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El Teósofo - Órgano Oficial del Presidente Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 137 - Número 07 -  Abril 2016 (en Castellano)

 
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La Neurofisiología de la compasión

 

JOSÉ FOGLIA

Neurólogo de Uruguay. Conferencia de Teosofía y Ciencia,

dada en la Convención internacional, Adyar, 2 enero 2016

 

 

 

El Homo sapiens es la última especie del género Homo que ha aparecido en el planeta. Y por aproximadamente 35.000 años hemos dejado testimonios culturales en todo el planeta que ilustran nuestra creatividad, ingenio y determinación. Pinturas en las cavernas, cavernas decoradas con animales y símbolos, una variedad de utensilios domésticos, armas y muchas otras artes proclaman la sensibilidad artística, la capacidad de abstracción e ingenuidad que se desarrolló evidentemente en esa época. En esos días, gracias a nuestro talento musical, también construimos el primer instrumento de viento: la flauta. Sin embargo, de todas nuestras creaciones, la más significativa fue indudablemente el desarrollo del lenguaje verbal. Actualmente, somos la única especie sobre la Tierra que puede comunicarse a través de sonidos y palabras estructuradas en frases, gracias al talento que hemos desarrollado a través del tiempo.

 

A través de los milenios, el tamaño de nuestro hemisferio izquierdo ha estado creciendo. Quizás el repetido uso del Bucle Fonológico, el almacén de información verbal, ha aumentado su memoria, algo muy necesario para procesar adecuadamente toda la información que requiere esta compleja función. Por lo tanto, las áreas de Broca y Wernicke, las áreas de procesamiento del lenguaje del cerebro, se desarrollaron considerablemente, de modo que podían contener vocabulario significativo; en el presente esto nos permite dominar algunos idiomas. Si hacemos un corte horizontal (corte transversal) a través del cerebro humano donde están ubicadas estas áreas, encontramos que ellas son más grandes que sus contrapartes en el hemisferio derecho.

 

Sin embargo, filogenéticamente, en un momento particular de nuestra historia, el hemisferio derecho estaba más desarrollado que el izquierdo. En realidad, desde que apareció el Homo sapiens sobre este planeta, hace unos 160.000 años, vemos ejemplos de una tremenda creatividad. Si enfrentamos los desafíos de la vida y respondemos inteligentemente, o estudiamos cada circunstancia para avanzar y satisfacer nuestras aspiraciones, aprendimos a planear estrategias para alcanzar nuestras metas exitosamente. Luchar con el clima y los predadores para sobrevivir y, más tarde, controlar el medio ambiente requirió mucha inteligencia en nuestra diáspora. Ya sea que el Homo sapiens tuviera un origen único en África o apareciera en diferentes partes del mundo, el hecho es que poblaron la Tierra en un corto periodo. ¿No prueba esto que teníamos una enorme capacidad creativa?

 

Nuestro impulso para conocer y conquistar no tenía límites y ciertamente un día nos llevará más allá de los límites de nuestro universo, para explorar la posible existencia de otros. Aparentemente nada detiene al Homo sapiens. Es también un hecho que el día en que decidamos destruir una gran parte de la humanidad seremos plenamente exitosos. La serie de armas masivas, químicas, bacteriológicas y otros tipos de destrucción, los cientos de miles de megatones de proyectiles nucleares y tecnología que tenemos en el siglo veintiuno son mucho más efectivas y rápidas para matar multitudes de personas que el hacha tallada de piedra de la Era Neolítica y aún más que esas armas primitivas desarrolladas en la Era Paleolítica. Hoy día está claro que nos preocupamos muy poco acerca de que podríamos fácilmente lograr nuestra destrucción en la Tierra. No hay duda que tantas atrocidades implican un factor que está gravemente enfermo: la psiquis del Homo sapiens.

 

¿Cuándo y cómo ocurrió esta severa deterioración psicológica? ¿Cuál es la causa de la tremenda crisis que afecta a la humanidad en el presente? ¿Qué deshumanizó al Homo sapiens?

 

Nuestra historia estuvo llena de aprendizaje desde el comienzo. Sin embargo, cuando nuestros cerebros desarrollaron la auto-consciencia, aumentó progresivamente a través de unos pocos milenios para cambiar nuestra apariencia física, el hogar que nos resguarda, la fauna, la flora, la atmósfera, los bosques, los desiertos, las bacterias y pronto la Luna y Marte. El universo lleno de profundo significado, en el cual vivimos durante nuestra estadía en las cavernas hace solo unos pocos milenios, ha sido reemplazado en un tiempo relativamente corto, por la seguridad que proporciona la Bolsa de Valores y nosotros continuamos viviendo de esta manera, cada día, gracias a la cibernética y las comunicaciones por Internet. ¿No es normal y lógico que reine mucha confusión entre la humanidad?

