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El Teósofo - Órgano Oficial del Presidente Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 135 - Número 08 - Mayo 2014 (en Castellano)

 
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Explorando la “autoconciencia” con los jóvenes

 

Devdas Menon

Profesor del Departamento de Ingeniería Civil, IIT Madras.

 

śreyaś ca preyaś ca manusyam etah

tau samparitya vivinakti dhirah

śreyo hi dhiro’bhipreyaso vrnite

preyo mando yoga-ksemâd vŗnite

    Kathopanisad

 

[Traducción: Lo verdaderamente bueno (śreyah) y los placeres efímeros (preyah), se le presentan al hombre. Mientras el heroico sabio (dhirah) discierne cuidadosamente entre los dos y elige śreyah en vez de preyah, el tonto (mandah) elige preyah, al desear adquirir y preservar los diversos objetos de los sentidos]

 

 

Este mensaje de los Upanishads, presumiblemente dado por el Señor Yama al joven buscador de la verdad, Nachiketa, de acuerdo a la antigua fábula, señala una gran verdad, que es universal e imperecedera, y verdaderamente muy importante en la educación. ¿Estamos preparando a nuestros jóvenes, al menos a los mejores entre ellos, a tomar el sabio y heroico sendero de dhirah, el sendero gratificante de śreyah? La evidencia, desafortunadamente, señala abrumadoramente lo contrario. La vasta mayoría de nuestra población “educada” esta claramente en el sendero mandah del preyah, concentrada casi enteramente en disfrutar diversos placeres sensuales, acumulando riqueza y adquiriendo poder, a cualquier costo. Aunque pueda parecer cínico, hay cierta verdad en la famosa observación de Theodore Roosevelt: Un hombre que nunca ha ido a la escuela puede robar un vagón de mercancía, pero si tiene educación universitaria, puede robar todo el ferrocarril.

 

De acuerdo con la sabiduría antigua, la sed (tŗishnā en sánscrito) de felicidad es un deseo natural en todos los seres sencientes , y surge de una sensación de estar separado de nuestra Fuente. Es por tanto natural que busquemos apagar esta sed de toda forma posible, comenzando con los placeres de los sentidos, la riqueza y el poder. El sendero del mandah de preyah es realmente el modo en que todos comenzamos nuestras vidas, pero en una cultura espiritual, es de esperar que estemos concientes de la trampa de nuestra naturaleza inferior y nos elevemos sobre ella. Es de esperar que descubramos y manifestemos en nuestras vidas nuestra verdadera naturaleza superior, gobernada por śreyah. ¿No debería nuestra educación, por lo menos en nuestros mejores colegios y escuelas, facilitar e inspirar este florecimiento pleno del potencial humano? Actualmente, parecería que este “florecimiento” está limitado a dominios altamente especializados y estrechos, y aún aquí, las fuerzas poderosas de preyah tienden a prevalecer y abrumar.

 

 

Desafío existencial para los jóvenes en India

 

En mi opinión, el mayor desafío existencial que enfrentan los jóvenes de India hoy, es pensar por sí mismos sobre quiénes son realmente, qué están haciendo, y por qué lo están haciendo. En el sorprendente incremento económico y tecnológico de la India moderna, donde hay tantas promesas, millones de jóvenes parecen estar tomando el mismo tren.

 

Parecen estar moviéndose en forma sincronizada, esforzándose por obtener buenos trabajos, de tal manera que puedan casarse, tener hijos, y poder enviar a sus hijos a buenas escuelas, de forma que puedan obtener una buena educación, obtener trabajos y casarse, y tener hijos, etc. Hay mucho deseo y ambición, pero no demasiada introspección profunda o consideración de las cuestiones filosóficas y metafísicas fundamentales sobre quiénes somos realmente y por qué estamos aquí.

                                                                                              Andrew Cohen

 

Hay tanta presión en nuestros jóvenes, de todos lados: padres, sociedad, medios, para “triunfar” en la “lucha por la supervivencia” que fracasan en mirar hacia adentro y descubrir dónde yace su verdadero llamado interno. Muchos de ellos son conducidos a que aspiren a ser ingenieros y doctores, mientras que sus aptitudes pueden estar en otra parte. Aún aquellos que descubren, a través de la educación en el colegio, que sus aptitudes realmente están en los campos de la ingeniería y la medicina, se encuentran a sí mismos extrañamente compelidos a abandonar su vocación, cayendo victimas de las incesantes fuerzas de preyah que aplastan a nuestra cultura. Así, vemos a algunos de los mejores estudiantes del IIT, que hubieran sido excelentes ingenieros e investigadores, acaban en finanzas y software, tentados por los increíbles salarios que se les ofrecen. En realidad, son persuadidos a hacer esto por sus propios padres, que celebran su éxito al ser capaces de ganar mucho dinero en poco tiempo, cantidades que ellos no han visto en toda su vida. Asimismo, en el campo de la medicina, aún los mejores estudiantes, que ven que tienen una vocación natural hacia la sanidad, abandonan esta vocación para elegir las opciones más populares y lucrativas.

