Vol. 138 - Número 05 - Febrero 2017 (en Castellano) |
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Cultivando la semilla
Tim Boyd
Discurso inaugural de la Convención de la Sección india, el 1 de enero de 2017 Me gustaría desear a todos y cada uno de ustedes el más feliz, más próspero y más saludable Año Nuevo. Para muchas personas existe la idea de que el Año Nuevo es un día como cualquier otro, pero creo que es auspicioso que la Convención de la Sección India inicie este nuevo comienzo reconocido en nuestro año. Año Nuevo es un día especial porque elegimos hacerlo así. Me gusta mucho el pensamiento que fue expresado por uno de los grandes eruditos islámicos, cuando alguien señaló que "el profeta Mahoma es sólo otro hombre". La respuesta del estudioso fue: "Sí, Muhammad es sólo otro hombre de la misma manera que un rubí es sólo otra piedra". En este día nos permitimos la oportunidad de dar voz a nuestras aspiraciones para el próximo año. Todas nuestras oraciones para cada uno de nosotros, para esta Sociedad Teosófica que tiene un gran significado para nosotros -y esperamos que todavía conserve su significado y vitalidad en el mundo- y nuestros deseos y bendiciones se expresan en este día, y es la Convención India la que inaugura este momento especial para el mundo teosófico el 1 de enero. Así que es un día importante en ese sentido. Como todos sabemos, la ST tuvo sus comienzos en la ciudad de Nueva York. Fue fundada allí, pero algo crítico y especial ocurrió tres años después de su fundación: los Fundadores y este movimiento llegaron a la India. Fue sólo en ese momento que este movimiento comenzó a florecer. Estos son hechos. Algo cambió cuando la ST aterrizó en este suelo, y en 1882 este mismo lugar en donde nos sentamos ahora se convirtió en su sede internacional y lo ha sido desde entonces. Es un lugar sagrado, como sus propias influencias. Alguien podría preguntar: "¿Qué hay de especial en este lugar?" Este suelo es tierra como cualquier otro. A los ojos de un botánico este lugar tiene valor hortícola, para un empresario es una oportunidad financiera, pero a la vista del ojo interior, de los que están conectados a este movimiento teosófico, este lugar es mucho más que eso: se habla de "El Hogar de los Maestros". Creo que para aquéllos de nosotros que nos permitimos esos momentos de tranquilidad, que a veces son difíciles cuando asistimos a convenciones como ésta, en medio de miles de hermanos y hermanas que, como nosotros, tienden a ser bastante habladores, y también tienden a llevar teléfonos celulares que también hacen ruido; sin embargo, aquellos momentos ocurren cuando estamos quietos, abiertos, sensibles a las vibraciones que están aquí entre nosotros siempre, pero de alguna manera están concentradas y más disponibles cuando nos reunimos. Convenciones siempre hay, lo que es bastante notable para mí. Tanto trabajo, ocupación y actividad preceden a estos tiempos. Este año tuvimos un ciclón. Una de las fuerzas más destructivas y poderosas del mundo natural atravesó este lugar. Ciertamente, el ciclón Vardah causó mucho daño, pero en cierto sentido esta crisis -como en todas las crisis que experimentamos en nuestras propias vidas y en nuestro trabajo para la Sociedad Teosófica- es también una purificación. Por cualquier razón, cada uno de nosotros ha encontrado su camino hacia el movimiento teosófico. Podemos describirlo de muchas maneras -para algunos fue una conferencia, un libro, una persona- pero en todos los casos hay una apertura que ocurre dentro de nosotros, una conciencia; podemos incluso llamarlo un recuerdo de algo profundamente presente en nosotros cada momento. Lo recordamos, lo vemos, lo sentimos y cuando nos damos cuenta de que dentro de este movimiento está más claramente expresado, nos comprometemos. Así que año tras año desde hace 141 años, llegamos a este lugar, nos reunimos por este breve momento en el tiempo, por la oportunidad de concentrarnos, calmar nuestras mentes, escuchar con el oído externo, pero principalmente escuchar con el oído interno, y quizás de vez en cuando tenemos la experiencia de no sólo escuchar, sino escuchar la Voz, sentir la presencia de lo que está detrás de este movimiento exterior que describimos como la Sociedad Teosófica. Es una oportunidad maravillosa que cada uno de nosotros ha tenido en esta vida, para conectar con este movimiento una vez más. No importa cuánto vivamos. Nuestro tiempo aquí es breve. Cada momento está lleno. Es rico en potencial. Pero el potencial es algo extraño. Benjamin Franklin, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos de América, hizo el comentario de que "un genio sin educación es como la plata en una mina". El potencial está ahí, pero sin cultivar, es inexpresado. Tenemos la oportunidad, en presencia de cada uno, de refinar estos vehículos que nos han dado, o más correctamente, que nos hemos dado a nosotros mismos por nuestros pensamientos y acciones pasadas, para hacerlos más utilizables, más transparentes, más ajustados a los propósitos de los grandes Fundadores internos de este movimiento. Una de las bellezas de esta sección india es que es en este suelo donde la semilla de este movimiento ha sido plantada en los corazones de nosotros como personas. Nuestro papel no es llegar a ser conocedor, o sabio, o llegar a ser buenos, grandes, mejores o más reconocidos teósofos. El papel simple de cada uno de nosotros es nutrir la semilla, proveer las condiciones para que esta semilla que está presente dentro de nosotros se exprese y crezca. Cómo lo hacemos es de lo que hablamos en estas reuniones. Éstas son las cosas que vamos a llevar de nuevo con nosotros y a tratar de implementar. Pero la extraordinaria oportunidad de este ambiente en Adyar es poder estar quietos, sentir la presencia y la vida en la que nos sentamos, respiramos y nos movemos. Por los breves momentos en que estamos abiertos y conscientes, cuando permitimos que esta presencia más profunda nos llene, para tener su camino con nosotros, y para expresarse en este mundo, es una cosa hermosa que hacemos aquí juntos. Siempre me honra ser invitado a inaugurar esta sesión. Le dije al hermano S. Sundaram y al grupo de personas que vino a mi oficina para invitarme, que un correo electrónico habría sido suficiente. Pero la belleza de esto es que para nuestra sección india no sería suficiente. Personalmente es la manera en que fui invitado y personalmente es la manera en la que he tratado de comunicarme al hablar hoy. Una vez más, estoy muy feliz de estar aquí con ustedes. Espero hacer esto en los próximos años. Gracias, Feliz Año Nuevo, y bendiciones para todos nosotros y nuestro movimiento.
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