Volver al Índice de Revistas
El Teósofo - Órgano Oficial del Presidente Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 136 - Número 01 -  Octubre 2014 (en Castellano)

 
Anterior
Página 19
Siguiente

  

La alegría de conocer a Radhaji desde joven

 

Ram Kumar Singh

Antiguo miembro de la Sociedad Teosófica. Vive en EEUU

 

1.    Línea de conducta

Deben haber cientos como yo cuyas vidas fueron tocadas por Radhaji, esa alma como Paras (Piedra filosofal). En mi caso, estableció patrones de vida en la recta dirección desde que era joven. Es difícil decir algo de alguien que estuvo tan cerca del corazón. La mayoría de las personas la colocaban en un pedestal, pero para mí ella era todavía alcanzable. Algunos dicen que era una administradora severa. Para mí, sin embargo, ella siempre estaba sonriente y era afectuosa como una hermana mayor. Está todo en la mente. Adyar fue siempre como otro hogar para mí.

 

Me acababa de hacer miembro de la Sociedad Teosófica (ST) en la Rama Etawah en 1962 cuando ella era Secretaria General de la Sección India. Yo tenía un trabajo nuevo en Varanasi en el ferrocarril. Me ofrecí como voluntario para la ST y viví en las instalaciones de la Sede de Kamachha. Aquí es donde la conocí. Tenía veintidós años y ella era diecisiete años mayor, por lo tanto pronto comenzó a tratarme como a un hermano menor.  En la cocina, ambos éramos los únicos clientes para la dulce y hermosa cocinera, y serví como traductor entre Radhaji y ella. Ella a menudo se quejaba sobre el uso de ají picante. La cocinera, por supuesto, afirmaba que la comida no sería gustosa si no lo usaba y que perdería su trabajo. Se llegó a un mutuo acuerdo de usar jengibre en vez del ají.

 

Me tomé una total libertad de hacerle preguntas a Radhaji, que en retrospectiva parecen muy infantiles. Ella cumplió su deber al responder de manera que yo pudiera comprender. Había leído la mayoría de los libros de la ST que hasta ese momento estaban traducidos al Hindi, e incorrectamente asumí que estos conformaban toda la literatura que había de la ST. Ella me dijo que estaba equivocado, y que había mucho más en inglés. Me estimuló a que comenzara a leer libros en inglés y eso abrió mis ojos, qué inocente fui. Mi inglés era malo y tuve que mejorarlo para enfrentar el nuevo desafío; yo había nacido en una aldea remota donde mi educación elemental se llevó a cabo sentado en el suelo debajo de un árbol. No comencé a aprender inglés hasta el sexto grado cuando me mudé a la ciudad.

 

Ella a menudo contaba historias de sus días de juventud, cómo su madre le daba su arroz, puesto la noche anterior en curd (yogurt) y sal, temprano en la mañana antes de que fuera a la práctica de danza, que solía ser muy cansadora. Ella amaba bailar e hizo lo suficiente para convertirse en una profesional en Kalakshetra. Quería ser una estrella de cine, y hasta actuó en una película de Jean Renoir en 1951 titulada The River (El Río), a la cual vi tiempo después en EUA, y su actuación fue muy buena. Sin embargo, esa fue la única. No continuó más esa carrera, aunque se convirtió en una estrella en otro campo de acción: la Sociedad Teosófica, que fue su destino final.

 

Era muy meticulosa en todo lo que hacía, y su caligrafía era excelente. Me enseñó cómo poner estampillas postales correctamente en la esquina derecha del sobre, cómo usar el agua para sellar los sobres, y cómo escribir las direcciones claramente con los nombres de las ciudades en letras mayúsculas resaltadas para facilitar la tarea a los carteros. También me pidió que entrara a una escuela de mecanografía, que sería de utilidad en mi vida. Lo dejé a la mitad, y la mecanografía es todavía mi punto débil.

 

Como ella nació y creció en los campus de Adyar, ¡qué afortunada fue de poder  jugar cerca de la Sra. Annie Besant y C. W. Leadbeater hasta los diez años! Se convirtió en miembro de la ST a los catorce años y lo fue por el resto de su vida hasta que falleció a los 90. Una vez, mientras estaba en la Sede en Varanasi, ella y el Dr. C. V. Agarwal pasaron una cinta de una grabación con la voz de C. W. Leadbeater. Me sentí afortunado de haber escuchado su voz con mis propios oídos. Dado que Edison había inventado la tecnología de grabar sonidos en la época de nuestros fundadores H. P. Blavatsky y H. S. Olcott, me pregunto si quizás en algún lado existirán grabaciones disponibles de ellos y también de la Sra. Annie  Besant. Este asunto merece más investigación.

