Vol. 136 - Número 03 - Diciembre 2014 (en Castellano) |
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Sra. Radha Burnier
Cristian Conen
Cuando me ofrecieron escribir algunas líneas sobre la Sra. Radha Burnier, inmediatamente dije “¡sí… Radha es un sentimiento!”, luego al reflexionar sobre qué iba a escribir, surgieron montones de ideas que formaban un cuadro un poco caótico, pues hay mil cosas sobre las que se podría mencionar el nombre “Radha”. Cómo el número de esta revista va a ser dedicada a ella, escribir sobre datos biográficos será redundante. Tuve el privilegio de ver y escuchar a Radha en dos oportunidades, en 1999 y en 2004, con motivo de sus dos últimas visitas a la Argentina; ¿Por qué uso la palabra “privilegio”? Sencillamente porque considero que en la ST existe un “antes” y un “después” de Radha, y en eso voy a basar este artículo.
Desde un tiempo antes de ingresar a la Sociedad Teosófica, conocía nombres como Leadbeater, Besant, Jinarajadasa, Hodson, Taimni, Krishnamurti y Blavatsky. Eso fue debido a tener familiares que eran miembros de la ST de larga data; ellos mencionaban estos nombres, yo tomaba nota e intentaba conseguir libros de ellos. Al nombre “Radha Burnier” lo conocí recién al ingresar a la ST, en 1992. El primer libro teosófico que compré en una Sede Teosófica (Rama Córdoba) fue “Principios del Trabajo Teosófico”; por alguna razón fui directo a ese libro, tal vez porque me habría resultado “raro” leer ese título con ese autor, a Taimni lo conocía de antes por dos de sus libros: “La Ciencia de la Yoga” y “Estudios sobre la Psicología del Yoga”. Al leer los primeros artículos de Radha, empecé a ver que ella también hablaba del trabajo que debía ser realizado; de alguna manera se relacionaba con lo que Taimni planteaba en “Principios del trabajo Teosófico”. Se complementaban, lo que ambos decían tenía esa fuerza plena de la convicción. Año 1993, Julio, 8vo Congreso Mundial en Brasilia. En la revista seccional que en aquel entonces se llamaba “Cambios”, apareció la conferencia de apertura: “Hacia una mente sabia y una sociedad noble”; “claridad”, “síntesis”, “fuerza”, son palabras que expresan lo que comenzó a simbolizar Radha en mí. En su conferencia mencionaba de la “no aceptación” a las normas de vida imperantes en nuestra sociedad, a los valores sociales aceptados mecánicamente por todos; a las contradicciones que acompañan al llamado “progreso”, cuando está exento de verdaderos valores. Señalaba que la Sociedad Teosófica alienta a la “no conformidad”, a cuestionar valores establecidos, tanto en lo interno como en lo externo, tanto en nosotros como en la sociedad humana que hemos construido. Señalaba el apego a lo que pensamos y el temor que surge cuando nos señalan que para cambiar nuestros propios valores, hay que aprender a “soltar”. Radha había hecho mella en mí. Año 1995 consigo copia (fotocopiada) de “Regeneración Humana”; leer este libro afianzó aún más la imagen que tenía sobre ella. Claridad en cada línea, en cada párrafo. No tiene desperdicios (¡quedó lleno de subrayados, resaltados y anotaciones!), junto con “Principios del Trabajo Teosófico” complementan todo el espectro del trabajo institucional. Al relacionar ambos libros con ambos autores surge como pregunta ¿Por qué están tan interesados en que seamos claros acerca del trabajo institucional? Acaso con estudiar teosofía y reunirnos ¿no alcanza? Ambos, con formación en sánscrito, profundos, de pensamiento lúcido, escritores prolíficos, pero ambos interesados en la organización y orientación institucional. Para ambos, el trabajo de las Ramas es el núcleo, pues depende directamente de sus miembros; para ambos, el trabajo de la ST sólo es posible si hay real interés teosófico de sendero. Radha no hablaba de cuestiones técnicas, sino que cómo trabajar con ellas; no se explayaba sobre teosofía, sino sobre cómo medir nuestra comprensión de la misma en la vida diaria; me pareció que para poder entender un poquito su mensaje, había que investigar más sobre su labor como Presidenta Internacional.
