Vol. 135 - Número 09 - Junio 2014 (en Castellano) |
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No se pierde ningún esfuerzo cuando se persiguen nobles intenciones
G. DAKSHINA MOORTHY Vice Presidente de la Federación Teosófica Kamataka. Conferencia dada en la Convención Internacional, Adyar, en diciembre 2013
No se pierde ningún esfuerzo cuando se persiguen nobles intenciones. ¿Están de acuerdo? Esta es la teoría teosófica del mínimo esfuerzo. Explica la simple verdad de que nadar contra la corriente (una alegoría de la vida común, o del ser humano ordinario) es forzarse. Esto desvanece toda nuestra energía. El hombre cae en agonía y desesperación. Si están de acuerdo con esto, deben preguntarse ¿cómo lo hago? ¿Siendo enseñado, leyendo lo que escribieron las autoridades; o experimentando su verdad dentro de nosotros mismos? A menos que sea esto último, deben escuchar con atención. La teoría trabaja dirigiendo a la humanidad hacia su perfección. Una confesión de la fe cristiana, expresada domingo a domingo, es: Hicimos las cosas que no debimos haber hecho, y dejamos de hacer las cosas que deberíamos haber hecho. Como resultado, la humanidad está agotando la energía de modo doble debido a la falta de sabiduría, y es incapaz de llegar a la meta de la vida. Vivimos en conflicto constantemente y así perdemos nuestra energía repetidamente. Nobles intenciones son aquellas causadas por el amor, la compasión y la empatía hacia todas las criaturas. Sin embargo, lo que vemos en la vida diaria es que el hombre actúa motivado por su deseo de placer y disfrute, es decir, por intenciones egoístas, que no tienen en cuenta los intereses de los demás. Bien, ¿qué hay de malo en la búsqueda de los objetivos propios? Usted ve que son nuestras intenciones las que nos llevan hacia adelante en la vida. Las intenciones nos llevan a actuar y hacer un esfuerzo, que es gastar energía. ¿Puede uno explicar el proceso de disipación de la energía? Recordemos de las conferencias de J. Krishnamurti:
Las motivaciones propias, opiniones, creencias, temores, gustos y aversiones, forman el contenido de la propia mente. De ellos uno define los patrones de su vida, de los que uno no será capaz de salir, por miedo a la incertidumbre e inseguridad. El propio modelo de vida es parcial y peculiar a uno mismo. Es imperfecto y no se ajusta a la totalidad de las cosas, que es el verdadero marco de la vida. La verdad es lo que es. Impulsado por el propio patrón de vida elegido por uno mismo, uno considera la vida en términos de lo que debería ser. Entonces, de acuerdo a JK ´... la diferencia entre "lo que es" y, según nuestro patrón, “lo que debería ser" es el causa de conflicto´. ¿Cuál es el efecto de este conflicto? JK explica, además, "... la energía se disipa en el conflicto entre "lo que es" y "lo que debería ser ". La pérdida de energía por trabajo es una experiencia mundana común. El conflicto entre "lo que es" y "lo que debería ser" causa la disipación de la energía, podemos notar el movimiento de nuestro pensamiento, de lo concreto a lo abstracto. Trataré de explicarlo llevándolos brevemente a través de la Odisea de Homero. En cada país del mundo hay leyendas que tienen exposiciones alegóricas. Ellas buscan trasmitir la quintaesencia de la vida superior a otras generaciones. Entre ellas, la Odisea de Homero que ha superado a otras leyendas por su brillante exposición. La Odisea de Homero Ulises anhela la victoria, posesión y gloria en la vida. Va tras los troyanos en la batalla y logra su objetivo. En el curso de sus expediciones se aleja de su esposa Penélope, su hogar, y país; se vuelve andrajoso, cansado, y se convierte en un hombre viejo y feo como resultado de las seducciones del juego de Calipso, las tentaciones de Circe, y los crueles infortunios de Atenea. Se da cuenta de las pretensiones de los propósitos mundanos y decide retornar a casa. Necesitó encontrar por sí mismo el verdadero camino que lo llevara de regreso a casa, construye con sus propias manos una nueva embarcación y parte para el hogar. Como Ulises abandona sus intenciones de ser agresivo y ambicioso, las deidades del Olimpo ejercen sus poderes a su favor; Calipso abandona sus atractivos y, de igual modo, Circe se transforma