Volver al Índice de Revistas
El Teósofo - Órgano Oficial del Presidente Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 137 - Número 02-  Noviembre 2015 (en Castellano)

 
Anterior
Página 7
Siguiente

 

La Sociedad Teosófica en el siglo 21 - Parte II

 

 

 

MARCELLO R. SERINI

Antiguo estudiante de la Sabiduría Antigua, que reside en Australia

 

 

 

 

De acuerdo a las enseñanzas de la Sabiduría Eterna que aluden a un Gran Plan, el que se nos enseña que está en movimiento y comprende la espiritualización de la materia y la evolución de la consciencia, la humanidad se halla en un punto intermedio, entre el mundo físico y el mundo espiritual y combina elementos de ambos.

 

Sabemos poco o nada del mundo espiritual más próximo a nosotros excepto que está mucho más avanzado de lo que estamos nosotros y se distingue por seres de gran sabiduría y amor, quienes dan origen a esos grandes maestros que han aparecido a través de las edades con el propósito de indicarles a las personas una forma de vivir dharmica y armoniosa, hasta que se requiera más desarrollo, como es el caso en el presente cuando las instituciones a través del mundo, religiosas, políticas, económicas y sociales, están experimentando profundas crisis o desorden.

 

¿Cuáles son las consecuencias implícitas de lo dicho? Podemos suponer que valores nuevos y nuevas escenas implican entre otros:

 

1.        Comprender nuestra relación con estos, y

2.        Las consecuencias resultantes que surgen de esto

3.        Los medios de alcanzarlos

4.        ¿Qué (Nuevas) Enseñanzas?

 

A causa de las circunstancias históricas, profundidad de las enseñanzas, conocimiento y necesidad sistematizados, uno puede decir que para la época, la Sociedad Teosófica, cuando expuso algunos de los principios de la Sabiduría Antigua relacionados con la ‘condición humana’, ha dependido principalmente de las enseñanzas hindúes tradicionales; más explícitamente lo que puede ser llamado el sendero de ‘Vivekaja Marga’ incluido en los Yoga Sutras de Patanjali y Sankara Vedanta (Singh, 2012); esencialmente, las enseñanzas o perspectivas que tratan con la diferenciación/discernimiento como los medios de manejárselas con la influencia de Prakrti/Maya y de liberar el enredado Yo.

 

Significativamente, no se ha dedicado mucho pensamiento a ideas que puede que sean alternativas de lo dicho, diferentes senderos. Por ejemplo, difícilmente se han hecho esfuerzos para proclamar las enseñanzas que tratan con la integración del Yo individual con el Yo Universal, el ‘Yogaja Marga’. Aunque desde mediados de la década de 1970, con el casi universal interés y aceptación del ‘movimiento yóguico’ en occidente, esto es precisamente lo que ha estado teniendo lugar en el mundo contemporáneo, un sendero/enseñanza que parece estar más ‘a tono con los tiempos’.

 

Se propuso en el artículo introductorio (ver la edición de septiembre 2015 de The Theosophist, pp.21-24) que, la dinámica de un mundo unificador puede ser mejor comprendida en términos de ‘sistema pensante’ que, fundamentalmente, implica comprensión y desarrollo de vínculos entre unidades interactuantes, o grupos, y disciplinas, conduciendo a la cooperación internacional (en el caso del mundo)  y, en el campo del conocimiento: estudios interdisciplinarios. Sin embargo, este ‘nuevo’ enfoque, para que sea fructífero, no debe verse como semejante a una formación rocosa conglomerada que retiene sin cohesión sus componentes separados; sino, más bien, uno que evoluciona en una esencia unida entre las partes, dando origen por así decirlo a materiales o resultados nuevos y más poderosos, como por ejemplo, es el caso del cemento en la formación del concreto como se usa en la industria de la construcción; mientras en el campo psicológico, ‘el agente unificador’ puede verse como ‘significativo’. Que es precisamente la tarea que enfrenta la ST al promulgar la Sabiduría Antigua en el mundo del siglo 21.

 

Desde el siglo 17 tuvimos la sucesión histórica de tres paradigmas destacados por Kunh en su visión del mundo: el religioso, sobre ética; el Newtoniano, sobre la practicidad mecánica; y el científico, sobre la objetividad  neutral. Cada uno de estos tuvo sus inconvenientes elementales que surgieron de ver a través de lentes coloreados por la particular visión mundial prevaleciente, o ‘Weltanschauung’ de una época dada, que regular e inevitablemente ceden a un ‘enfoque integrativo’ mayor que refleja la presente realidad de la Naturaleza o Vida (o la más cercana), que es holística y de transacción entre todas las partes, basada en la interdependencia y mutuo compromiso (Taylor, 1974). Interesantemente, este es el principio más fundamental de la Sabiduría Antigua.

 

Fue von Bertanlaffy que en la segunda década del siglo pasado cuando abordaba problemas procedentes de la biología y el comportamiento de los organismo en la Naturaleza, quien señaló que las explicaciones de componentes aislados adicionales no son suficientes para describir la complejidad de los organismos vivos dentro de su ambiente; porque estos pueden solamente ser mejor entendidos en términos de relaciones que son constitutivas y dependientes en relaciones específicas, que es decir, holísticas en naturaleza. Fue este modo de pensar que dio origen a la Teoría General de Sistemas (GST) que a través de su aplicación, atraviesa disciplinas, ideología, vacíos en la ciencia y la filosofía, como así también disciplinas humanistas.

