Vol. 137 - Número 12 - Septiembre 2016 (en Castellano) |
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La enseñanza teosófica y el mensaje de Krishnamurti
CHITTARANJAN SATAPATHY y DEBASHREE DAS Vicepresidente internacional de la Sociedad Teosófica, Adyar. La Sra Debashree Das es una miembro de Pune Lodge, Sección inda.
La enseñanza teosófica nos ha llegado de los grandes Maestros de Sabiduría, a través de sus cartas y escritos, mediante los primeros pioneros de la Sociedad Teosófica (ST), en particular la señora H. P. Blavatsky. Ha habido una gran cantidad de literatura teosófica producida durante los últimos 140 años, pero ninguno de los líderes teosóficos afirma haber inventado la Teosofía. Los elementos esenciales de las enseñanzas teosóficas son repeticiones modernas de verdades antiguas, que no son exclusivas de ninguna nación, civilización o época determinada. Es por eso que a la Teosofía se la describe como diferentes tipos de sabiduría: antigua, perenne, eterna, siempre joven, perpetua y literalmente también significa sabiduría divina. Es sabiduría antigua en el sentido de que ha descendido desde los tiempos más remotos, no que sea vieja o anticuada. Está basada en la verdad eterna, que no es afectada por el tiempo. Así pues, tiene tanta validez y valor ahora como siempre la ha tenido. No es la sabiduría concebida por alguien, sino aquella que existe en la Naturaleza y espera ser descubierta por cada uno de nosotros. Esta sabiduría eterna está relacionada a la naturaleza de la vida, de la humanidad y del universo en su conjunto, y a cómo estamos relacionados internamente con todos los seres y cosas que nos rodean.
Como afirmaba a menudo N. Sri Ram, ex presidente de la Sociedad Teosófica, esta enseñanza eterna nos dice que hay un principio primordial no creado y universal, puramente espiritual y que se puede experimentar en las profundidades de la conciencia humana. Este es el Principio al cual nosotros y todo lo demás que existe están igualmente relacionados. Pero tenemos una capacidad de conciencia a través de la cual podemos realizar la verdad en ese Espíritu, que es su verdadera naturaleza. Esa verdad sólo puede manifestarse en una conciencia que está preparada para ello. Se despliega desde el interior. Por lo tanto, existe esta posibilidad para que podamos desplegarnos desde el interior, desde ese centro que existe en nosotros como también en todo lo demás. Esta es quizás la verdad más importante en la filosofía que llamamos la Sabiduría Eterna o Teosofía.
Vamos a explorar así mismo si esta sabiduría eterna se relaciona con las enseñanzas de J. Krishnamurti, un maravilloso maestro moderno, y cómo lo hace. En una reunión en Eerde, dijo:
Yo sostengo que hay una Vida eterna que es la Fuente y el Objetivo, el principio y el fin, y sin embargo, es sin fin o principio. Solo en esta Vida está la realización. Y cualquiera que cumpla esta Vida tiene la clave de la Verdad sin límites. Esa Vida es para todos. Esa Vida no tiene forma como la Verdad no tiene forma, ninguna limitación. Y a esa Vida todos debemos regresar.
Su mensaje ha venido a nosotros no sólo de sus numerosas charlas, sino también de su vida y la forma en que vivió. Reiteradamente él nos recordaba que el maestro no era importante, sólo las enseñanzas lo eran, porque necesitamos encontrar la verdad por nosotros mismos y esto requiere una transformación interior. También fue muy particular al decir que no debería haber intérpretes de sus enseñanzas, porque ellos las distorsionan.
En el Boletín No. 7 de 1970, de la Krishnamurti Foundation Trust, Inglaterra, Krishnamurti dijo: "Ningún intérprete es necesario, porque cada persona debe observar sus propias actividades y no según alguna teoría o autoridad." El 10 de julio de 1973, dijo que las Fundaciones Krishnamurti (Inglaterra, India y Estados Unidos) no tenían autoridad en materia de enseñanzas, ni para enviar propagandistas o intérpretes de las enseñanzas. A principios de 1956 (6ª conferencia de Nueva Delhi), él había dicho en términos fuertes: "Todos los intérpretes son traidores porque no son experimentadores originales, son simplemente repetidores de segunda mano de algo que creen que alguien más ha experimentado y que ellos piensan que es verdad. Por lo tanto, tengan cuidado con los intérpretes."