 

En unas ‘pocas horas’ hemos ido desde vivir la vida significativa que se nos ofreció al acelerado mundo virtual de los valores del intelecto. La hipertrofia de las áreas del lenguaje en el hemisferio izquierdo concedió la supremacía de nuestra realidad consciente como también el control sobre su hermano prácticamente mudo ubicado en el hemisferio derecho. Nos vanagloriamos de ser los únicos seres que tienen libre albedrío sobre este planeta. Y hemos aceptado esta falsa idea con placer y orgullo. Sin embargo, ¿es apropiado afirmar que somos libres cuando nuestro comportamiento está crecientemente influenciado por la propaganda y condicionado por las ideologías?

 

Es innegable que estamos enfrentando una crisis sin precedentes en la historia de la humanidad. Varios hechos muestran que en el pasado éramos mucho más humanos y sensibles. Las armas de fuego eran para cazar animales y alimentar a nuestras familias. La vida tenía para nosotros un significadomás profundo y la creatividadestaba dedicada a construir y trabajar para sobrevivir. Usando estas habilidades y atributos modelamos el primercuenco de arcilla que nos permitió acarrear agua a través de los desiertos, o se hizo el primer manto para proteger a nuestros hijos del frío durante las glaciaciones. Éramos afectuosos unos con otros, ya que la pérdida de un miembro del grupo significaba continuar nuestro intrépidoviaje a través del mundo con un flanco demasiado vulnerable. Nos amábamos sinceramente y nos necesitábamos mutuamente yse dejaban para la posteridad testimonios de ritos funerarios y tumbas construidas con gran afecto para sepultar a nuestros seres queridos.

 

¿Qué sucedió con el pasar del tiempo? ¿Qué contaminó nuestros corazones? ¿Cuándo y cómo comenzamos a perder la capacidad de amar?

 

En un breve periodo de tiempo, desde que creamos el lenguaje verbal, hemos reemplazado los significados más profundos de la vida que se nosdieron, con constantes charlas virtuales sin sentido, gracias a la tecnología moderna. Poco a poco nuestra cultura se ha deteriorado hasta el punto de convertir nuestras relaciones en una abstracciónvulgar y mediocre.

 

Insidiosamente, el pensamiento neurótico procesado a través del Bucle Fonológico ha envenenado progresivamente el cerebro humano con arrogantes ideologías y fundamentalismo, provocando así un comportamiento alterado, psicótico e histérico. Por consiguiente, nuestro foco, debilitado y distraído, puede difícilmente mantener el paso con el agresivo estilo cibernético que actualmente apunta a globalizar la cultura del intelecto.  Con gran orgullo, hemos alterado los ritmos diarios de la Madre Naturaleza. Por lo tanto, los sobrevivientes de esta crisis no se sorprenderán cuando la historia nos señale como las únicas criaturas responsables de una tremenda extinción.

 

Después de los primeros asentamientos de la Era Neolítica, cuando finalmente comenzamos a vivir en ciudades, creamos normas de conducta que asegurarían el equilibrio y armonía entre los ciudadanos. Fue así a través de la historia; estuvimos creando paradigmas y luego reemplazándolos, de acuerdo a las circunstancias, por otros más convenientes. Y esto solamente fortaleció el crecimiento de nuestras habilidades intelectuales, no nuestra capacidad de amar. Nuestros pensamientos ignoraron más y más los sentimientos de nuestro corazón. La actividad del Bucle Fonológico aumentó hasta que se creó una dependencia psicológica del intelecto. El daño que causa nuestra adicción a los pensamientos está amenazando nuestras vidas. Por lo tanto, ahora no es el momento de proponer un nuevo paradigma, sino más bien de crear una cultura enteramente nueva y sin precedentes.

 

Podríamos preguntarnos si son justificableslas masacres cometidas por los comunistas para alcanzar el ideal de la igualdad social. ¿O si las matanzas en nombre de Dios por grupos religiosos pueden justificarse? ¿Podemos perdonar nuestra conducta explotadora causada por la codicia y la ambición?

 

A lo largo de la historia hemos justificado nuestra conducta para tomar lo que pensábamos que era lo mejor para nosotros y continuamos haciendo lo mismo en el presente. Apáticamente consentimos en la producción de armas de guerra, las atrocidades de los gobiernos populistas y la corrupción de los políticos en el poder. Peor aún, permitimos, con total pasividad, la pérdida de la libertad individual, la contaminación del ambiente, la ampliación del absolutismo Marxista y la angustia de cómo hacer para que alcance el dinero para pagartarifas a bancos corruptos y corporaciones mafiosas que dominan al mundo.

