Vol. 137 - Número 08 - Mayo 2016 (en Castellano) |
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¿Es La Voz del Silencio sólo para místicos?
CHITTARANJAN SATAPATHY Vice-Presidente internacional de la Sociedad Teosófica, Adyar. Charla dada en el Congreso de Sur de India, 2015
H. P. Blavatsky dedicó La Doctrina Secreta a "todos los verdaderos teósofos, de todo país y de toda raza, pues ellos la han pedido y para ellos ha sido escrita." En el caso de Isis sin Velo, HPB la dedica lo mismo 'a la Sociedad Teosófica. . . para estudiar los temas tratados en este libro". La Clave de la Teosofía fue dedicada por ella 'a todos sus discípulos para que aprendan y puedan enseñar a su vez.' La Voz del Silencio fue, por el contrario, 'dedicada a los pocos". No se indicó quiénes eran estos pocos. Además, tampoco es el caso que un libro esté destinado sólo para aquellos a quienes puede haber sido dedicado por el autor. Muy a menudo se da el caso de que un libro puede estar dedicado a una o más personas, pero está disponible para cualquiera que desee comprar y leer el libro.
En el prefacio de La Voz del Silencio, HPB aclara que este libro proviene del "Libro de los Preceptos de Oro", y también aclara que el "Libro de los Preceptos de Oro" es una de las obras que se ha puesto en manos de estudiantes místicos del Oriente, porque su conocimiento es obligatorio. Hacia el final del prefacio, afirma además que se ha pensado mejor hacer una juiciosa selección solamente de los tratados que mejor se adapten a los pocos místicos verdaderos de la Sociedad Teosófica y que con seguridad responderán a sus necesidades.
Tal vez estas palabras de HPB han llevado a algunas personas a pensar que La Voz del Silencio es una obra que está pensada para los “místicos reales” en la Sociedad Teosófica. Sin duda, de lo que dice HPB podemos claramente concluir que 'La Voz del Silencio' y los dos fragmentos incluidos en el libro, son adecuados para los estudiantes místicos. Ella también dice que los estudiantes místicos son aquellos que aprecian las palabras de Krishna, y cita del Bhagavad Gitâ, capítulo II, versículos 11, 12:
Los sabios no se afligen ni por los vivos ni por los muertos. Jamás he dejado yo de existir, ni tú, ni ninguno de estos príncipes, ni tampoco dejará de existir en lo venidero ninguno de nosotros.
Sin embargo, por lo mencionado, es difícil concluir que este libro no es adecuado para los demás o que nadie más, aparte de los místicos debería leerlo. Por otro lado, la propia HPB indica en la portada del libro que es "para el uso diario de los Lanoos (discípulos)”, lo que demuestra inequívocamente que el libro está destinado a todos los aspirantes y no sólo para los místicos. Sería una gran pérdida si este maravilloso y pequeño libro, escrito en un lenguaje poético y sublime con vividas imágenes, tuviera que estar fuera del alcance de los estudiantes, laicos y discípulos.
Durante la vida de Madame Blavatsky, el libro se popularizó entre los teósofos. Ella le escribió a su hermana Vera Petrovna de Zhelihovsky en febrero de 1890: 'La Voz del Silencio, aunque es un libro pequeño, simplemente se está convirtiendo en la Biblia de los teósofos’. No podemos decir que la Biblia sea sólo para los místicos y no para los seguidores laicos. Como dice un comentarista 'probablemente la mejor manera de tomar todo el tratado, es asumir que está escrito para un absoluto principiante (un principiante o novato), con mucho entre líneas para el místico más avanzado'. (Frater O.M.) El 14º Dalai Lama dice, “creo que este libro ha influido fuertemente en muchos sinceros buscadores y aspirantes a la sabiduría y la compasión del Sendero del Bodhisattva”. D. T. Suzuki, el autor japonés, dice: 'Aquí está el verdadero Budismo Mahayana'.
No es sin motivos que HPB indica que el libro debe usarse diariamente. Cuanto más uno lee este pequeño libro (cabe en apenas 20 páginas tamaño A4), se alcanza mayor profundidad. Indica cuánto más trabajo necesitamos hacer progresivamente en esta vida y en las vidas de ahora en adelante. A medida que avanzamos con el libro, él sostiene un espejo que nos muestra dónde estamos y, además, indica el sendero que debemos seguir. No nos da ningún tipo de promesas falsas, nos indica las dificultades que se avecinan, sin desalentarnos e indicando claramente lo que se encuentra al final del sendero. A veces, el sendero es descrito como un arduo camino, lleno de escollos, a veces se insinúa que es como una escalera, apoyada en el fango, pero que su cima está perdida en la luz gloriosa. A veces el sendero se describe como cruzando a través de las aguas y dirigiéndose a la otra orilla. Como Radhaji a menudo solía señalar, realmente no hay un sendero real que nos lleva de un lugar a otro, ya que todo está ocurriendo dentro de nosotros mismos.