Su mensaje
Hurgando en viejas revistas de la biblioteca de la Rama, encontré un artículo en donde salía la carta que Radha le enviaba al Consejo General, el 15 de noviembre de 1980 (justo para el día de su cumpleaños), donde ella exponía:
Es necesario tener una infraestructura fuerte y bien organizada. Ha llegado el tiempo para que el Consejo General preste seria atención no solamente a los medios y a la base sino al trabajo mismo. En muchas de las regiones donde existe la Sociedad, hay un gran número de Ramas que se están volviendo inactivas o ineficaces. Han dejado de atraer a la gente altruista y que sabe pensar y apenas pueden ejercer una influencia buena en el área en el cuál están situadas, o ayudar a los hombres a entender y asimilar las eternas verdades.
Estaba clarito, Radha comenzaba a plantear un reto enorme, algo así como “señores miembros, seamos claros, no se trata de estudiar teosofía, sino que el trabajo de Ramas y Secciones debe estar correctamente orientado y comprendido, de otro modo, no es efectivo”. En 1983 le habían preguntado aquí en Argentina, en una Escuela de Verano ¿Es la Rama un canal para las fuerzas superiores? Ella contestó:
Creo que ya hemos hablado acerca de esto; no puede haber un canal automático para las fuerzas superiores. Para que algo se convierta en un canal para influencias superiores tiene que haber ciertas condiciones. En muchos de los pasajes de sus cartas, los Hermanos Mayores nos señalan que Ellos no pueden acercarse allí donde no haya armonía. También se sabe que Ellos ayudan a aquellos que están verdaderamente buscando la verdad y que tengan una aspiración sincera por cosas elevadas. Una sincera aspiración de cosas elevadas significa que uno debe vivir de acuerdo a su propia mejor comprensión. En otras palabras los miembros deberán tratar de vivir sinceramente una vida teosófica pura. Ninguno de nosotros es perfecto. Por supuesto que una Rama está compuesta por personas imperfectas. No estamos hablando de personas que están en perfecto estado de pureza y de perfecta armonía, sino de personas que tratan sinceramente de hacer lo mejor, de ser fraternos, dispuestas a olvidar pequeñeces y a no tener rencor; también hablamos de personas que buscan sinceramente la verdad y la sabiduría. Eso significa indagar, buscar, vivir una vida vigilante. En mi opinión una Rama significa realmente esto, como dije antes el simple hecho de que un grupo de personas firme la solicitud de ingreso y tenga una Carta Constitutiva, eso, meramente, no es una Rama. Para que haya una Rama realmente teosófica tiene que existir primero, un espíritu verdaderamente teosófico; en mi opinión hay ciertos aspectos o factores importantes del espíritu teosófico. Uno de ellos es un espíritu de verdadera comprensión, de afecto, de fraternidad, no meramente hablando de eso sino tratando de vivirlo. Yo creo que hay una cierta diferencia en lo que antes solía ser la Sociedad Teosófica y tal como es ahora; yo creo que antes había muchos miembros sinceros que estaban tratando sinceramente de vivir aquello que estaban leyendo.
Las palabras de Radha eran extremadamente potentes y claras. En el marco de referencia del trabajo de la Sociedad Teosófica hay tres campos de trabajo bien visibles:
1. Lo administrativo, enmarcado en la reglamentación legal propia de cada país y en la necesidad institucional de ordenar el trabajo administrativo/legal. 2. Lo doctrinario, el cuerpo de enseñanza y, 3. Lo institucional, es el marco de referencia, el norte hacia dónde dirigirnos, de qué manera y las actitudes necesarias para lograr los objetivos. Este último punto es el que marca la enorme diferencia con el resto de las demás instituciones y con aquellas personas que acceden a textos teosóficos, pero los estudian sin el marco de referencia institucional.
En muchísimos de sus escritos, Radha usa las frases: “es deber de los miembros” o “es obligación de los miembros”, en una institución que permite –dentro de un contexto de trabajo, amplia libertad de acción y pensamiento, Radha sugería que sólo si existe clara comprensión del cumplimiento de ciertos “deberes éticos y morales” seremos representativos de un espíritu teosófico propuesto desde la fundación.
