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El Teósofo - Órgano Oficial del Presidente Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 136 - Número 10 -  Julio 2015 (en Castellano)

 
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El Sutra del Diamante

La perfección de la Sabiduría

 

VIPIN D. SHAH

 

Las enseñanzas del Buddha comenzaron a infiltrarse en la Dinastía Han en China desde el siglo primero hacia adelante. La etapa inicial del Budismo no fue prometedora; la cultura china tenía una larga tradición religiosa e intelectual muy arraigada y un fuerte sentimiento de superioridad cultural que no ayudó a la recepción de las ideas budistas. Sería un proceso lento y gradual.  Había entrado en la tierra de la raza más civilizada del mundo, que no tenía necesidad de aprender nada de los “bárbaros” de occidente. Los chinos habían sobresalido en lingüística, ciencia y tecnología, literatura y poesía, arte y filosofía y por esto en cualquier campo de esfuerzo humano, con la excepción de los griegos -los más firmes creyentes en la razón y la lógica.

 

Los chinos escudriñarían la enseñanza budista a su propio ritmo, tan minuciosamente como se esperaba de ellos. Tenía que estar a la altura de la filosofía de Confucio y del Taoísmo y tenían que tener en ella algo que fuera verdaderamente único. Por primera vez, estaban confrontando conceptos como Karma, Reencarnación, Nirvana, monasterios, misioneros, la filosofía de la sabiduría, la mente humana, la comprensión, dukkha o dolor y la liberación de él.

 

Para que ellos aceptaran todos estos conceptos tenían que estar basados en la razón, no en el misticismo. Por primera vez en la historia del Reino Medio, ellos encontraron una enseñanza que iba mucho más lejos que cualquiera de las que  tenían y tuvieron que enviar maestros a la India para comprender totalmente la enseñanza y filosofía del Sakyamuni. De aquí en adelante ellos adoptarían la enseñanza, la traducirían del sánscrito al chino y la llevarían a Japón, Corea, Vietnam, Mongolia y otros lugares y finalmente, después de algunos siglos, al occidente. En todas estas enseñanzas, los contenidos del Sutra del Diamante dejarían una perdurable impresión en sus mentes, a tal punto que sería un término familiar en toda casa china budista durante los siglos venideros. El Sutra del Diamante es la cristalización de la enseñanza de Buddha, que trasciende las de todas las religiones y filosofías.

 

¡Qué lástima! Nada es permanente y con la llegada de la DinastíaTang alrededor del año 750 DC, la Era de Oro del Budismo en el Reino Medio casi llegaría a su fin. La impresión en China con planchas xilográficas facilitaría la impresión del Sutra del Diamante. El 11 de mayo de 868, bajo el título de propiedad de Wang Jie, quien lo dedicó a sus padres y con la gratuidad de todos los derechos de autor para todo el mundo, la versión impresa del Sutra del Diamante estuvo disponible para el mundo.

 

Cuando la situación en China comenzó a empeorar, especialmente en contra de las ideologías extranjeras, con la profanación de templos budistas, estatuas y otras reliquias; así comenzaron a sufrir una pérdida de la que el Budismo no se recuperaría durante siglos. Con previsión y sabiduría, objetos y reliquias importantes y la impresión del Sutra del Diamante, se empaquetaron cuidadosamente y se llevaron a unas mil millas, a un lugar llamado las Cuevas de los Mil Budas en Dunhuang en el desierto de Gobi.

 

Alguien en su sabiduría guardó el delicado libro impreso en una cueva sin humedad ni altas temperaturas, donde sobreviviría por unos mil años sin ningún daño, para terminar finalmente en el Museo Británico.

 

Bajo la hábil custodia de Edward Conze, experto en la enseñanza de Buddha y lengua china antigua, esta increíble enseñanza haría su entrada en el siglo veinte. La enseñanza había desaparecido del país de su origen; traducida del sánscrito al chino y al inglés, encontraría un nuevo hogar en el occidente.

 

La naturaleza contra-intuitiva del contenido de esta enseñanza confunde a las mentes más eruditas y no hay otra forma en que el Buddha pudiera haberla hecho más simple para entender la ‘verdadera’ naturaleza de la existencia humana y samsara, lo que desafía toda forma de comprensión. El Sutra del Diamante transforma la manera en que percibimos el mundo. Exuda el mensaje central de que todas las cosas cambian, que éste es un mundo transitorio como una burbuja en la corriente.

 

La narración es una sesión de preguntas y respuestas entre Buddha y un venerable monje veterano, Subuti, en presencia de otros 1.250 monjes en la Gruta Jetta, en las afueras de la ciudad de Sravasta, en Bihar del Norte (India). Dividido en treinta y seis capítulos breves, es el sutra más pequeño sobre  prajñapâramita

 

El sutra fue denominado originalmente Prajñâ Vajra Pâramitâ Sutra[1]: “Perfección de la Sabiduría, como un diamante que emana luz blanca, virtud trascendente, logro supremo en los omniabarcantes puertos del refugio en Samsara tejiendo un hilo a través de este conocimiento”.

 

Comprender este sutra es quizás la circunstancia más difícil que uno encuentra en la propia vida. Puede ser extremadamente frustrante y desafiante y requiere de paciencia para comprender los matices, así como para enfrentar la naturaleza intuitiva de sus contenidos.  Siempre ha sido desafiante a cualquier intelecto.

 

 

 

En breve, el Sutra del Diamante se explaya sobre la naturaleza de la realidad percibida en nuestra experiencia cotidiana. La vida que transitamos en Samsara se basa en una cadena de fenómenos que son transitorios, impermanentes, basados en la causalidad, Karma, interconectados y eventualmente vacíos. La forma (el yo) se encuentra adherida a samsara, es causada por el deseo y el yo debe desapegarse de toda adherencia y contaminación para ulteriormente ser liberado del samsara. El Buddha discute con Subuti la causación, la liberación y el reemplazo de los apegos con Prajñâ y la compasión y el eventual reemplazo de éstos con la iluminación.

 

El Buddha otorga gran importancia a estas enseñanzas: el proceso de liberación, la obstrucción a la liberación y el filo del diamante que eventualmente nos libera de estas ataduras. El Buddha explica las seis perfecciones o virtudes, los “puertos de refugio en “samsara” o “pâramitâs”, tales como: generosidad, paciencia, meditación, perseverancia, autocontrol y sabiduría.

 

 

Cuando se comienza verdaderamente a comprender esta enseñanza, ella impacta como un relámpago: se tiene la sensación de haber esperado varias vidas, antes de hallarla en ésta. Si uno abandonara este mundo sin encontrarse con el Sutra Diamantino, sería una vida desperdiciada.

 

 

 

En todas sus enseñanzas, el Buddha repite aquella asimilación exitosa de que aún un extracto de apenas cuatro líneas del Sutra Diamantino es de un mérito incalculable y puede conceder la iluminación:

 

Todo fenómeno condicionado

es como un sueño, una ilusión, una burbuja, una sombra,

como el rocío, o un destello del relámpago.

 

Así lo percibiremos.

 

 

[1] Prajna, en Sánscrito, es uno de los términos que alude a `Sabiduría´ - Vajra, significa `diamantino´ - Pâramitâ, `virtud trascendente´ o `logro supremo´ - Samsara, `rueda de renacimientos´- Sutra, `hilo´-

 

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