 

Difícilmente alguien se detiene a reflexionar y preguntar: ¿por qué, a dónde? Estas preguntas básicas a menudo surgen en una etapa posterior, la llamada “crisis de los cuarenta”. Por supuesto, que nunca es demasiado tarde para tomar el sendero de śreya, pero no es fácil hacerlo, cuando la brillantez de la energía de nuestra juventud ha disminuido y uno se halla a sí mismo “quemado”, fatigado y algo desilusionado de la vida. Conlleva un coraje significativo, inspiración, disciplina y aspiración, convertirse en un dhirah, ¡cuanto antes, mejor! Además, a menudo, encontramos a personas en sus últimos años, que prefieren buscar solaz y terapia, en vez de auténtico crecimiento.

 

La crisis de la que somos testigos se refleja en el caos que vemos afuera, por el cual somos todos responsables colectivamente, la terrible disparidad entre la pobreza y la abundancia, junto con la contaminación en aumento y el daño irreversible a la ecología y el medioambiente, la desenfrenada corrupción en todos los niveles, y la incapacidad de políticos y líderes, quienes parecen casi todos perdidos en las trampas de preyah. Es muy fácil sumergirse en un sentimiento de desesperanza, y aún así nada puede ser más dañino para nosotros que perder la esperanza y la fe, y caer en la victimización y el juego de las culpas. Necesitamos hacer todo lo que podamos, en nuestras limitadas esferas respectivas, para estimularnos e inspirar a los demás  hacia el sendero de śreyah. 

 

Explorando la “autoconciencia” con los jóvenes

¿De qué sirve poder viajar a la luna, si no podemos atravesar el abismo que nos separa de nosotros mismos?

Este es el más importante de todos los viajes, y sin él, todo el resto es inútil.

                                                                                              Thomas Merton

 

En el IIT de Madrás (Instituto Indio de Tecnología), hemos estado explorando diversos modos de introducir el desarrollo “interno” en la educación. Esto ha sido mayormente de naturaleza “extra-curricular”, usando varios foros, tales como Reflexiones y el Circulo de Estudio Vivekananda, incluyendo mayormente charlas y debates que trataban de diversos temas. Nos damos cuenta de la necesidad de una estructura sostenida de estos programas para que sirvan significativamente al objetivo de facilitar la auténtica transformación interna. Así, nos topamos con la idea de desarrollar un curso regular que sea parte de la currícula, y no algo extra-extracurricular. Queríamos que el curso fuera “exploratorio” en naturaleza, distinto a otros cursos en el Instituto. El planeamiento tiene que ser “abierto”, en vez de prescriptivo, mientras que al mismo tiempo esté enfocado a ser profundo y transformador.

 

En octubre de 2011, el Consejo Universitario de IIT Madras aprobó una propuesta para iniciar un curso “de libre elección” de 3 créditos sobre Auto-Conciencia, abierto a todos los estudiantes interesados del Instituto, desde Doctorados a Licenciaturas en Tecnología, para permitirles a los estudiantes comprender la auto-conciencia basada en la sabiduría tradicional india y los enfoques modernos; aprender a encontrar inspiración, tomar la responsabilidad de la propia vida interna; vivir con integridad y contribuir creativamente hacia el bienestar de todos.

 

Este curso se realizó tres veces desde enero 2012, y la respuesta de los estudiantes que “acreditaron” el curso y otros, ha sido abrumadoramente positiva. Basados en esta experiencia, ahora estamos ofreciendo un curso avanzado en Karmayoga Integral, que trata sobre la espiritualidad en el trabajo, y está basado principalmente en algunas de las enseñanzas universales del Bhagavadgitā, descrito en las palabras de Sri Aurobindo como nuestra principal herencia nacional, nuestra esperanza para el futuro.

 

“¿Auto-conciencia?”

