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El Teósofo - Órgano Oficial del Presidente Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 135 - Número 08 - Mayo 2014 (en Castellano)

 
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Día del Loto Blanco,

tributo a Madame Blavatsky

 

BHUPENDRA R. VORA

Ex Secretario General de la Sociedad Teosófica en África Oriental y Central.

Conferencia dada en Gloucester Place, Londres, Mayo 2009.

 

 

En La Doctrina Secreta, Madame Blavatsky afirma que el Loto o Padma, como se denomina en sánscrito, es un símil favorito y muy antiguo con el que se compara el cosmos mismo y también el hombre. La raíz del Loto hundido en el fango representa la vida material, el tallo que se eleva por el agua tipifica la existencia en el mundo astral, y la flor que flota sobre el agua y se abre al cielo es representativa del ser espiritual. El loto significa la emanación de lo objetivo, de lo divino subjetivo, la ideación que pasa de lo abstracto a la forma concreta o visible. El simbolismo del Loto trasmite otros y variados niveles de significado.

 

Qué significativo es, por lo tanto, que el Cnel. Olcott resolviera designar el día del aniversario de la muerte de HPB, el paso que dio a una luz más elevada, como el Día del Loto Blanco. El misterio que implica la vida de Madame Blavatsky, en cierto sentido, es como el del Loto. Tiene muchas y diferentes dimensiones y está sujeto a variadas interpretaciones. Tal es la irresistible y compleja personalidad de HPB, que se destaca en los hechos y obras de su vida y que, invariablemente muchos profundos estudiantes de Teosofía se han preguntado durante el transcurrir de los años después de su paso a otra luz: ¿Cuál fue su verdadera identidad? Se han dado muchas teorías al respecto, pero la verdad tal vez nunca se sepa. En una carta al Cnel. Olcott, el Mahatma KH expresa:

 

Pero nosotros empleamos agentes, los mejores disponibles. De éstos, durante los últimos treinta años, el principal ha sido la personalidad conocida en el mundo como HPB (pero de otro modo para nosotros).

 

Es difícil dar una descripción comprensible de la personalidad de esta gran Yoguini, porque ella fue más que una ocultista, más que una viajera del mundo, más que una exponente y brillante escritora versada en las tradiciones y filosofías del mundo. Cuando miramos hacia atrás en su vida, se hace evidente que la preparación para su trabajo oculto comenzó en su niñez. De niña estaba dotada de poderes psíquicos que se desarrollaron posteriormente, y de modo más pleno, bajo entrenamiento. También pudo trascender la barrera del tiempo y ver el pasado, presente y futuro de las formas de vida manifestadas a su alrededor.

 

Para ella, toda la naturaleza parecía animada con una vida propia misteriosa. Ella oía la voz de todo objeto y forma, ya fuera orgánico o inorgánico, y confirmaba la consciencia y el ser, no sólo por algunos poderes misteriosos visibles y audibles sólo para ella, en lo que para todos los demás era espacio vacío, sino también inclusive de cosas visibles pero inanimadas, tales como piedras, colinas y trozos de madera fosforescente en descomposición. Su visión incluía un campo mucho más amplio de existencia que cubría las dimensiones más sutiles también.

 

Sus viajes alrededor del mundo son extraordinarios, especialmente porque no se consideraba seguro que una joven mujer viajara sola. Partió de Rusia siendo todavía muy joven y durante diez largos años viajó por lugares extraños y alejados en Asia Central, India, Sudamérica, África y Europa Oriental. Aunque mirándolos superficialmente, uno puede considerarlos como viajes sin propósito, de una persona inquieta en busca de aventuras, pensándolo más profundamente parecería un esfuerzo definido con un objetivo determinado.

 

Durante estos viajes ella adquirió enseñanzas de varios países y civilizaciones. Reunió conocimiento de las tradiciones de antiguas culturas y sus descendientes, quienes todavía viven en continentes que en el pasado eran parte de la “Atlántida Perdida”. Al respecto Madame Blavatsky dice: “Las ruinas que cubren ambas Américas y que se encuentran en muchas Islas de las Indias Occidentales, se atribuyen en su totalidad a los atlantes sumergidos”.

 

Que ella tuvo un propósito en sus viajes por América, no puede existir duda alguna. Fue a México en 1851, cuando sólo tenía 20 años de edad; visitó Perú dos veces, y habla de tener “relaciones comerciales” con “un anciano nativo de Perú” y de “viajar juntos por el interior de su país con un peruano misterioso”.

 En toda su vasta cantidad de escritos podemos ver la marca del conocimiento y la experiencia personal de lugares alejados, comunidades y sus civilizaciones.