Encontramos una sorprendente similitud en la Teosofía con Krishnamurti recordándonos que el maestro no es importante. Uno de los principales puntos fuertes de la Sociedad Teosófica es la "libertad de pensamiento" de sus miembros, consagrada en una resolución aprobada en 1924 por su Consejo General. En él se aclara que "ningún maestro o escritor desde Blavatsky en adelante, tiene autoridad para imponer sus enseñanzas u opiniones" a otros. Esto garantiza que un miembro de la ST sea libre de tener cualquier opinión o seguir cualquier escuela de pensamiento. Tal libertad es una condición sine qua non, o necesidad, para que un miembro realice la Verdad por sí mismo. Además, una de las Grandes Verdades que se da en El Idilio del Loto Blanco y se repite en Luz en el Sendero es: "Cada hombre es su propio absoluto legislador, dispensador de gloria o de obscuridad para sí mismo; aquel que decide su propia vida, su recompensa, su castigo ".
Las enseñanzas teosóficas y el mensaje de Krishnamurti son acerca de algo sublime, incapaz de expresarse plenamente en palabras, más allá del mundo del pensamiento. Ambos requieren ser abordados con gran sensibilidad. Las comparaciones precipitadas están destinadas a llevarnos a conclusiones erróneas. Un famoso santo místico de los últimos tiempos, el Yogi Ramsuratkumar era un seguidor de Sri Aurobindo, Ramana Maharshi y su gurú, Swami Ramdas. Cuando Krishnamurti puso su mano en la cabeza de Ramsuratkumar al final de una charla, este último dijo que tuvo su realización final:
Krishnaji es para los no creyentes. Para los creyentes, hay un número de Maestros que deben seguir. Pero para un verdadero no creyente, ¿cuál es el recurso? Por lo tanto, Krishnaji eligió términos totalmente diferentes, pero aceptables para los no creyentes. Les aseguro que Krishnaji nos da la misma esencia que cualquiera de los grandes Maestros, pero expresado en términos opuestos. A continuación hay otra cita del Yogi Ramsuratkumar:
Mi Maestro, el Swami Ramdas, enfatizó que todo está en el nombre. Cuando leí a J. Krishnamurti, con igual reverencia e interés, descubrí que él decía, "no hay nada en el nombre". Estaba perplejo. ¡Dos declaraciones diametralmente opuestas! Yo también sabía que ambas expresiones provenían de grandes Maestros. Swami Ramdas había fallecido. Entonces busqué a Krishnamurti para aclarar esto.
Fui a Madras, Krishnamurti había ido al valle de Rishi. Fui allí, no pude encontrarlo en privado. Krishnamurti luego fue a Bombay, lo seguí. Tampoco allí pude hablar con él. Regresó a Madras. Lo seguí implacablemente. Estaba ansioso por tener aclarada mi duda por este Maestro vivo. En Madras, me dijeron que no podía hablar con él.
Una mañana temprano esperé en el jardín de Vasanta Vihar, esperando que Krishnamurti bajara y me encontrara. ¡Lo que pasó no lo puedo describir como sueño, visión o realidad! Pero esto es lo que sucedió: Krishnaji vino directo a mí. Me postré ante él. Después de algún tiempo me levantó y me puso las manos en los hombros. Dijo en su dulce voz: "Ambos decimos lo mismo". Luego se fue.
Estaba en éxtasis. Mi duda fue erradicada. ¡Sí! ¡Tanto "El nombre es todo" como "El nombre no es nada" transmiten en esencia la misma verdad. La presencia total (purna) y la ausencia total (sunya) significan exactamente la misma, única, indivisible Unidad!
Es fácil encontrar aparentes contradicciones, en superficie, entre las enseñanzas teosóficas y las de Krishnamurti. Pero una reflexión madura y sensible refleja lo contrario. Aryel Sanat, en su trabajo fundamental, La Doctrina Secreta, Krishnamurti y Transformación, encuentra lo que él llama conexiones inesperadas previamente entre La Doctrina Secreta y la obra de Krishnamurti. Según él, una comprensión psicológica de La Doctrina Secreta muestra que su esencia, tal como la de las intuiciones y observaciones de Krishnamurti, es la transformación humana. Señala que los Maestros y HPB enseñaron una forma de vida de la que se esperaba que un teósofo no fuera alguien que simplemente sostuviera ciertas creencias, sino alguien que viviera una vida de transformación, ya que sin la transformación psicológica la comprensión permanece meramente a nivel intelectual y no en una realización de la Verdad. La conclusión de Sanat es que las enseñanzas de Krishnamurti no parecen diferentes cuando entendemos La Doctrina Secreta, no usando solo la clave metafísica, sino también las claves míticas y psicológicas, y nos damos cuenta de que ambas enseñanzas apuntan a la necesidad de transformación interior. Mientras Krishnamurti habla de morir de instante en instante, la Teosofía habla de la muerte de la personalidad.