Los jóvenes tienen, por naturaleza, una inclinación intelectual, pero pesar demasiado puede ser un obstáculo cuando se asocia con el desarrollo holístico. Nuestros estudiantes y profesores se entrenan a sí mismos para pensar mucho, porque el pensar realmente es una función primaria en el mundo académico, donde las frases habladas comúnmente comienzan con “Yo pienso…”, es relativamente raro escuchar a alguien aquí decir “Yo siento ….” Mientras que el pensamiento es una tremenda fortaleza en los académicos, y en general, en la ideación racional y conceptual, necesita suplementarse por medio de un desarrollo saludable de otros potenciales humanos, para un crecimiento holístico y equilibrado.

 

Cuando tendemos a encerrarnos en nuestras cabezas, perdemos contacto con otros aspectos de nuestro ser. Hasta a veces olvidamos, o mejor dicho perdemos conciencia del hecho de que tenemos cuerpos físicos que son capaces de sentir, que es diferente a pensar. El cuerpo es un excelente sensor que puede revelar verdades de nosotros mismos, que nuestras mentes tienden a ignorar, ocultar o engañarse al respecto. También tenemos deseos de diferentes clases, que son claramente diferentes de los pensamientos, y que son la fuerza motriz de preyah.  Es muy necesario reconocer su existencia y lidiar con ellos sabiamente. De lo contrario, tienden a pescarnos inconcientes, a menudo demandando gratificación inmediata, y son capaces de causar mucha angustia, ansiedad y confusión. Cuando las ansias son fuertes, persuaden y someten a nuestra voluntad mental a la obediencia, y nuestros pensamientos terminan sirviendo a nuestros deseos, a veces inconcientemente, compeliéndonos a racionalizarlos o justificarlos, o haciéndonos sentir culpables. Los deseos también se manifiestan comúnmente en un sentido negativo, cuando las cosas “van mal” y las personas se comportan de una manera contraria a nuestras expectativas, y perdemos la capacidad y la sabiduría de śreyah para manejar efectivamente la consecuente angustia, enojo y confusión.

 

Además de las sensaciones y deseos, hay emociones que hablan otro lenguaje, diferentes del lenguaje de los pensamientos, ante las cuales tenemos que estar alertas y comprenderlas. Ellas tienen su propia inteligencia, y son especialmente valiosas en el desarrollo de nuestras relaciones con los demás y el entorno. Amor, empatía, interés y compasión son imperativos para nuestro bienestar individual y colectivo, el pensamiento no puede desarrollarlos. Finalmente, hay intuiciones de varias clases que trascienden el reino de los pensamientos, y emergen desde un espectro mucho más amplio de conciencia que no es normalmente accesible a la mayoría de las personas. Tales intuiciones pueden surgir de la profundidad espiritual de nuestros corazones o de una amplitud superior. Ellas son trans-racionales y proveen una verdadera perspectiva holística, que brinda unidad y síntesis, lo cual es muy diferente de los métodos analíticos de la mente pensante. Cuando estas intuiciones surgen de una manera perdurable desde el corazón, proveen de una verdadera brújula para la vida, señalando claramente hacia el propio propósito de la vida. Por lo tanto, paradójicamente, el sendero de śreyah nos conduce no sólo hacia la unidad y universalidad, sino también hacia una individualidad bien desarrollada. El propósito individual de la vida, necesariamente debe estar en armonía con un propósito de creación universal o cósmico, que de acuerdo a la tradición de sabiduría, es hacia la manifestación de la verdad, belleza y bondad, y la evolución de la conciencia.

 

Por lo tanto, para vivir saludablemente conciente es necesario (i) estar completamente alertas a todo lo que sucede en nuestro campo de conciencia, (ii) obtener una creciente percepción al propio propósito de la vida alineado en el sendero de śreyah, (iii) estar concientes cuando caemos dentro de la disfunción y la falta de alineamiento, y (iv) hacernos completamente responsables de nuestras respuestas internas y conducta externa y de ese modo esforzarnos por la rectificación y el desarrollo de nuestros potenciales hasta su plenitud. La auto-conciencia es un poderoso medio para facilitar esa transformación y desarrollo interno.

