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El Teósofo - Órgano Oficial del Presidente Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 137 - Número 11 -  Agosto 2016 (en Castellano)

 
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MAESTROS TEOSOFICOS,

BUDDHA y el BUDISMO

 

Wayne Gatfield

Presidente de la Rama Bolton, Sección Inglesa de la Sociedad de Teosófica

 

 

En Galle, Sri Lanka, el 25 de mayo de 1880, Madame H. P. Blavatsky y el Coronel H. S. Olcott “tomaron el pansil”, es decir fueron formalmente reconocidos como budistas. En su Old Diary Leaves, Vol. 2, el Coronel Olcott escribe: “Nosotros nos habíamos declarado ser budistas mucho antes, en América, tanto privada como públicamente, de modo que ésta era solo una confirmación formal de nuestras declaraciones anteriores”. Luego, él agrega:

Yo declaro que si el Budismo tuviese un solo dogma obligatorio, no habríamos tomado el pansil… Nuestro Budismo era el del Maestro-Adepto Gautama Buddha, idéntico a la Religión Sabiduría de los Upanishads, y el alma de todas las antiguas religiones.

 

Así ¿por qué HPB y el Coronel Olcott proclamaron ser budistas? Para comprender esto tenemos que considerar a los Maestros Teosóficos que nos entregaron las enseñanzas.

En Las Cartas de los Mahatmas a A. P. Sinnett el Maestro KH dice que los “Jefes quieren una ‘Fraternidad de la Humanidad’, que comience una real Fraternidad Universal”. Ellos en varias ocasiones proclamaron ser seguidores del Buddha. Uno de los Jefes recién mencionados, conocido para nosotros como el Mahachohan, declaró en una carta:

 

Que nosotros, devotos servidores de ese espíritu encarnado, de abnegación absoluta, de filantropía, de divina bondad, como de todas las más altas virtudes accesibles a este triste mundo; que nosotros servidores del hombre por excelencia, Gautama Buddha, le permitiéramos a la Sociedad Teosófica representar la personificación del egoísmo, y dar refugio a unos pocos que no dedican ningún pensamiento a la multitud, he aquí, hermanos míos, una rara idea.

 

Gautama Buddha nació alrededor del año 621 AC y solo fue uno de una larga línea de Buddhas. Fue parte de un linaje espiritual que se remonta a millones de años. Está claro que la Sociedad Teosófica se inició para continuar el trabajo del Buddha en el sentido que iba a seguir el sendero de compasión que enseñó el Buddha. Luego, en la misma carta el Mahachohan expresa:

 

Entre algunas observaciones hechas por los europeos sobre el Tibet y sobre la jerarquía mística de los “Lamas perfectos”, hay una que ha sido correctamente formulada y expresada en estos términos: “Las encarnaciones del Bodhisattva, Padma Pani o Avalokitesvara, la de Tsong Kapa y la de Amitabha,  renuncian al morir a alcanzar el rango de Buddha: “es decir el Summun bonum de la beatitud y de la felicidad individual personal, a fin de renacer una y otra vez “para servir a la humanidad”.(Rhys Davids) En otros términos, a fin de poder quedar sujetos a la miseria, al aprisionamiento de la carne y a todas las tristezas de la existencia, siempre que un semejante sacrificio, repetido en el curso de largos y melancólicos siglos,  les permita asegurar la salvación y felicidad venidera de un puñado de hombres escogidos  en una sola de las numerosas razas humanas.

 

La Teosofía enseña que los deberes del Dalai Lama del Tibet son más transitorios y políticos; se dice que él es una encarnación de Avalokitesvara, en tanto que los deberes del Tashi Lama o Panchen Lama son más espirituales. Se dice que ellos son las encarnaciones de Tsong Kha Pa, quien reformó el Budismo en el siglo 14 DC. La percepción del mundo externo es la opuesta. También, el Panchen Lama de esa época se dice que ha estado en contacto con los Maestros Teosóficos que viven en los Himalayas. Si esto aún es verdad, se abre a conjeturas dado el hecho de que los chinos supuestamente secuestraron al Panchen Lama y lo reemplazaron por uno de su propia elección.

 

Durante la vida de H. P. Blavatsky se comprendió muy poco respecto al Budismo. Ahora han cambiado los tiempos y hay muchas más escrituras budistas traducidas por verdaderos practicantes, no solamente intelectuales como eran en la época victoriana; y las traducciones son mucho más exactas e imbuidas de espíritu. El único libro en esa época que contenía tal espíritu era La Voz del Silencio, traducida por H. P. Blavatsky. Este libro introdujo el concepto del Bodhitssatva al occidente y enseñó el sendero de compasión y los medios de alcanzarlo, siguiendo el Sendero de las paramitas. Esto no fue nada nuevo, se había conocido en el oriente durante siglos, pero H. P. Blavatsky fue la primera en traerlo a la atención de occidente.