 

¿Qué sucedió en nuestro cerebro para dejar que ocurriera esto? ¿Qué nos separó del verdadero significado de la vida? ¿Cuándo aceptamos el dejar de ser libres?

 

Nos concentraremos en estas preguntas desde una perspectiva neurofisiológica, tratando de dar una interpretación a la humanidad en crisis de hoy. Es verdad que un enfoque reduccionista puede parecer demasiado rígido cuando viene a explicar los conflictos humanos, ya que estos incluyen emociones y sentimientos. Sin embargo, es hora de que el Homo sapiens concentre su atención a través de una lente de conocimiento y lenguaje científicos para crear toda una nueva cultura.

 

El cerebro humano consiste de dos hemisferios que intercambian su información a través de un puente: el cuerpo calloso. Ambos hemisferios procesan la información de manera muy diferente, tienen diferentes capacidades y uno podría decir que cada uno tiene su propia personalidad.

 

El hemisferio izquierdo del cerebro es ‘logistikon’, como lo llamó Platón, asiento del pensamiento convergente, abstracto, analítico, racional y lógico. Es el asiento del Bucle Fonológico desde el que surgen los pensamientos directos, verticales, realistas, poderosos y dominantes. El área Broca para la articulación de las palabras, Wernicke para la comprensión del lenguaje y, áreas 39 y 40 de los módulos de Brodmann que integran todas las percepciones del mismo objeto, todas constituyen el Bucle Fonológico donde estamos procesando constantemente nuestros pensamientos. Algunas de ellas llegan a ser conscientes y se observan y evalúan en diferentes áreas de los lóbulos pre-frontales. Sin embargo, la mayoría de los pensamientos son inconscientes, sumergidos como un iceberg. Este hemisferio funciona como computadores colocados en serie. Tiene la capacidad de clasificar, organizar y analizar cada detalle de la información que se procesa. Es por la asociación constante de éste con nuestra experiencia pasada acumulada en la memoria que podemos planear una acción en el futuro. Este hemisferio ‘piensa’ sobre la base del lenguaje, de una manera lineal y metódica. Es el asiento de nuestro intelecto que ordena la información lógica y racionalmente y se expresa a través del lenguaje verbal, hablado o escrito. Es el cerebro que puede hablar, medir, comparar, que puede hacer cálculos aritméticos y pensar en las circunstancias del pasado, analizar el presente y planear una estrategia para una acción diferida en un tiempo que llamamos ‘el futuro’.

 

 

El hemisferio derecho, asiento del ‘nous’ de Platón, es nuestro cerebro intuitivo, imaginativo, que permite pensamientos divergentes, flexibles, complejos y divertidos, imaginación humorística e interacciones místicas, obedientes y sensibles. Es el sitio donde surgen nuevas ideas creativas. El cerebro creativo se desarrolló filogenéticamente en nuestra especie mucho antes que el lenguaje verbal. Es el cerebro inteligente que crea nuevas soluciones para nuevas circunstancias. Al ser casi mudo, se conecta directamente con nuestro ‘corazón’, para transmitir la información que se procesa a cada minuto. Es también asiento de los sentimientos y emociones profundas que nos advierten acerca de lo que está sucediendo en nuestro ambiente y en nuestros cuerpos, en nuestro estado presente y el estado en el cual están otros seres. Es el cerebro empático.

 

Este hemisferio derecho funciona como si tuviera computadores colocados paralelamente. Es nuestro cerebro análogo. Su visión es global. Piensa sobre la base de imágenes en vez de palabras; aprende a través del movimiento del cuerpo. Es el asiento de la Agenda Viso-espacial, la parte de la memoria funcional que permite el recuerdo de imágenes.  Solamente vive en el presente; por esto la percepción está aquí y ahora. Ha desarrollado características que nos permiten tener una completa y total percepción del universo que nos rodea y de nuestro propio cuerpo. Así, gracias a este esquema, es consciente de la ubicación espacial del cuerpo y, a causa de la integración, hace posible que se relacione con el espacio en que se mueve. También comprende la información sensorial del mundo externo, alcanzando así una percepción total de su entorno. Es el asiento de los talentos, emociones, poesía, metáforas, símbolos, música y otras expresiones artísticas creativas. Es nuestro cerebro artístico.

¿Cuándo, cómo y por qué el predominio del hemisferio izquierdo del cerebro humano se apoderó de nuestra realidad consciente?

                                                                                                                       (continuará)

 

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