 

En el curso de “Auto-conciencia” encontramos participantes que se esfuerzan inicialmente para apreciar la múltiple naturaleza de su ser interno. El pensamiento compulsivo es una segunda naturaleza para ellos, pero se dan cuenta que aún sus habilidades mentales necesitan mejorar significativamente. Descubren que mucha de la actividad mental incesante es de naturaleza no productiva y disipadora. La mente sobre exigida tiende a comportarse como una computadora que no puede apagarse; hay demasiados “programas”, la mayoría ocultos, trabajando innecesariamente en el trasfondo, disipando un montón de energía continuamente. Además de consumir energía, el ruido mental induce al stress y la fatiga, y cuando hay una real necesidad de pensar con alta concentración, el sistema a menudo “se cuelga”.

 

Esta obsesión con el pensamiento es una enfermedad ampliamente extendida en la actualidad. Es verdaderamente una enfermedad, porque nos hace disgustarnos, a lo cual estamos a veces vagamente concientes. Ser capaz de liberarse, aunque sea temporalmente, de esta limitación, de estar “bajo llave” en nuestras cabezas, puede sentirse realmente liberador.

 

Libertad, regocijo y atención

Uno puede estar rodeado de exuberante belleza, por montañas, campos y ríos. Pero a menos que uno esté conciente de eso, podría estar muerto.

                                                                                  Jiddu Krishnamurti

 

Es irónico que aunque vivamos en medio de un bello entorno silvestre, en el IIT Madrás la gran mayoría de los estudiantes parecen moverse completamente inconcientes de la presencia inmediata de la Naturaleza a nuestro alrededor, maravillosa y vívida. Permanecemos encerrados en nuestros respectivos y estrechos mundos mentales, y ¡no necesariamente comprometidos en resolver brillantemente los muchos problemas tecnológicos del mundo! De hecho, si sólo fuéramos concientes, rápidamente descubriríamos que la mayoría de nuestra actividad mental es aleatoria y descentrada, a menudo girando continuamente alrededor de temas rutinarios o preocupaciones y ansiedades triviales.

 

Los participantes son agradablemente tomados por sorpresa cuando vamos al aire libre para alguno de nuestros estudios de “Auto-conciencia”, bajo la sombra de un hermoso árbol banyano. Están aún más sorprendidos cuando conversamos sobre la importancia de no hacer nada, de sólo ser, de estar simplemente concientes, de estar centrados. Todo lo que ellos tienen que hacer es prestar una tranquila atención, y estar profundamente concientes de todo lo que experimentan. Esto a menudo resulta ser una experiencia colectiva transformadora.

 

Por ejemplo, con los ojos cerrados, aprendemos juntos a escuchar y disfrutar los sonidos de la naturaleza, el susurro de las hojas en la brisa, una orquesta de grillos, el canto a todo pulmón de un ave o el chirrido de una ardilla, entremezclado con los sonidos de la actividad humana y el rumor del tránsito vehicular. Cada sonido tiene su propia nota especial, eventualmente formando parte de un trasfondo. En ausencia de un sonido mental, todos estos hechos parecen verdaderamente maravillosos. Sentimos una sensación inmediata de alivio de nuestro habitual, estrecho y constreñido sentido de percepción y auto-identidad adherido en la mente, y nos encontramos en una vasta e ilimitada expansión de deliciosa conciencia. En ese amplio campo de conciencia, permanecemos atentos y presentes, claramente perceptivos, no sólo de varios objetos (tales como sonidos) que vienen y van naturalmente, sino más importante aún, de la amplia quietud y silencio de la cual todos ellos emergen y dentro de la cual desaparecen. Entonces, sólo existe esa quietud ilimitada, conciencia pura. Las preocupaciones y ansiedades que nos atormentan rutinariamente, entonces parecen ser remotas, tontas e insignificantes.

 

Los participantes comienzan a hallar valor en esos simples, aunque profundos, estados de ser. Tratamos de exponerlos a varias clases de ejercicios simples en atención plena. Por ejemplo, sentados juntos, a veces tratamos de volver a despertar nuestra propia experiencia del mundo en nuestra infancia. Todo, desde una pequeña hormiga a un árbol enorme, ¡parece ser tan fascinante, tan maravilloso, tan vivo, tan misterioso, tan delicioso!

 

¡Es tan importante, extraordinariamente importante, experimentar esto diariamente! Los entornos naturalmente bellos y armoniosos en los 640 acres de bosques en el IIT Madras, donde vivimos y trabajamos, nos ofrecen el ambiente perfecto para esto. Hacemos uso del don de la percepción sensorial, el mismísimo sentido que puede atraparnos en preyah, para algo sublime, pleno de auténtico bienestar, belleza y armonía, que constituyen la misma naturaleza de śreyah. Qué maravilloso sería, si pudiéramos aprender a impregnarnos a nosotros mismos de este Espíritu, y permanecer “centrados” en tal conciencia más a menudo, en cualquier lado, ¡aún en el medio del bullicio y ajetreo de la vida diaria!