 

Se acepta que el Sendero de las paramitas es el único seguido por aquellos que desean hollar el sendero del Bodhisattva en contraste con el sendero auto-centrado del Buddha Pratyeka. Estas paramitas están enumeradas en La Voz del Silencio como:

 

1. DANA, la llave de la caridad y el amor inmortal.

2. SHILA, la llave de la Armonía en la palabra y en la acción, la llave que equilibra la causa y el efecto, y que no deja ya lugar a la acción Kármica.

3. KSHANTI, dulce paciencia, que nada puede alterar.

4. VIRAGA, indiferencia al placer y al dolor: la verdad solo se percibe cuando se ha vencido la ilusión.

5. VIRYA, la intrépida energía que desde el cenagal de las terrenas mentiras, lucha abriéndose paso hacia la excelsa VERDAD

6. DHYANA, cuya puerta de oro, una vez abierta, conduce al Narjol (un santo o adepto) hacia el eterno reino de Sat y su contemplación perfecta.

7. PRAJNA, cuya llave hace del hombre un Dios, constituyéndole en Bodhisattva, hijo de los Dhyanis.

 

En el Budismo estas son llamadas las seis perfecciones porque la cuarta, viraga, no está incluida en la enseñanza budista tradicional. Se dice que son diez de ellas para el sacerdocio comprometido.

 

La posición dada a Gautama Buddha por los Maestros es muy elevada y se afirma que era un hombre de la sexta ronda y que, aún con el transcurrir del tiempo, tendría que reencarnar en un nivel mucho más elevado. En Las Cartas de los Mahatmas a A. P. Sinnett, Carta XVII, el Maestro KH afirma:

 

Se diferencia de los otros hombres tanto en su apariencia física como en espiritualidad y conocimiento. Sin embargo, se libró de más encarnaciones sólo en esta tierra; y cuando los últimos hombres de la sexta ronda del tercer anillo desaparezcan de esta tierra, el Gran Instructor tendrá que reencarnar en el planeta siguiente. Sólo que, puesto que Él sacrificó la beatitud y el Reposo Nirvánico por la salvación de sus semejantes, renacerá en el más elevado, en el séptimo anillo, del planeta superior. Hasta entonces Él regirá cada diez mil años (digamos más bien y añadamos que ya “ha regido”) sobre individuos escogidos que generalmente, cambiaron el destino de las naciones. Véase “Isis”, Vol. I pp. 34 (último párrafo) y 35, (primer párrafo).

 

Y el Maestro KH escribió a A. O. Hume:

 

Nunca hubo una época dentro o antes del así llamado periodo histórico en que nuestros antecesores no estuvieran formando sucesos y “haciendo historia”, hechos que fueron posterior y constantemente deformados por “historiadores” para satisfacer los prejuicios contemporáneos. ¿Está usted completamente seguro que los personajes heroicos visibles en los dramas consecutivos no eran a menudo solo sus marionetas? Nosotros nunca afirmamos que podíamos arrastrar a las naciones en conjunto a esta o aquella crisis a pesar de la corriente general de las relaciones cósmicas del mundo. Los ciclos deben cursar sus rondas. Los periodos de luz mental y moral, y oscuridad se suceden el uno al otro, como el día a la noche. Los yugas mayor y menor deben llevarse a cabo de acuerdo al orden establecido de las cosas. Y nosotros, llevados por la poderosa marea, solo podemos modificar y dirigir algunas de sus corrientes menores.

 

Así, debemos recordar que Gautama Buddha no es solo un personaje del pasado sino una entidad viva, todavía activa en el mundo. Él es el cuarto Buddha en esta ronda y el quinto maestro espiritual, como el primero fue un Dhyan Chohan y como lo será el último. El Dhyan Chohan cubrirá la brecha desde una ronda a la siguiente.

 

Lo importante de recordar es que los maestros espirituales vienen en nuestra ayuda periódicamente y hay ciclos dentro de ciclos, ruedas dentro de ruedas; existen los grandes maestros tales como el Buddha y otros menores. La Teosofía nos dice que hay un muro guardián que protege a la humanidad de caer víctima de aún peores males en esta era de Kali u oscuridad. Los maestros superiores pueden dirigir a ciertos individuos para influenciarlos por el bien de la humanidad, aunque ellos probablemente sólo plantan ideas en sus mentes y dejan a los individuos o grupos que los lleven a una práctica real.  Así, tenemos que comprender que estamos siendo ayudados y observados. Un ser muy elevado se dice que es el Vigilante Silencioso quien voluntariamente ha renunciado al nirvana para ser la fuente de todos los maestros menores. Y Krishna en el Bhagavadgita dice que él aparecerá siempre que haya un aumento del mal en el mundo.  Krishna es en un sentido nuestro Yo Superior, y si tenemos confianza y verdadera fe siempre llegará a nuestro rescate cuando estemos enfrentando un peligro de cualquier tipo. En un nivel diferente la misma fuerza trabajará para el bien de todo el planeta.