Todos los miembros de la ST aceptan sus objetivos, indicando con ello su concienciación de la necesidad de crear una nueva sociedad humana, donde prevalezcan la cooperación y la fraternidad. Pero si siguen teniendo la mente condicionada por la tradición y las ideas convencionales procedentes del entorno, tal vez lo que hagan sea perpetuar las diferencias en vez de promocionar la fraternidad. Por consiguiente, tenemos la obligación de examinar nuestra manera de pensar.
Radha hizo del último ítem su base y punto de partida el cual, de hecho y como veremos más adelante, también planearon los Mahatmas. También ha hecho hincapié en la necesidad de considerar a la ST como un cuerpo mundial:
Dondequiera que haya una Rama o un grupo de miembros, es esencial inculcar y fortalecer la realización de que somos un cuerpo mundial y estrechamente unido de personas, que compartimos un planteamiento del mundo, una ética, y un estilo de vida muy útiles para alcanzar nuestro objetivo común del amor universal… …Nuestros miembros deberían pertenecer a la categoría de aquellos que son conscientes de la importancia absoluta que tiene la universalidad y no de las personas que adoptan un punto de vista mundano cuando dicen “yo soy esto y tú eres aquello”. El conjunto de toda la ST, compuesta por miembros de distintas procedencias, es uno: todos tenemos el objetivo común de conseguir una transformación del mundo, y de sustituir el espíritu belicoso por otro de colaboración. …Cuando hay un espíritu altruista también hay universalidad de miras. Todas las diferencias que previamente parecían importantes –mi nacionalidad, mi familia, mi comunidad religiosa, etc. –se difuminan en el ambiente. Un despertar de conciencia más profundo de la igualdad y de la santidad de todo lo que vive llena la conciencia. …El anclaje de la universalidad y del altruismo es lo que hace de la ST un auténtico instrumento para la regeneración. Los nuevos miembros puede que no se den cuenta de que la sabiduría que nosotros llamamos Teosofía florece cuando la conciencia está imbuida de la bondad de la universalidad.
En una charla que dio en la Sede de los EE.UU dijo: me pregunto cuántos de aquí se enteran de lo que pasa en otras secciones del mundo. Para Radha, el trabajo era así. Si no hay un sentido de pertenencia que sea real, nunca va a existir un sentido real del compromiso. Debemos sentirnos un cuerpo mundial con miras a cambiar, desde nosotros, el mundo entero.
Los Tres Objetivos
Antes de ingresar a la ST, ya tenía revistas seccionales, ya sabía los tres objetivos y los documentos oficiales de la ST; al recibir las revistas seccionales ya como miembro de la ST, tenía mayor acceso a Radha y encontré en una de las revistas “Cambios” que ella hablaba de “fraternidad”, pero en términos totalmente distintos a los que venía escuchando o reflexionando; ella decía que fraternidad significa ir eliminando gradualmente el autointerés. Ahí había una clave para el trabajo a llevar adelante como miembro: El trabajo de la ST, por lo tanto el trabajo de Rama –el trabajo propuesto para realizar nosotros, debe estar orientado a comprender cómo organizar el material para que sea útil y en consonancia con el propósito fundacional de la ST. En la 111° Convención le puso nombre al trabajo de la ST:
No puedo resumir mejor el propósito de la Sociedad que usando las palabras "Regeneración Humana", la revolución que purifica la mente. Cuando esto no es entendido, lo que pretende fomentar los tres Objetivos puede volverse díscolo y engañoso. De hecho, con pena uno observa que hay demasiadas Ramas y grupos de miembros en la Sociedad cuya interpretación del trabajo de la Sociedad indica una pérdida de rumbo.