Se sabe que las palabras limitan. Esta es la razón por la que se subraya desde tiempos antiguos que la verdadera comprensión de la Verdad viene sólo a través de experiencias. En este contexto, aprendemos de los Maestros de Sabiduría: "Volúmenes de la información construida más perfectamente no pueden revelar al hombre la vida en las regiones superiores. Tenemos que obtener conocimiento de los hechos espirituales por experiencia personal y desde la observación real."
La Sra. Radha Burnier, ex Presidente de la Sociedad Teosófica, fue una gran exponente de Teosofía en los últimos tiempos. No sólo era amiga de Krishnamurti, sino también alguien que no encontró ningún conflicto entre su mensaje y las enseñanzas teosóficas. Ella observó que Krishnamurti era una encarnación inspiradora de una mente libre de apego. Él brindó abundante afecto incluso a los extraños; su afecto desapegado era tan cálido, que era difícil para la gente no sentirse especial. El consejo de Krishnamurti era: "Mantente libre, no te apegues." La mente no debe aferrarse a nada, ni siquiera al Maestro. El apego es fuente de celos, decepción y agitación, y un serio obstáculo para la amistad, la confianza mutua y el trabajo conjunto en cooperación.
Radhaji dio ejemplos de la vida real de Krishnamurti para ilustrar cómo el desapego a los recuerdos y la libertad de las expectativas es la naturaleza de la mente pura. La profunda sabiduría de Krishnamurti fue demostrada por su gran sentido de igualdad hacia todos y ecuanimidad en todas las situaciones. Radhaji señala que la definición del yoga en el Bhagavadgitâ es el equilibrio interior, samatvam yoga uchyate fue ejemplificado en la vida de Krishnamurti. Ella dijo que el completo significado y las implicaciones de algunas verdades expresadas desde la antigüedad se volvieron más vivas viendo lo que Krishnamurti hizo, dijo, y dejó de decir, que leyendo cualquier comentario sobre ellos. En cierta ocasión, terminando una charla, ella dijo que en los siglos venideros la enseñanza de Krishnamurti continuará energizando la mente humana, porque no es una enseñanza común.
Pablo Sender es otro escritor y orador prominente que dice que las enseñanzas de Krishnamurti y de HPB, así como las de sus Maestros, se complementan y derraman luz una sobre la otra. Él explora su profunda semejanza en un artículo titulado "Las enseñanzas de Krishnamurti y la Teosofía". Aquí hay un ejemplo del artículo de Pablo Sender:
JK: Mientras el "yo" esté activo y creando una proyección, no hay posibilidad de darse cuenta de la realidad. HPB: El Ego espiritual sólo puede actuar cuando el Ego personal está paralizado.
Aquí hay otra:
JK: No sé si ha notado que hay comprensión cuando la mente está muy tranquila, incluso por un segundo; hay un destello de comprensión cuando la verbalización del pensamiento no está. Sólo experimente con él y verá por sí mismo que tiene el destello de la comprensión, esa extraordinaria rapidez de discernimiento, cuando la mente está muy serena, cuando el pensamiento está ausente.
KH: Es sobre la superficie serena y plácida de la mente imperturbable que las visiones recogidas de lo invisible encuentran una representación en el mundo visible. De lo contrario, usted buscaría en vano esas visiones, esos destellos de luz repentina que ya han ayudado a resolver tantos de los problemas menores y que por sí solos pueden llevar la verdad ante los ojos del alma. Es con cuidado celoso que tenemos que guardar nuestro plano mental de todas las influencias adversas que diariamente surgen a nuestro paso a través de la vida terrena.
Podríamos pensar que esto es Krishnamurti hablando. Suena muy parecido a él. Pero es una cita de Las Cartas de los Mahatma a A. P. Sinnett, la Carta núm. 11.
