía permanecerá indemne, pero el Mundo sufrirá. También está claro aquí que la Teosofía no pertenece a ninguna organización; estuvo, está, y siempre estará allí. Si hemos de trabajar por el bienestar de la humanidad, no podemos tener banderas, simplemente porque la Verdad no tiene bandera. Las banderas son símbolo de separatismo. No importa si es la bandera de la Teosofía, de Cristo, de Krishnamurti, o de Dios, sigue siendo una bandera, y será siempre el símbolo del "yo" y lo "mío", el símbolo de la división. Uno puede ver esto, al mirar lo que sucede en el mundo. El mundo necesita más que nunca, un cuerpo de seres humanos unidos en fraternidad, un cuerpo de verdadera amistad y Fraternidad que reconozca y viva la Unidad de la Vida. Y a los que les gusta dividir y separar, nos gustaría recordarles que dividir y separar no es la consigna de aquellos que trabajan por el bienestar y el progreso humanos. Es exactamente lo opuesto, las divisiones están matando a la humanidad.

También quisiéramos señalar lo que el Mahatma KH tiene que decir acerca de la necesidad de Unidad en Las Cartas del Mahatma:

La  unión  hace  la  fuerza;  y  puesto  que  el  Ocultismo de nuestros días se parece a una "misión desesperada", la unión y la cooperación son indispensables.  La  unión,  en  realidad,  implica  una  concentración  de  fuerza  magnética  y  vital, que contrarreste las corrientes hostiles del prejuicio y del fanatismo.

La única esperanza es la unidad de los que aman a la humanidad, que trabajan por su bienestar y progreso, uniendo esfuerzos para traer agua fresca del río de la Verdad que siempre fluye.

 

 

Cuando haya una revolución radical en la naturaleza misma del pensamiento, sentimiento y acción, obviamente habrá un cambio en la estructura de la sociedad.

 J. Krishnamurti

 

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