Luego en la 126° Convención Anual volvió a explayarse sobre los tres objetivos:
El tema de esta Convención es el Sendero espiritual por el cual el ser humano puede trascenderse y entrar a una dimensión superior superhumana. Debemos darnos cuenta de que los tres Objetos tienen esto como trasfondo:
La Fraternidad Universal, con énfasis en la palabra ‘universal’, implica desacondicionar la mente, El segundo Objeto nos urge a amar la verdad y vivirla; y, El tercer Objeto nos enseña a no estar satisfechos con las apariencias, sino a descubrir lo desconocido en el universo y también en nosotros mismos.
Algunas cuestiones surgieron en mi mente; la primera fue, ¡qué significado tan distinto le daba ella a los objetivos!; desde mi ingreso a la ST había estado escuchando y aceptado, que las reuniones, las jornadas, etc., eran –o debían ser, fraternales. Pero ahora Radha tiraba por tierra ese concepto y mencionaba “fraternidad” relacionándola con una condición a la que sólo se llegaba a través de un trabajo de sendero, no a partir de un mero anhelo, por bien intencionado que fuera éste anhelo. Hasta ese momento, sobre los 2° y 3° objetivos también había hecho una lectura, no sé si errónea, pero sí común y corriente. La segunda cuestión, que los cambios son actitudinales; no importa cuánto pueda llegar a “saber” o entender ciertas enseñanzas teosóficas (uso la palabra “teosóficas” en un sentido amplio, no solamente relacionada con los libros de teosofía editados en la ST), sino que el verdadero valor de la comprensión de las enseñanzas será puesto a prueba “en” y “por” la vida diaria. No importa lo que pueda recitar como verdades eternas, la vida se encargaría de probarme “in vivo” para que pueda chequear la realidad de lo comprendido. Como nota personal, hay ciertas certezas internas de que hasta ahora vengo perdiendo por paliza! Tercero, para que el trabajo teosófico se haga de la manera correcta, debe ser hecho en grupo. Radha plantea que:
“la ST nació para reunir a la gente —gente que trata seriamente de realizar en este plano físico la suprema verdad de la unidad, que es una realidad permanente a nivel espiritual… La ST es un medio para reunir a las personas que son conscientes de que existen serios problemas y que están deseosas de resolverlos”.
Parte del trabajo es individual y parte del trabajo es en grupo, son simbióticos; es como si decidimos reunirnos a comer: aunque nadie puede hacer la digestión por nosotros, al almuerzo lo preparamos y lo compartimos entre todos: uno amasa, el otro corta, el otro cocina, otros compran y otros lavan. La incorporación de nutrientes ha dependido del trabajo de otros. HPB también sugiere lo mismo acerca de trabajar en grupos.
Radha, Krishnamurti y su cargo Presidencial
Es muy claro el impacto que ha tenido el Sr. Krishnamurti sobre Radha; en “Regeneración Humana” se hace referencia a él en unas 32 oportunidades, la mayoría por parte de Radha; casi en cada escrito de ella es referenciado. Veamos las cosas de otro ángulo. En un artículo que escribió Pedro Oliveira, éste cuenta que para Radha lo que HPB menciona como “el portador de la antorcha de la Verdad” es el papel que luego cumplió Krishnamurti. Aunque en ese artículo Radha dice que “esa es su opinión”, la ST tiene desde su fundación importantes etapas claramente observables, una de ellas giró en torno al Instructor del Mundo. En una de las biografías sobre Krishnamurti leemos:
(en 1931) …dijo a Lady Emily: “Usted sabe, madre, que nunca lo he negado [ser el Instructor del Mundo]; sólo he dicho que no importa qué o quién soy yo, sino que ellos deben examinar lo que digo, lo cual no significa que haya negado ser el I.M.”. K jamás habría de negarlo. Diría más tarde (el 5 de febrero de 1986, 12 días antes de su fallecimiento): “Sigo siendo el instructor. K está aquí como está sobre el estrado”.