 

Debido a que el enfoque de la GST refleja (o imita) tan vívidamente los mecanismos ‘superiores’ de la Naturaleza basados en ‘principios integrativos lógicamente compatibles de modo mutuo’, y en sistemas basados jerárquicamente que funcionan a través del tiempo y el espacio, que incluyen niveles de complejidad progresiva, sujetos a la cantidad, simetría y equilibrio que responde a formas de retroacción negativa y positiva, es que este enfoque puede usarse con ventaja para exponer significativamente las enseñanzas teosóficas y los más abstrusos principios espirituales de la Vida que podrían resumirse en dos Principios Integrativos:

 

1.    Isomorfismo: (En matemáticas: una correspondencia una-a-una entre los elementos de dos o más conjuntos, mostrando la misma naturaleza abstracta). Por lo tanto, uno puede mostrar atributos que pueden ser compartidos como sistemas organizados aunque estos puedan ser diferentes en naturaleza.

 

2.    Sucesivos niveles de organización: Esto trata con la complejidad lejos del reduccionismo de la ciencia material, al nivel de complejidad encontrado en la ciencia biológica y sistemas sociales.

 

Los niveles o principios integrativos forman parte de estudios más profundos de GST que por fuerza incluyen Tiempo, Espacio, Movimiento, Energía como constructores, más el principio de regulaciones (simetría, equilibrio, factor(es) binario, continuidad/discontinuidad) como también los lazos retroactivos negativo/positivo previamente sugeridos, a los cuales se le pueden incluir modos de pensar de acuerdo con los dos hemisferios de nuestro cerebro.

 

De lo dicho, podemos ver por lo tanto, que existen los medios de explicar y persuasivamente mostrar ‘el funcionamiento karmico’ (procesos de la causalidad), la interrelación de todos los seres vivos, dinámica multiplanos, y el significado y existencia de meta-sistemas o estudios del cosmos. Poner simplemente: ‘Un enfoque de sistemas trata de localizar isomorfismos de estructura y función en todos los campos de la Naturaleza, y el principio de niveles integrantes permite que estos isomorfismos sean clasificados y comparados’ (Taylor, 1974) conduciendo lógicamente al campo de la ontología.

 

El enfoque de GST con su descripción, análisis  y capacidades de predicción es uno de los medios a través del cual la ST podría demostrar gráficamente importantes (a menudo disparatados) principios de las enseñanzas antiguas, como relaciones significativas, o demostraciones plausibles, quizás aún capaces de legitimar su significado a los escépticos contemporáneos.

 

Depende ahora de los grupos científicos y de los más calificados miembros de la ST para comenzar a elaborar ejemplos de tal naturaleza que puedan exponer significativamente la Sabiduría Antigua con percepción y esperanza y ayuden así a aquellos atrapados en el conflictivo presente y en el mundo rápidamente cambiante.

 

Perspectiva cambiante

Uno de los aspectos más interesantes de la Sabiduría Antigua son las enseñanzas que pertenecen a la ‘Doctrina de los Siete Rayos’ por medio de la cual el impulso creativo del Logos se manifiesta de formas especificas o longitudes de ondas que influencian no solamente las características del alma esencial sino los medios de expresión, y posiblemente de percepción, del total de la humanidad.

 

Estos rayos, aunque actúan simultáneamente, aumentan o disminuyen la influencia específica de edad en edad, de acuerdo con las necesidades prevalecientes de la época. Se nos dice, y hay cierta evidencia razonable de esto, que estamos en una era en que está teniendo lugar una transición desde un rayo a otro. Ya sea que este rayo sea el séptimo o quizás aún el quinto, será evidente pronto; lo que es pertinente para la ST es ver qué enfoque podría usarse mejor para ayudar a promulgar la Sabiduría Eterna a través del uso de estos rayos.

 

Dado que la naturaleza de los sistemas interactuantes da origen a ‘campos turbulentos’, como es el caso de la situación del mundo actual, seria sensible suponer que, la contribución más positiva que podría hacerse para facilitar una transición pacífica de la humanidad a un mundo integrado, sería a través de medios reconocibles que son a la vez elevadores y pacíficos, que es precisamente la nota clave del cuarto Rayo.

 

Se nos dice que con el cuarto Rayo, el aspecto armonía será predominante y que su influencia proporcionará el estímulo para el desenvolvimiento de la intuición y artes de todas clases; incluyendo, para las masas en todas partes, el arte de vivir. Que las virtudes a adquirir son, serenidad, confianza, auto-control, pureza, altruismo, exactitud, equilibrio mental y moral, cualidades desesperadamente necesarias si el mundo actual va a perseverar constructivamente en el sendero de una ‘humanidad globalmente integrada’ en desarrollo.

 

Así para el ‘Rayo 4’ la nota clave es Armonía, Belleza, Arte y Unidad, cualidades  que se pueden expresar con mayor facilidad dentro del campo de la Sociedad Teosófica y que deberían ser seriamente implementadas y apoyadas desde sus centros y Ramas para ayudar en estos difíciles tiempos de transición. Sugerencias sobre cómo hacerlo junto con otros tipos de Enseñanzas Antiguas más compatibles con la perspectiva actual pueden considerarse en el futuro.

 

Referencias

Patrick C. Kangas, Ingeniería Ecológica – Principios y prácticas. Lewis Publishers, NY, 2004.

Thomas S. Kuhn, La Estructura de las Revoluciones Científicas, Int. Encyclopaedia of Unified Sciencia – Vol. 2, 1970

Jaideva Singh, Pratyabhijñahrdayam: The Secret of Self-Recogition, Kandle, 2012

Alastair M. Taylor, General Systems and their Value for Academic Research and Teaching in Unity in Diversity, Vol. 1, Wilfried Laurier University Press, Ontario 1977.

 

 

Anterior
Página 7
Siguiente