Quizás este es el momento oportuno para relatar una anécdota del libro de Mark Lee: “Llamando a una puerta abierta: Mis Años con J. Krishnamurti”. Alguien le dijo a Krishnaji que Emily Lutyens (la esposa de Edwin Lutyen), en su libro “Velas en el sol”, dijo que Rukmini Arundale pasó por cinco iniciaciones en un breve periodo de quince días. Krishnamurti de repente se sentó y preguntó: “¿Sabe que es la iniciación? Usted no sabría qué es ni siquiera la primera iniciación”. Continuó seriamente:
El discípulo se acerca al maestro que está sentado al final de una cueva que parece un largo túnel. Una voz áspera retumba dentro: '¿qué es lo que quieres? Tu no eres apto para nada, vete.' Si el discípulo es serio y persistente regresa después de un tiempo y la misma voz grita y dice lo mismo. El discípulo, a pesar del rechazo, sigue viniendo durante un período de tiempo. Entonces un día, para su sorpresa, encuentra a la entrada de la cueva un figura esculpida de sí mismo; tal vez los ojos son crueles, la mandíbula prominente y las líneas faciales exudan codicia y avaricia. Cualesquiera que sean las contorsiones, se da cuenta de que la figura es él. Como ve esto con un sentimiento incómodo y ansioso, la voz le llama desde el final del túnel: 'Ve lo que eres, vete y haz algo'. El discípulo se va, reflexiona, cambia y continúa regresando. A medida que cambia, madura, suaviza y deja ir sus gustos, aversiones y apegos, también la figura sufre un cambio gradual. No hay ninguna respuesta desde dentro de la cueva. Ahora la comunicación es sólo con la figura sentada fuera del túnel. Este proceso continúa hasta que cae la mayoría de las acumulaciones del ego. Entonces un día, la voz grita su nombre. Hay mucho cariño en la voz y el Maestro dice: 'Entra' y lo recibe. Se trata de la primera iniciación. (Cuento de primera mano del Dr. S. Balasundaram en su libro, No-Gurú, Gurú).
Somos afortunados de tener una información de lo que es el proceso inicial de alguien que sabe, como es Krishnaji. En cada uno de los tres fragmentos publicados bajo el título La Voz del Silencio, HPB intenta darnos una visión lo más detallada posible de los procesos involucrados en el progreso de un aspirante. Todo el libro no es de fácil comprensión. Por su propia naturaleza, las instrucciones esotéricas nunca son muy concretas. La plena comprensión de una etapa, se dice que viene solamente cuando un aspirante ha escalado esa parte y está llegando hasta ahí. No se trata tanto de comprender el significado literal de las instrucciones esotéricas como de contemplar o reflexionar sobre ellas y ponerlas en práctica paso a paso. HPB tomó tres Fragmentos del ‘Libro de los Preceptos de Oro’ y los reunió bajo un título. Quizás es seguro suponer que éstos son tres Fragmentos separados y no tres continuos. Por ejemplo, la elección indicada entre los dos senderos al final del segundo fragmento, sólo se puede ejercer cuando el aspirante alcanza el séptimo y último portal descrito al final del tercer fragmento. En cierto modo, los tres Fragmentos describen tres enfoques para el mismo objetivo, pero en cierto sentido se complementan mutuamente.
Muriel Daw, teósofa y budista, señala que en la edición original de La Voz del Silencio se colocó una línea de separación bajo la primera frase, convirtiéndolo en una sub-título para la totalidad del Fragmento 1. El título era "La Voz del Silencio" y el subtítulo era "Estas instrucciones son para aquellos que ignoran los peligros de los iddhi inferiores." Ella dice que los subtítulos indican que todo el Fragmento se refiere a la técnica de la meditación, incluyendo los peligros que surgen por del uso de las facultades psíquicas.