Cuando HPB escribe sobre el “portador de la antorcha de la Verdad” aparece la última respuesta de “La Clave de la Teosofía” (que es el último libro de HPB), y ella habla también de “cuando llegue el momento de efectuar el esfuerzo del siglo XX”, según nos dicen, el último cuarto de siglo desde 1275. Relacionemos un poco la historia; hasta 1975, centenario de la ST, tres sucesos claves habían ocurrido comenzando con la fundación de la ST en el último cuarto del siglo XIX, se firma el acta el 8 de septiembre de 1875, se constituye la ST. Esto es sabido por todos. Hubo otros dos sucesos de importancia capital dentro de la ST (a principios del siglo XX). En 1928, la Dra. Besant declaró que en la Gran Jerarquía del Gobierno Interno del Mundo, existe un cargo que lo desempeña la Madre del Mundo, así como el otro cargo es el del Instructor del Mundo. Dijo la Dra. Besant:
“Lentamente se irá introduciendo este trabajo complementario en el mundo, con calma y serenidad, se revelará el verdadero lugar de la Mujer en la civilización del futuro, no como rival del hombre, sino como su compañera, su amiga, la otra mitad de la Humanidad; los dos representando a la Entidad Humana. De las mujeres nacerán, cuando hayan alcanzado una evolución más completa, los Buddhas y Cristos del futuro, tal como lo profetizó un Maestro en los primeros días de nuestra Sociedad. El Movimiento de la Estrella comenzó en Adyar, con la Primera Iniciación de Krishnaji (enero de 1910) y su temprana instrucción; así como el movimiento de preparación para la llegada del Instructor Mundial comenzó aquí en Adyar también, y tuvo su complementario –y para ello, su paralelo movimiento para el reconocimiento de la Madre del Mundo, la nueva Anunciación, comenzó aquí en Adyar para la elevación de la Maternidad a su verdadero trono en las Naciones.”
En este escrito también se revela la importancia de Adyar no sólo como “casa central” sino como Sede desde donde la Jerarquía ha organizado acciones que han derivado en impulsos espirituales que afectaron o afectarán el futuro planetario.
Con el centenario de la ST se abrió el nuevo impulso del siglo XX, momento de renovar esfuerzos. Radha se había presentado como candidata Presidencial en las elecciones de 1973; ella era Secretaria General de la Sección India. Los votos favorecieron al Sr. John Coats, en segundo lugar, la Sra. Rukmini Devi y en tercer lugar Radha Burnier. En 1979 fallece el Sr. Coats; Radha estaba con Pupul Jayakar (miembro de la Fundación Krishnamurti) y el propio Krishnamurti, se da este interesante diálogo entre Radha y Krishnamurti:
El 28 de noviembre de 1979 estábamos en el Valle de Rishi. Radha Burnier había venido desde Madrás para pasar unos días con nosotros. Nos trasladamos al salón principal. Una mañana, durante el desayuno, Krishnaji le preguntó a Radha Burnier si se postularía para la presidencia de la Sociedad Teosófica. Ella contestó que no lo sabía. Él dijo: “¿Qué quiere decir con que no lo sabe?” … Después habló nuevamente de la Sociedad Teosófica y de Radha Burnier convertida en presidenta… …La atmósfera era intensa, viva, palpitante. En un punto dijo: “Ellos me proporcionaron dos ángeles ‑he reunido muchos más a través de los años”. Rió; era una risa amplia, y en medio de ella exclamó: “Lo digo muy en serio”. No se había reído de esta manera por años. “Ahora descubro que soy capaz de arreglármelas sin algunos de ellos”. Se volvió hacia Radha y dijo: “¿Puedo darle dos?” Reía, gozoso, pero profundamente serio, sugiriendo algo.
Si relacionamos esto con lo que expone Pedro en su artículo:
La Sra. Burnier fue elegida en junio de 1980 (6 meses después de la charla con Krishnaji) y asumió el cargo el 17 de julio de 1980. Cuando se anunciaron los resultados de la votación, la Sra. Burnier estaba en Suiza y al ser informada decidió ir a Saanen para ver a Krishnaji. Sunanda Patwardhan quien, junto con otros, estaba con Krishnaji en ese momento dijo que él estaba exultante con la noticia. Le dijo a la Sra. Burnier, frente los sonrientes acompañantes: “Radhaji, ahora que tú eres la Presidente yo soy el Vicepresidente”.