 

Una vez, uno de mis colegas me visitó. Él acostumbraba fumar cigarrillos, lo que estaba prohibido en el complejo. Yo, por timidez, no le dije de esta regla. Radhaji se enteró del incidente, y sugirió que le dijera a mi amigo amablemente mientras estuviera trabajando, de tal manera que no le importara. Así lo hice, aunque aún tenía temor de perder este único amigo en una ciudad nueva. Por el contrario, se disculpó, y nunca volvió a fumar en mi casa.

 

Pronto me convertí en masón. Nunca vivimos en el presente, sino más bien moramos en el pasado o en el futuro. Ahora, a los setenta y cuatro años, me doy cuenta de que esos primeros quince años (1962-76) de mi membresía en la ST fueron los años dorados que nutrieron el resto de mi vida. Fui tan afortunado de haber conocido tantas “gemas”, ¡como almas brillantes!. Algunas me han bendecido, algunas me enseñaron diariamente, algunas ocasionalmente, y a otras las veía muy de cerca. Fue una época de mi vida de reflexiones místicas. Me siento tímido de mencionar sus nombres aquí pero no puedo resistir la tentación: Sryanarayan, Badrinarayan, Sriman Narayan, Jaidev Singh, Sri Prakash, Rohit Mehta, N. Sri Ram, C. V. Agarwal, S. C. Chitrey, G. V. Verma, Ramchandra Shukla, John Coats, I. K. Taimni, y Krishnaji. Todo esto fue gracias a Radhaji y sus indicaciones. Se trata de tener oportunidades en la vida, de pasar tiempo dentro de sus auras.

 

2.    Necesidad de humor en la vida

Las caminatas después de cena en los predios de Kamachha con Radhaji y C. V. Agarwal eran como flotar en los jardines de Indra, la mayor parte del tiempo en silencio pero a veces ella compartía un humor sutil. Mencionaré una historia aquí relacionada a su nacionalidad suiza. Acostumbraba pasar los veranos en Suiza, y supongo que de alguna forma la siguiente historia es común allí: “Después de que Dios creó la tierra, él distribuyó varias cosas en su pueblo para sobrevivir. Los suizos tienen muchísimas montañas y vacas. Mucho después, Dios decidió dar un paseo por donde estaba su pueblo para ver cómo les estaba yendo. Llegó a Suiza y preguntó sobre su bienestar. Se le aseguró que debido a las vacas y las montañas, les estaba yendo bien. La gente trajo muchos productos lácteos, manteca, yogurt, y quesos. Mencionaron que también producían chocolate. Les pidió que le trajeran algo de eso también. Dios estaba feliz y los felicitó. Al levantarse para partir, rápidamente ellos le pusieron delante un plato con la cuenta. Él les preguntó para qué era eso. Le explicaron que todo lo que le habían ofrecido era gratis, pero dado que pidió chocolate, la cuenta era por eso”. Ella dio a entender que los suizos no dan nada sin cobrarlo, ni siquiera a Dios.

 

3.    Sagacidad de ver el lado oculto de la Vida

Mientras estaba en Kanpur en 1971, inicié una granja avícola para obtención de huevos. Durante una de sus visitas, Radhaji me contó que mirara profundamente en el lado kármico del negocio, que es cuando las gallinas dejan de poner huevos, y se venden a los carniceros. Ella tenía razón, por lo tanto pronto di por terminado el negocio con pérdidas. Ella tenía razón, yo estaba equivocado. Esto causó la peor pesadilla financiera de mi vida hasta ese momento. Luego, leí que H. P. Blavatsky había invertido también en un negocio similar durante sus días en Nueva York, antes de encontrarse con H. S. Olcott, y sufrió una pérdida de miles de dólares, un monto muy grande en esos días. En mi vida hubo más complicaciones, desde problemas de salud a huracanes e incendios, pero siempre me recuperaba debido a sus optimistas enseñanzas, pensando siempre que esto no era el fin de la vida después de todo. Karma es nuestro propio bagaje y tenemos que llevarlo nosotros mismos.

 

4.    Trabajar es oración

N. Sri Ram murió en 1973. Un tiempo después, Radhaji vino de visita a Kanpur por un día. Me entregó un souvenir, uno de sus pañuelos con el monograma “N” bordado. Aunque vino por un solo día, con alegría programamos tres conferencias para ella. Luego, nos pensamos que era demasiado, pero ella cumplió con cada una de ellas. Cansada a la noche, dijo “El trabajo es  veneración”. Ella llevaba pequeñas notas para las charlas. Una vez, por curiosidad, las miré de cerca y noté que sólo tenía palabras en las tarjetas como “Nachiketa”. Explicó que no tenía que tener toda la historia escrita en las tarjetas, pero que tan sólo eran para recordarle que en cierto momento ella tenía que citar esa historia de Nachiketa. Me hizo recordar que aún el Cor. Olcott acostumbraba a dar charlas a partir de notas. Nos permite seguir el hilo. Luego, leí en Historia de la Sociedad Teosófica cómo un adepto instruyó al Cor. Olcott para que siempre hiciera notas para las charlas. Yo siempre lo hago. Ella se sentía incómoda con la cacofonía de Kanpur, por ser una ciudad industrial. Ella era franca en la mayoría de los asuntos durante una conversación general.