En cuanto al segundo Fragmento, para obtener una buena comprensión de su tema central, uno necesita comprender qué es un "bodhisattva". Es un palabra sánscrita que significa 'uno cuyo ser o esencia (sattva) es iluminación pura (bodhi).' A nivel humano, cualquier persona cuya esencia esté guiada únicamente por el deseo de alcanzar la iluminación para ayudar a los demás, puede conocerse como un bodhisattva, el gran modelo es el Príncipe Gautama, que era un bodhisattva hasta el momento de la iluminación que lo convirtió en un Buda. Es imposible ayudar a otros sin sabiduría, por lo tanto la lucha por la iluminación debe venir primero. Sólo entonces puede uno elegir entre dos Senderos. Según una versión, incluso Gautama el Buda tuvo dificultad en la elección. Se dice que después de que él se iluminó, continuó sentado bajo el árbol durante siete días disfrutando la dicha que había encontrado. A continuación consideró tratar de ayudar a otros con el conocimiento recién adquirido. Él pensó: "Es muy difícil, nadie va a comprender." Entonces los dioses le convencieron diciendo: "Sí, muchos son ignorantes; sin embargo, hay algunos que tienen muy poco polvo en sus ojos. "
El voto de Bodhisattva es el motivo y el sendero de entrenamiento para todos los budistas Mahayana, que es: "Alcanzar la iluminación por el bien de todos los seres responsivos." El aspirante a bodhisattva no está interesado solamente en la iluminación personal, sino en la iluminación de todos. Muriel Daw señala que la señora Blavatsky, a menudo, se refería a sí misma en términos humildes como el más bajo de los chelas. Por lo tanto, tal vez es una idea inusual pensar en ella como un bodhisattva. Sin embargo, sólo alguien que ha tomado tal Voto podría haber sido aceptada por sus maestros; y considerando su vida, ¿podría dudar, cualquiera de nosotros ni por un momento, que todas sus energías se dedicaron a absorber tanta Sabiduría Antigua como pudo, y luego pasarla a los demás? Ella también dice que desde el momento en que uno se compromete con el Voto, (el punto alcanzado al final del segundo Fragmento, "Los Dos Caminos"), uno se convierte en un Bodhisatva en ciernes.
En el tercer Fragmento, HPB describe el Sendero de las Pâramitâs, virtudes o perfecciones trascendentales. Ella dice:
O tejedor de tu libertad, tienes que dominar estas Pâramitâs de la perfección - las virtudes trascendentales en número de seis y diez - a lo largo del difícil camino.
En la instrucción Nº 3 de su Escuela Esotérica, HPB cita de una carta recibida de su maestro:
Las seis y diez virtudes trascendentales (la Pâramitâs) no son exclusivamente para yoguis maduros y sacerdotes, sino para todos aquellos que podrían entrar al Sendero. . . .
Parecería por lo tanto que para el entrenamiento espiritual, incluso gente laica como nosotros, podría beneficiarse de saber más acerca de este particular camino hacia la iluminación.
En el tercer Fragmento titulado ‘Los Siete Portales’, HPB nos presenta las seis Pâramitâ-s:
1. Dâna – dar, generosidad 2. Sila – moralidad, preceptos 3. Kshânti – paciencia 4. Virya – vigor, energía 5. Dhyâna – meditación 6. Prajñâ – sabiduría
En el medio ella introduce un nuevo elemento llamado Virâga entre la tercera y la cuarta, que designa como el portal de las tentaciones.
Más allá de las Pâramitâ-s, seis hasta Prajñâ, hay cuatro que son importantes para saber sobre aquellos que han cruzado los siete portales así como para aquellos que son principiantes. A veces estas son llamadas "Las Cuatro Grandes Perfecciones":
7. Upâya –medios hábiles 8. Pranidhâna – voto 9. Bala – poder 10. Jñâna – iluminación (sabiduría)
Estas Pâramitâ-s implican mucho más que sus significados ordinarios. Por ejemplo, la Pâramitâ Dâna no se refiere simplemente a la perfección de dar, sino que implica la perfección, más allá de dar. No se trata de dar algo que no necesitamos o que hay de sobra y queremos deshacernos de ello. La perfección que está más allá de dar, implica generosidad desinteresada, como una madre que alimenta a un niño mientras ella permanece hambrienta, es el desarrollo de una actitud de desapego y de no-separatividad. Una vez que la Pâramitâ Dâna se entiende como la perfección más allá de dar, uno se eleva a una etapa donde hay pura alegría de dar, y un aspirante sabe que él está en el camino correcto. Por cierto, no se limita sólo a dar cosas materiales, sino también dar dones de la enseñanza, intrepidez, e incluso nuestra propia vida. Este es el caso con todas las otras Pâramitâ-s. La Pâramitâ Sila por ejemplo, ha de entenderse como la perfección más allá de los preceptos o la moralidad. Consta de los cinco elementos (generalmente conocidos como Pañchasila):
1.- No matar – respeto por la vida 2.- No robar – respeto por la propiedad de otros 3.- Ninguna mala conducta sexual – respeto por nuestra naturaleza pura 4.- No mentir – respeto por la honestidad 5.- No consumir intoxicantes – respeto por una mente clara
Éstas también se pueden resumir brevemente como inofensividad, no tomar lo que no es dado, y la purificación de cuerpo, palabra y mente.