Se entiende que Krishnamurti decía ser “el vicepresidente” en el sentido de ser quien la apoye a Radha en su gestión. Cuando a poco de ingresar a la ST, yo preguntaba acerca de Radha, miembros más antiguos contaban que en una de sus primeras visitas de Radha al país, ella había pedido que no la tocasen; al preguntar el sentido de esto, me decían que seguramente era porque la estaban preparando; se decía que el Dr. Taimni sería alguien que participaba de esta preparación. Si Taimni fue uno de sus mentores espirituales, Krishnamurti fue el otro. Si en el seguimiento de la línea argumentativa aceptamos que Radha tuvo que pasar por un período de entrenamiento previo, podemos concluir que su labor como Presidenta no podía tener la misma urgencia, el mismo impacto y el mismo objetivo que el de sus predecesores. Ella inició su gestión Presidencial cuando había comenzado el impulso del último cuarto de siglo, segundo impulso desde la fundación de la ST. Krishnamurti, como instructor, ya había dado al mundo su enseñanza (aunque siguió dando sus pláticas 6 años más) y la ST debía comenzar a dar su propia nota clave con todas sus energías, marcar su propósito para la cual fue fundada, formar un núcleo de la Fraternidad Universal sin distingos. Desde ahora, el trabajo no iba a consistir en “saber contestar preguntas con contenido teosófico”, sino al cambio de actitudes. Saber teosofía no es la nota de la ST como institución, ya lo habían dicho los Mahatmas en sus “Cartas”:
…usted [Sinnett] ha discutido siempre, para rebatirla, la idea de una Fraternidad Universal, desconfiando de su utilidad y aconsejando reformar la S.T. sobre la base de una escuela para el estudio especial del ocultismo. Esto, mi respetado y estimado amigo y Hermano — ¡no se hará nunca!
Ella retoma esta bandera y la pone al frente del trabajo a realizar; para llegar al objetivo de trabajo hay que “cambiar” y ese cambio va desde el “yo al no-yo”, desde el egoísmo al altruismo. En “Regeneración Humana” la palabra “cambio” se repite 75 veces (“cambio fundamental”, “cambio radical”, “cambio trascendental”, “cambio dimensional”, etc.). En su discurso inaugural como Presidenta, el 3 de agosto de 1980 dice:
La S.T. no fue creada sólo para predicar la fraternidad al mundo. La declaración de su primer Objetivo pone en claro que es el propósito de la Sociedad ser un verdadero núcleo de fraternidad. Esto implica que aquéllos que son sus miembros deben ser claramente conscientes de que hay un destino común para todos. El impacto de la Sociedad no debería ser el de un credo, organización o institución más, como muchas otras. Tiene por objeto esparcir la dulce influencia y poder de una Shanga o Hermandad espiritualmente inspirada. Estar ocupado en la tarea de comprensión del yo y en la autopurificación en medio de las distracciones diarias, estar atentos a la calidad de nuestro razonamiento, es el comienzo de una vida religiosa.
Como fue expuesto al principio, hay un antes y un después de Radha; el segundo impulso planetario comenzaba a dar su nota en el planeta, es seguro que alguien como ella -como Presidenta, podría ser la mejor para dar esa nota clave. Mujer, marcado primer rayo de “piloto de tormentas” cuando se necesitan cambios, impecable, clara, directa, sencilla, profunda… atributos que hacen comprender por qué los grandes son verdaderamente grandes. Ocupó su cargo por 33 años. El hecho de ser mujer puede ser significativo si hemos de atender a las palabras de Annie Besant arriba mencionadas respecto al trabajo de la Madre del Mundo y el futuro rol de las mujeres, pues pareciera al menos en Sudamérica, que ellas tienen un lugar en el destino de los países. En la ST sólo hubo dos Presidentes mujeres, la otra fue Annie Besant (1907-1933) los subsiguientes Presidentes fueron hombres.
Para terminar, imaginemos que hemos podido preguntarle a Radha, ¿Qué sugeriría tener en cuenta sobre nuestro desempeño como miembros? Tal vez la respuesta podamos encontrarla en una frase escrita en The Theosophist en Agosto 1988, con ella diciendo que “el trabajo de la Sociedad Teosófica debe ser así, con cada miembro compartiendo la responsabilidad”.
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