Pablo Sender concluye que las enseñanzas de Krishnamurti no se oponen a las enseñanzas teosóficas, sino que son una parte integral de ellas, porque la obra teosófica involucra dos aspectos: el filosófico-metafísico y el experimental-psicológico. Si sólo tocamos el primero, entonces la Teosofía se presenta como teoría sin relación con la vida, y no ofrece herramientas para la auto-transformación.
Vale la pena llamar la atención sobre el trabajo de otro teósofo de toda la vida y seguidor de Krishnamurti. Relativamente desconocido, J. K. Patnaik se lo veía tan simple y ordinario para el mundo exterior que era difícil entender su profunda comprensión de la Teosofía y de las enseñanzas de Krishnamurti. Un pequeño libro dictado por él, titulado, Donde la Teosofía se reúne con Krishnamurti fue publicado póstumamente. El modelo de conciencia que tuvo en una visión, proporciona no sólo un vínculo entre ambos, sino que nos muestra una manera práctica de beneficiarse de la Teosofía, así como de las enseñanzas de Krishnamurti.
El hombre es consciente en los planos físico, astral y mental, pero no es habitualmente consciente de sus cuerpos más sutiles. Los métodos tradicionales de las prácticas espirituales le permiten al hombre hacer progresos horizontales en estos planos inferiores, que lo conducen a poderes psíquicos o siddhis inferiores. Krishnamurti y HPB advierten sobre los peligros de tales poderes en sus respectivos libros: A los Pies del Maestro y La Voz del Silencio. El verdadero progreso espiritual requiere de un progreso vertical, un salto cuántico al siguiente nivel más allá de los tres planos inferiores, que es el plano búdico. Sólo cuando el hombre es consciente en el plano búdico o intuitivo, el sentimiento de separación terminará y estaremos liberados del ciclo de nacimientos y muertes.
Según Patnaik, se requieren dos condiciones para que uno sea consciente en el plano superior: la actividad en los planos inferiores debe detenerse y debe activarse un número suficiente de átomos raíces en el plano superior. Él cree firmemente que las enseñanzas de Krishnamurti, que tienen una profundidad extraordinaria, pueden ayudar a pacificar los átomos raíces del plano inferior y activar los átomos raíces de los planos superiores para despertar la conciencia en esos niveles. Esta es quizás la razón por la que Krishnamurti prohibió la interpretación y alteración de sus enseñanzas. Se produce una claridad extraordinaria cuando la mente está muy alerta y no hay pensamiento, ni intención ni esfuerzo mental, un estado a menudo referido como "conciencia sin elección". Uno necesita tener una mente silenciosa sin movimiento del pensamiento, sin elección en cuanto a lo que uno quiere o no quiere. La conciencia sin elección y la lectura sin esfuerzo de las enseñanzas de Krishnamurti pueden conducir a la comprensión en un destello y a la experiencia de algo vasto e ilimitado.
La comprensión sólo tiene lugar en un instante, no con el transcurso del tiempo o a través de la acumulación de conocimiento de libros, etc. Usted ve algo inmediatamente o no lo ve en absoluto. (J. Krishnamurti, 3a charla pública, Saanen, 11 de julio de 1963)
Referencias 1. J. Krishnamurti: Una vida, Mary Lutyens, p. 267. 2. El Idilio del Loto Blanco, Mabel Collins, p. 119. 3. <yogiramsuratkumar.in/pages/bless.html>. 4. Las Cartas del Mahatma a A. P. Sinnett, (Cr. Ed.), V. H. Chin, Jr, Ed., Carta n. 65, pág. 168. 5. Donde la Teosofía se encuentra con Krishnamurti, J. K. Patnaik, Set Publications, Cuttack, 2013. 6. La Doctrina Secreta, Krishnamurti, y la Transformación, Aryel Sanat, <www.teosofia.com/ transformation1.html>. 7. "Krishnaji como Yo Le conocí", Radha Burnier, The Theosophist, mayo de 1994, vol. 115,8 p. 309. 8. "Las Enseñanzas de Krishnamurti y La Teosofía ", Pablo Sender, The Theosophist, diciembre 2004, vol. 126.3, pág. 93. 9. "Indagación e Identidad", V. Ganesan, The Mountain Path, junio de 1991, pp. 41-48.
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