 

A través de esa conciencia, descubrimos que tenemos la libertad y la objetividad para observar de cerca cualquier “objeto” que surja en el amplio campo de nuestra conciencia. No sólo la magnificente foresta a nuestro alrededor, o el estrellado cielo nocturno con nubes que flotan lentamente, que de repente se hacen presentes en nuestra conciencia, sino también un completo paisaje interno de sensaciones, impulsos, deseos, emociones, pensamientos e intuiciones que también se vivifican en nosotros.

 

Ese estado de conciencia nos ayuda a prestar una atención centrada a la realidad del presente. Nos ayuda a encontrar nuestro propósito más efectivamente, en cualquier tarea que necesite ser realizada. También puede tener una influencia profundamente positiva en los demás, como por ejemplo, cuando aprendemos a escuchar en forma total. Ciertamente, sin esa conciencia centrada en el presente, tendemos a permanecer distraídos, y la vida tiende a volverse más rápida, estresante, y a menudo desprovista de significado y contento.

 

Contento en el trabajo

Porque ¿quién podría vivir o respirar si no existiera este Regocijo de la existencia como el éter en el cual moramos? Todos estos seres nacen del Regocijo, por el Regocijo existen y crecen, al Regocijo regresan.

Taittriyopanisad

 

El regocijo (ānanda), desafortunadamente, no es algo que experimentemos frecuentemente, y los estudiantes saben esto muy bien. Es necesario para todos nosotros encontrar regocijo en el trabajo que hacemos y en las relaciones que tenemos.

 

Existe una historia constructiva sobre dos actitudes extremas al trabajar que debatimos con nuestros estudiantes, sobre el tema del regocijo o contento en el trabajo.

 

Había una vez, durante la construcción del Taj Mahal, un monumento magnificente hecho de mármol, alguien que al observar a los obreros trabajando le preguntó a uno de ellos, “¿Qué estás haciendo?” El obrero, que parecía estar mecánicamente ocupado cortando el mármol, apenas levantó la vista, y masculló, “¿No ve? Estoy cortando piedra”. El visitante recorrió la hilera de obreros, y se detuvo frente a otro obrero, que parecía ser diferente de los demás. Este trabajador tenía una chispa en sus ojos. Él de vez en cuando se detenía, alzaba la vista, como si reflexionara profundamente sobre algo, y cuando ponía su cincel sobre la piedra, lo hacía con gran habilidad, entusiasmo y contento. Cuando vio al visitante detenerse frente a él, le ofreció una sonrisa gentil. Cuando el visitante le hizo la misma pregunta, “¿Qué estas haciendo?”, su contestación fue: “¡Estoy construyendo el Taj Mahal!”

 

Esta historia de los dos cortadores de piedra es profundamente significativa y ejemplifica la diferencia entre una dedicación total al trabajo y otra a medias. La vasta mayoría de las personas, nueve de cada diez, de acuerdo a los cálculos  ofrecidos por nuestros estudiantes, parecen pertenecer a la categoría de dedicación a medias. Ciertamente, esto también lo declara Stephen Covey en su libro The 8th Habit (El 8° hábito) basado en muchas décadas de investigación, llevadas a cabo en todo el mundo:

 

A pesar de todo nuestro progreso y desarrollo tecnológico, la mayoría de las personas no prosperan en las organizaciones en las que trabajan. No están ni satisfechos ni entusiasmados. Están frustrados. No tienen una visión clara. Están sobrecargados y distraídos. No sienten que puedan mejorar mucho.