No es el caso que estas Pâramitâ-s deban alcanzarse por separado o estrictamente una tras otra. La práctica de una, ayuda en la práctica de la otra. Esto se refleja en la práctica budista de tomar (Pañchasila), antes de dar (Dâna). Incluso entre hindúes, hay una práctica de purificación de cuerpo, palabra y mente, de parte de quien lo realiza y del receptor antes de que Dâna se dé o se reciba. Las tres primeras Pâramitâ-s: Dâna, Sila y Kshânti, forman una tríada y representan el amor, la armonía y la paciencia. El amor crea la armonía, pero sin la paciencia la armonía no se puede sostener. De manera similar las tres últimas Pâramitâ-s: Virya, Dhyâna y Prajñâ forman otra tríada. Con energía intrépida, cuando la contemplación se alcanza, el resultado es la plena percepción espiritual. Alcanzar y sostener una nueva posición en un mundo espiritual más elevado requiere de la energía espiritual.
Entre estas dos tríadas de seis Pâramitâ-s, HPB introduce la Pâramitâ Virâga (vairâgya), sin la cual, ni la ilusión puede ser conquistada ni la verdad percibida. En más de un sentido, el desapego o templanza, es la más importante de todas las virtudes. Es esencial que la mente se desapegue de deseos y pasiones, sin lo cual un aspirante retrocederá al punto de partida. HPB nos recuerda que ‘la virtud de Virâga’ es severa y exigente’.
Considere las pocas stanzas siguientes de cada uno de los tres fragmentos de La Voz del Silencio. (El texto en corchetes se toma de las notas del glosario al final del libro, y el número de la stanza se da dentro de paréntesis.) Estas van a demostrar que incluso discípulos laicos pueden beneficiarse de este maravilloso libro.
Fragmento Uno
· Abandona tu vida, si quieres vivir. [Abandona la vida de la personalidad física, si quieres vivir en espíritu.] (13) · El nombre del primer Vestíbulo es Ignorancia (Avidya). Es el Vestíbulo en que tú viste la luz, en que vives y en que morirás. (17) · El nombre del segundo Vestíbulo es de la Instrucción. (18) En él encontrarás los siddhis (poderes psíquicos), pero mantente consciente de sus peligros. No busques tu Gurú en este vestíbulo de la ilusión astral. · El tercer Vestíbulo es llamado Sabiduría, donde tú puedes encontrar al Gurú. Para llegar al Valle de Bienaventuranza a través de este Vestíbulo, protégete contra el sentido de separatividad. Antes de entrar al Sendero, debes destruir tu cuerpo de deseos y limpiar tu cuerpo-mental, porque las aguas puras de la vida eterna no pueden mezclarse con aguas fangosas. (20,33,34,35) · No puedes recorrer el Sendero antes de que tú te hayas convertido en el Sendero mismo.(36) · Ayuda a la Naturaleza y con ella trabaja, y la Naturaleza te considerará como uno de sus creadores y te prestará obediencia.
Fragmento II
· No creas que viviendo en selvas sombrías, en orgulloso retiro y apartamiento de los hombres, no creas tú que alimentándote sólo con hierbas y raíces y mitigando la sed con la nieve (19) pueda conducirte a la meta de la liberación final. · Para llegar al Nirvana, debe uno conseguir el conocimiento de Sí mismo; y el conocimiento de Sí mismo es hijo de las buenas obras. El devoto egoísta vive sin objeto alguno. El hombre que no desempeña la tarea que tiene asignada en la vida, ha vivido en vano. · Sé humilde, si quieres alcanzar la Sabiduría; sé más humilde aún, cuando de la Sabiduría seas dueño. · El camino de la Liberación final está dentro de ti mismo. Aquel camino empieza y termina más allá del yo personal. (43)
Fragmento III
· Ninguna sensación que despierta el sentido de 'yo' te hará perder los premios que has ganado a lo largo del sendero. · Tu verdadero yo es como un ciervo, y tus pensamientos los galgos que le fatigan y acosan en su carrera hacia la corriente de Vida. (25) · No olvides, tú, que por la liberación del hombre peleas, (28) que cada fracaso es triunfo, que cada esfuerzo sincero alcanza con el tiempo su galardón.(29)
Este es un libro que eleva y envuelve todo nuestro ser con poesía pura:
Sabe tú, Conquistador de pecados, que en cuanto un Sowani (31) ha cruzado el séptimo Sendero, la Naturaleza entera se estremece de gozoso temor y se siente subyugada. La estrella argentina comunica con su centelleo la nueva feliz a las flores nocturnas; el arroyuelo, con el rumor de sus ondas, trasmite la noticia a los guijarros; los bramidos de las oscuras olas del océano lo participarán a las rocas que la marea bate, cubriéndolas de espuma; las perfumadas brisas lo cantarán a los valles, y los majestuosos pinos murmurarán misteriosamente: «Ha aparecido un Maestro, un Maestro del Día». (32)
H. P. Blavatsky Collected Writings (Recopilación de Escritos) Tomo XIII, p. 219
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