 

HPB estuvo bajo la protección de su Maestro desde la niñez. Como una niña clarividente, vio la figura alta y majestuosa de un hindú con un turbante blanco, siempre uno y el mismo. Fue en Londres, en 1851, que el famoso encuentro tuvo lugar con su Maestro, a quien reconoció inmediatamente como su ángel guardián, y bajo cuyo cuidado y guía ella había estado toda su vida. En su encuentro con Él en Hyde Park en Londres, su Maestro esbozó el trabajo que ella haría. Que ella estaba constantemente bajo la protección de este poderoso personaje, se muestra durante sus viajes por América. Cuando estaba en la Indias Occidentales, fue advertida en una visión del riesgo que ella corría con vudú, y rápidamente se fue de allí.

 

Fue durante su itinerario mejicano que resolvió ir a India y cruzar la frontera norte de ese país para entrar al Tibet, para poder contactar a esos grandes maestros de la ciencia mística más elevada con quien el guardián de su visión estaba asociado en su mente. Sus dos primeros intentos de entrar en esa tierra misteriosa fallaron y fue en su tercer intento que tuvo éxito. ¿Se debió esto a que el momento no era el adecuado para que ella comenzara su entrenamiento oculto, o fue una prueba a su tenacidad?

 

Durante sus viajes en India HPB estuvo expuesta a las antiguas tradiciones y civilizaciones de esta tierra. Ella conoció muchos ascetas que poseían poderes ocultos. Ella dio un relato de sus experiencias en su libro De las Grutas y Selvas del Indostán. Esta exposición a las ciencias ocultas y antiguas filosofías de India, y de otras tierras, le posibilitaron sus vastos escritos esotéricos.

 

Durante su permanencia en el Tibet en el Ashram de su Maestro, HPB aprendió las ciencias ocultas de la trasmisión de pensamiento, precipitación, etc., cuya finalidad era su futuro trabajo en el mundo externo. También ella aprendió una forma arcaica de Senzar (la forma antigua del sánscrito). Su entrenamiento oculto también incluyó la preparación de sus vehículos para que fueran cables trasmisores de comunicación de los Maestros.

 

Respecto a su temperamento, el Mahatma KH le escribió al Sr. A. P. Sinnett con las palabras siguientes:

 

“Ahora bien, nadie, hombre o mujer, a menos que sea un iniciado del “quinto círculo”, puede dejar los recintos de Bod-Lhas y regresar al mundo en su íntegra totalidad, si se me permite usar esta expresión. Uno, por lo menos, de sus siete satélites tiene que permanecer atrás por dos razones: la primera, para formar el lazo de conexión necesario, el hilo transmisor; la segunda, como la más completa garantía de que ciertas cosas no serán nunca divulgadas. Ella no es una excepción a la regla…”

 

Ella trabajaba en el mundo externo con uno de sus satélites en el Ashram del Maestro en el Tibet. Su devoción y lealtad a los Maestros era completa, y durante las dificultades que ella enfrentaba decía a menudo que prefería morir a difamar a los Grandes Seres que ella veneraba. A mediados de 1882 se enfermó, y en ambas ocasiones, fue “remendada” por su Maestro.

 

El Mahatma KH mismo, en las Cartas de los Mahatmas, da una descripción sumamente emotiva y poderosa del encuentro de HPB con los Maestros M & KH:

 

… Por lo tanto, ella ha hecho de M. un Apolo de Belvedere, la entusiasta descripción de cuya belleza física le hizo a él estallar en cólera y romper su pipa, mientras juraba como un verdadero cristiano y así, bajo la elocuencia de su fraseología, yo mismo tuve el placer de escucharme metamorfoseado con un “ángel de pureza de luz” –desprovisto de sus alas. A veces no podemos evitar enfadarnos, pero lo más corriente es reírnos. Sin embargo, el sentimiento que dicta toda esta ridícula efusión es demasiado fervoroso, demasiado sincero y verdadero para no ser respetado o ni siquiera para ser tratado con indiferencia.

 

Yo no creo que nunca me haya sentido tan profundamente impresionado por nada de lo que he visto en toda mi vida como lo fue ante el exaltado arrobamiento de la pobre vieja criatura cuando nos vio, hace poco tiempo, a los dos en nuestros cuerpos naturales, a uno después de tres años y al otro cerca de dos años de ausencia y separación de nuestros cuerpos físicos. Incluso nuestro flemático M. perdió su equilibrio ante tal demostración, de la cual él fue el héroe principal. Tuvo que emplear su poder y sumirla en un profundo sueño, pues de lo contrario se le hubiera reventado alguna arteria y dañado sus riñones, el hígado y sus “interioridades” –usando la expresión favorita de nuestro amigo Oxley- ¡en sus delirantes tentativas de aplastar sus narices contra la capa de montar de M. salpicada con el barro de Sikkim! Ambos reímos, sin embargo, ¿cómo podíamos dejar de sentirnos impresionados? Tal era su intensa devoción hacia el Maestro.