de una seductora a una ayudante. Atenea le restituye la juventud. A su llegada, Ulises es reconocido fácilmente por su anciana nodriza y su fiel perro. Pero Penélope no se lanza inmediatamente a sus brazos. Incluso cuando Atenea le restituye la juventud y una mayor dignidad y belleza, él tiene que probar su identidad a Penélope antes de que ella lo acepte. "Lo inferior" y "lo superior" En esta historia Ulises representa, simbólicamente, la mente despierta del hombre que busca después de largos años de luchar con las cosas del mundo, representadas por los troyanos, para recuperar el conocimiento de sí mismo. Él representa la mentalidad activa, luchando contra los obstáculos y empujando hacia delante en rápido movimiento. Penélope, su esposa, se sienta ante su telar esperando pacientemente en casa a que él retorne. Representa la naturaleza superior o la intuición espiritual, y permanece en el trasfondo de todo el poema como una influencia penetrante. El hecho de que Penélope no acepte a Ulises de inmediato, es que cualquier persona que desee el reconocimiento del Yo superior tiene hacer una clara demanda; debe reconocer inequívocamente y llamar a su dios interno antes de que él pueda ayudarle. Svetasvatara Esto trae a nuestra mente la alegoría de los dos pájaros, alegóricos de la vida inferior y superior, de un verso del Svetasvatara Upanishad:
Dos pájaros sentados en la misma rama de un árbol Pippalm (especie de higuera de la India), uno comiendo los frutos del árbol y disfrutando sus efectos, el otro sentado simplemente y observando. Usted está familiarizado con la alegoría de los Upanishads. El pájaro que está comiendo la fruta y disfrutando de sus efectos es el yo inferior, esa parte del hombre impulsado por las capacidades del cuaternario inferior. El otro pájaro, simplemente sentado y vigilando, es el Ser superior impulsado por la tríada superior del hombre. Representa el estado de prueba, el estado de no-mente, stithaprajnatva. Como teósofos, deberían seguir fácilmente el significado de este versículo. Gita En el Bhagavadgitâ se dice: el hombre tiene dos yoes, uno que lo vincula con la materia, el otro con el Espíritu. Él mismo tiene que decidir a cuál de ellos le da expresión, al más bajo o al más elevado. El Gitâ nos ha enseñado a discernir karma de akarma. Akarma tiene la noble intención de cuidar a los demás, altruismo (Capítulo III, Versículo 9), Akarma es aquella acción nuestra, que no nos ata a los resultados de la acción. Esto también se denomina nishkama karma, es decir, acciones sin deseo de recompensa (Capítulo III, Versículo 25). El Mundaka Upanishad, en su recorrido, da esta instrucción invaluable: Para triunfar, un héroe tiene que depender de su poderoso arco para el éxito, el arco que ningún otro puede manejar, en vez de armas más lógicas como espada o lanza. Al tomar el arco, la gran arma, permítanle colocar en él la flecha, afilada por la devoción. Entonces, después de haber atraído un pensamiento dirigido a AQUELLO, que es, da en el blanco, Oh, amigo, el Indestructible. El objetivo es ser golpeado por un hombre que no es irreflexivo, y luego, cuando la flecha se vuelve una con el objetivo, él se volverá uno con Brahman. Convertirse en uno con Brahman significa cambiarse a la vida verdadera, la vida superior, por encima de lo mundano; igualar lo que es con lo que debería ser; salir de nuestros patrones y volver a unir la corriente natural de la vida, que es el orden cósmico de la evolución, eliminando la diferencia entre el observador y lo observado. Conclusión: Se necesita esfuerzo para ascender de un nivel bajo de emoción o sensación, a un estado superior. En ese estado superior el alma puede hablar a través del corazón del creador en vez de hacerlo mediante los sentidos humanos. Cuando se está en ese plano, se requiere esfuerzo para mantener aquello que se ganó, pero ningún esfuerzo es necesario cuando el alma está hablando desde el corazón, porque entonces el trabajo fluye espontáneamente como la corriente de un gran río. La inferencia es: ¡no se gasta ninguna energía al vivir en un Yo superior, es decir, viviendo noblemente, impulsado por el amor y la compasión hacia todas las criaturas!
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