 

5.    Vivir una vida teosófica

Regresé a Kanpur luego de mi trabajo en las vías de la frontera por siete años en el límite indio-himalayo. Radhaji me mencionó sobre el deterioro de las calles en la Sede de Kamachha. Explicó su plan para proveer fondos para su reparación, que se logró fácilmente, y me comisionó para que lo hiciera llevar a cabo. Se hizo en un tiempo muy corto. Espero que las calles estén todavía en condiciones luego de cuarenta años. ¡Qué considerada era respecto a cada pequeña cosa! Ella me enseñó un secreto muy grande: en la vida de todos, siempre hay algunos momentos en los que todo se sale de control, cuando nada va bien, y cada vez que uno toca oro, se vuelve suciedad. ¿Qué hacer durante esas fases de la vida? Dar las gracias por lo que tienes. Es decir, considera en esos días cuándo hiciste algo bueno por los demás, cuándo le hiciste la vida un poco mejor a alguien. Pronto, tu comprensión sobre la vida regresa y la confianza está de vuelta. Entonces tocas suciedad y comienza a convertirse en oro. Por consiguiente, continúa agregando ahora a tu caja de ahorro de buenas obras. Haz una buena obra diariamente no importa cuán pequeña o grande pueda ser.

 

6.    Pragmatismo y manejo de redes

Cómo ella manejó esos temas, algunos de nosotros lo recordaremos, como fue la oposición a un proyecto del gobierno de hacer grandes cantidades de mataderos por todo el país y cómo enviar emails en masa fue finalmente efectivo. Fue su trabajo en las redes lo único que salvó el asunto de la intención del gobierno de apropiarse de la propiedad de Adyar. Su pensamiento a través del tiempo se volvió tan pragmático que pudo salir victoriosa en la mayoría de las situaciones difíciles. Compartiré una historia más aquí. Alrededor de dos décadas atrás cuando Myanmar (ex Burma) quedó bajo el control de dictadores militares, comenzaron a aplicar medidas duras respecto a actividades religiosas. Tuvimos todas las Ramas cerradas. Los grupos de la EE pasaron a ocultarse. El problema fue cómo recuperar algún material de carácter confidencial que los grupos de la Escuela Esotérica habían dejado allí. Luego de serias consideraciones, ella pidió a C. V. Agarwal que obtuviera ayuda de los monjes budistas. Algunos estaban aún arriesgando sus vidas al viajar encubiertos y mantener un perfil bajo. Él tuvo una entrevista con algunos monjes y finalmente tuvo éxito en que los monjes transportaran el material hacia la India. Fui parte de este plan en una escala muy pequeña, al proveer algunos dólares. Generalmente, nosotros los teósofos estamos un poco a la zaga en manejar esta clase de situaciones.

 

7.    Bienvenido a casa Krishnaji

Algunos de nosotros sabemos que Krishnaji no visitó Adyar desde 1933 cuando la Sra. Annie Besant falleció. Esto creó un trasfondo de malestar entre los miembros de la ST y los seguidores de Krishnaji. Poco tiempo después de convertirse en la Presidente Internacional en 1980, Radhaji tomó la tarea de romper el hielo. El mismo año, luego de medio siglo, Krishnaji regresó a casa en el complejo de Adyar de la ST. Ella hizo historia al silenciar a personas de ambos lados y al crear buena voluntad para aceptar las enseñanzas de Krishnaji por todo el mundo. Este simple acto brillará como un diamante cuando alguien escriba su biografía sobre sus treinta y tres años de Presidente Internacional y noventa años en su cuerpo físico.

 

8.    Un diamante perfectamente tallado

Un diamante debe tener cincuenta y ocho facetas para que pueda ser clasificado como un tallado perfecto o cristalino, ni más ni menos. Sólo un diamante así puede reflejar la máxima luz, como el resplandor del sol. Radhaji fue uno de ellos, una gran alma amorosa. Hay algo que lamento. Ella quiso que regresara a India y trabajara para la ST, pero no lo pude hacer. Estoy profundamente arrepentido por esto. La ST necesita muchos voluntarios de buen corazón por todos lados y no hay muchos disponibles. Lectores de estas líneas, si tienen el deseo de ofrecer sus servicios a la ST, no lo dejen para después y luego se arrepientan como yo hice, cuando el cuerpo o alguna situación ya no se los permita. El Maestro KH le escribió a A. P. Sinnett “Si hubieras venido a mí cuando eras un muchacho de diecisiete años, antes de que el mundo pusiera su pesada mano sobre ti, tu tarea hubiera sido veinte veces más fácil”.

 

  

Anterior
Página 19
Siguiente