 

Increíblemente, durante el corto tiempo de una vida le dio al mundo tanta sabiduría oculta por medio de sus escritos. Al referirse al período de su vida en el que escribía La Doctrina Secreta, el Cnel. Olcott expresa: “Verla trabajar era una experiencia extraña y para no olvidar jamás. Usualmente nos sentábamos en los lados opuestos de una mesa grande, y podía ver todos sus movimientos. Su lapicera volaba sobre la hoja, cuando de pronto ella se detenía. Miraba el espacio con los ojos vacíos de un clarividente, reducía su visión como para mirar algo sostenido de modo invisible en el aire ante ella, y comenzar a copiar en su papel lo que había visto. La cita terminaba, sus ojos recuperaban su expresión natural y continuaba escribiendo hasta que nuevamente se detenía por una interrupción similar”. El Cnel. Olcott también escribe agregando que HPB citaba libros del plano astral para sus escritos.

 

Se sugiere que durante la producción de Isis sin velo y La Doctrina Secreta varios Maestros de Sabiduría ocupaban su cuerpo por el proceso de “Avesa”, hacían su trabajo y se iban. “La Voz del Silencio” da un atisbo más íntimo en la verdadera naturaleza de HPB que ningún otro de sus libros. En la primera hoja de La Voz del Silencio, ella lo describe como “traducido y anotado por HPB” y en su copia de presentación  (que se preserva en Adyar), escribió en una hoja suelta “HPB a H. P. Blavatsky sin amable consideración”. Esta aparente frivolidad muestra que ella consideraba a H. P. Blavatsky sólo como una designación de su vehículo externo, mientras que HPB era para ella su verdadero Yo, el canal de la Gran Fraternidad Blanca, a la que había dedicado su vida. En las palabras “sin amable consideración” HPB expresaba el eterno conflicto entre el Espíritu y la Materia, una batalla que debe ser enfrentada y combatida por todo aspirante.

 

Su gran obra fue La Doctrina Secreta, publicada en 1888. HPB la describió como una “Síntesis de Ciencia, Religión y Filosofía”. Este extraordinario trabajo no ha dejado de sorprender a eruditos e investigadores, incluso un siglo después, por la inmensidad de su conocimiento y enseñanzas. Se levantó una punta del velo que oculta la “Sabiduría Secreta” con la publicación de este trabajo monumental.

 

El propósito de la Doctrina Secreta de HPB no es sólo enseñar una doctrina que alguna vez fue secreta y que ella por primera vez reveló, sino también conducir al aspirante a descubrir la VERDAD que está detrás de toda doctrina, una VERDAD última que es secreta sólo porque no se puede expresar en palabras, ya que está más allá del lenguaje. El método Védico de describir la REALIDAD, por un proceso de negación: Neti, Neti, Neti, es tal vez el modo más apropiado de describir esta VERDAD.

 

HPB fue portadora de luz para la Nueva Era, la Era de Acuario, porque ella creó una revolución mental cuyo impacto total todavía no se ha sentido. Ella dio una visión holística de la vida en la cual la ciencia, la filosofía y la religión, no son unidades separadas sino parte de un todo compuesto. Ella dio una visión cósmica imponente del proceso evolutivo en el que los universos, sistemas solares, estrellas y planetas se manifiestan y desaparecen según las leyes de la Naturaleza. Desde un pequeño infusorio a una estrella distante, en el nivel macrocósmico y en el microcósmico, toda la vida es guiada por las mismas leyes de la naturaleza, que se dirigen siempre a niveles cada vez más elevados de expresión y de mayor perfección, bajo la influencia de leyes cíclicas. La gran exhalación y la gran inhalación de la REALIDAD UNA, que se expande en lo ilimitado, el UNO volviéndose los MUCHOS y luego regresando al CENTRO,  que está en todas partes con su circunferencia en ningún lado. Tal es la inmensidad de sus enseñanzas que nos lleva más allá de los parámetros de la mente hacia un SALTO QUÁNTICO en el mundo intuitivo.

 

Rendimos nuestro homenaje en este DÍA DEL LOTO BLANCO a esta gran Yoguini por llevarnos de la oscuridad hacia la luz. Tenemos hacia ella una deuda de gratitud por darnos la sabiduría que es la TEOSOFÍA, la SABIDURÍA DIVINA.

 

 

 

 

 

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