 

El Budismo está generalmente separado en dos partes, las escuelas Mahayana e Hinayana o Theravada. Se dice que la primera está más en armonía con la doctrina del corazón que proviene del corazón de Buda y la segunda de su cabeza, orientada más intelectualmente. El Sutra del Loto, que se dice que es una de sus últimas enseñanzas, introduce la idea del ekayana, el vehículo único, expresando que los otros vehículos eran solo preparatorios de la enseñanza final, la que acentúa que todos tenemos la naturaleza del Buda.

 

Esta es la nota clave, no solo de Buda sino de todos los grandes maestros a lo largo de la historia. Ellos vinieron a despertarnos a nuestras verdaderas naturalezas y nos dieron todas las sugerencias en cuanto a cómo alcanzar esto, pero no reglas dogmáticas creadas por el hombre. Pienso que tenemos que encontrar nuestro propio camino para alcanzar la meta; lo principal es llegar a ser consciente de que somos seres espirituales y comenzar a actuar como tales.

 

Nosotros seguimos reglas en la religión, etc., pero muchas de estas son solamente las que ciertas personas han considerado que son conducentes a su propio desarrollo. Es realmente un proceso de hágalo usted mismo, pero se necesita la guía de aquellos que se han ido antes. Es alentador saber que hay quienes voluntariamente han venido a la tierra a mantenernos en contacto con quienes somos realmente, especialmente durante tiempos difíciles. También tenemos nuestro propio gurú cuando comenzamos a despertar; nuestro propio Yo Superior. El Mahachohan escribió:

 

Todos nosotros debemos librarnos de nuestro propio Ego, del yo ilusorio y aparente para reconocer nuestro verdadero Yo en una vida divina trascendental. Pero si no queremos ser egoístas, es necesario forzarnos para mostrar esta verdad a nuestros semejantes y hacerles reconocer la realidad de este Yo trascendental, de este Buddha, Cristo o Dios, de todo predicador.

 

Los budistas llaman a este verdadero yo el hombre o mujer verdaderos. Es quienes somos en realidad cuando hemos quitado todas las máscaras. Los confucianos anteponen al nombre de un adepto con ‘Humano Real’. Nosotros nos volvemos humanos cuando tomamos la posición de ser seres espirituales, cuando actuamos y trabajamos desde esa posición; aún si fracasamos cien veces volvemos y lo intentamos como dicen los Maestros.

 

Nosotros somos parte de una jerarquía, mientras nos separamos de la idea material de una jerarquía. Significa que la consciencia desciende a través de toda una multitud de Seres hasta que nos alcanza, pero en nuestra esencia somos esos Seres; compartimos el mismo espíritu, es solo que ellos han despertado a él más de lo que lo hemos hecho nosotros. Hay solamente una consciencia y la idea de la separatividad es una ilusión. Hay solamente varios grados de estar despiertos.

 

Creo que deberíamos sentirnos animados por el hecho de que la parte real de nosotros es intocada por todo lo que sucede en el mundo a nuestro alrededor. En el análisis final, aquellos en el lado de lo Bueno, lo Verdadero y lo Bello no pueden ser derrotados. Si existen quienes matan el cuerpo, no pueden matar el Espíritu. La consciencia es la incitadora de la Divinidad dentro de nosotros; sofocar la consciencia es volverse un alma muerta. Y muchos en este mundo son animados a sofocar su consciencia y volverse duros de corazón.

 

Generalmente el mundo basa sus pensamientos y acciones en suposiciones equivocadas. Las personas tratan de apegarse a la vida y prolongarla, sin saber lo que es la vida realmente. La vida es vida, continúa por siempre y esta tierra es una de las manifestaciones más limitadas y estrechas de ella; lo que llamamos “muerte” es en realidad una expansión de la vida, una puerta a una existencia más grande.  Un paso más cerca de lo que somos en esencia.

 

Buda enseñó mucho acerca de la transitoriedad de esta vida terrenal, pero lo hizo para  impelernos a encontrar una comprensión más amplia de lo que somos internamente y para guiarnos a avanzar en el sendero a la Inmortalidad.

 

En la época en que se fundó la Sociedad Teosófica, los Maestros podían ver la forma en que el mundo se estaba conduciendo y decidieron intentar continuar el trabajo que el Buda comenzó y que había estado haciendo periódicamente durante siglos a través de muchos individuos y grupos. Así, ellos iniciaron una organización para hacer justo esto; liberaron un poco más de información acerca de la constitución del hombre y del universo para ayudar a continuar este proceso. La motivación fue siempre permitirles a los miembros de la Sociedad obtener el conocimiento para ayudar a otros. Para formar una Fraternidad Universal de la Humanidad sin distinción de raza, credo, sexo, casta o color y no solamente obtener conocimiento para nuestro propio uso. Este trabajo continúa hasta hoy y es tan importante, como siempre, comprender esto y continuar viviendo y promoviendo las legítimas enseñanzas teosóficas.

 

 

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