 

Seguramente, esta no es una manera saludable de vivir. Muestra claramente que nuestros potenciales permanecen tremendamente inutilizados, y que nuestras vidas no están inspiradas. A menudo, esto sucede porque no estamos haciendo el trabajo que estamos destinados a hacer. Estamos simplemente haciendo cosas porque otros dijeron que era importante hacer eso, o porque creemos que es necesario para nuestra supervivencia. Ese trabajo no es ni interesante ni requiere demasiado esfuerzo. Sólo en raras ocasiones encontramos un trabajo que es agradable y sin demasiado esfuerzo, y perfecto. En esos raros momentos, sentimos como si fuéramos parte de un “flujo” y alguna fuerza superior misteriosa se manifestara en el trabajo a través de nuestro ser. Qué maravillosa sería la vida si estos momentos aparecieran en nuestra vida más frecuentemente. Esto requiere que nosotros identifiquemos nuestro propósito de vida, el mismo propósito por el cuál hemos nacido. Durante la duración del curso, incentivamos a los estudiantes a descubrir estas actividades que les brindan regocijo, con las que sienten afinidad, y a partir de las cuales sienten un profundo sentimiento de satisfacción, algo que las motivaciones usuales de preyah, tales como dinero y fama, no pueden brindar.

 

Nuestro curso sobre “Auto-conciencia” es exploratorio por naturaleza. Tiene muchos elementos, los cuales apuntan a una transformación interna para una vida auténtica y plena. Los participantes necesitan mirar experimentalmente dentro de sí mismos, y su comprensión se refleja en las muchas tareas  que se les pide que hagan. También se les enseña respiración útil y técnicas de meditación, y se monitorean los efectos fisiológicos de su práctica. Esencialmente, han aprendido la importancia de desconectarse y “retroceder” hacia la amplitud de la conciencia y así permanecer “centrados” e interiormente calmados, aún bajo situaciones difíciles. Muchos reportan mejoras significativas en sus relaciones y en la cultura del trabajo. Unos pocos también han informado claridad en el descubrimiento del propósito.

 

Se realiza mucho trabajo como parte de esta exploración respecto a comprender conflictos en las relaciones humanas. En este sentido, el Instituto Arbinger ha publicado dos maravillosos libros llamados Leadership and Self-deception, y The Anatomy of Peace (Liderazgo y Auto-engaño y La Anatomía de la Paz). Usan un término simple, “en la caja” para describir lo que nos sucede cuando entramos en conflicto. Invariablemente perdemos el foco de todas nuestras nobles intenciones y aspiraciones (śreyah) y pasamos a defender nuestro ego a cualquier costo. Nuestros corazones están entonces  “en guerra” en vez de estar “en paz” y en este proceso, terminamos insultando  a los demás y al sistema, por la situación en la que nos encontramos frecuentemente. Tendemos a tratar a los demás como objetos en vez de seres humanos como nosotros, quienes tienen las mismas preocupaciones e intereses, y nuestra visión se distorsiona para justificar nuestra posición.

 

Las personas que se reúnen para ayudar a que una organización obtenga éxito, terminan regocijándose por los fracasos de los demás y les molesta su éxito… Retenemos información y recursos mutuamente, tratamos de controlarnos recíprocamente, y nos culpamos unos a otros.  Cuando estoy culpando a A o B o al departamento XYZ (y sugiero que todos nuestros problemas se resolverían si sólo ellos cambiaran de actitud), lo hago porque sus defectos justifican mi fracaso en mejorar.

El Instituto Arbinger

 

Finalmente, como parte de la investigación se requiere que los participantes hagan un detallado estudio de Siddhartha de Hermann Hesse, la maravillosa historia de un joven que busca la verdad, que tuvo el coraje y la integridad de continuar con su aspiración, de explorar valientemente, de despertar y encontrar la plenitud en la vida.

 

Se espera que el explorar en la auto-conciencia contribuya de un modo duradero al despertar y florecimiento de la juventud. Finalicemos con una cita de Sri Aurobindo.

 

Aprendan a vivir interiormente,

para actuar siempre desde el interior …

en vez de vivir en la superficie,

lo cual es estar siempre a merced

de las conmociones y golpes de la vida.

Sri Aurobindo

 

 

Libros de referencia

1.        El Instituto Arbinger, Leadership and Self-Deception (Liderazgo y Auto-engaño) Berrett-Koehler, 2010.

2.        El Instituto Arbinger, The Anatomy of Peace  (La Anatomía de la Paz), Penguin Books, 2010.

3.        Puran & Susana Bair, Energize Your Heart (Energice su corazón), Living Heart Media, 2009.

4.        James O´Dea, Creative Stress (Estrés creativo), Pionner Imprints, 2010.

5.        Devdas Menon, Stop sleepwalking through life! (No camine sonámbulo en la vida), Yogi Impressions, 2004.

  1. Hermann Hesse, Siddhartha (traducción de Hilda Rosner, 1954), Harper Collins, 2000.

 

 

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