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El Teósofo - Órgano Oficial del Presidente Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 135 - Número 04 - Enero 2014 (en Castellano)

 
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Discurso en el Día de la Fundación

 

Juez V. Ramasubramanian

Juez de la Corte Suprema de Madras en Chennai, India del Sur.

Charla dada en el Día de la Fundación en Adyar, 17 de Noviembre de 2013.

 

 

Es una extraña coincidencia que muchas personas relacionadas con la Sociedad Teosófica eran abogados o personas que habían tenido algo que ver con la ley o al menos han tenido contactos con la ley. El hecho que el mismo Presidente fundador Henry Steel Olcott fuera un abogado es algo que todos ustedes ya saben. Pero el hecho que hubo muchos otros abogados relacionados con esta sociedad no es demasiado conocido. Cuando se eligió la primera serie de funcionarios de la Sociedad en noviembre de 1875, había un abogado y doctor en leyes inglés, John Storer Cobb, como Secretario de Actas y un joven abogado de nombre William Quan Judge como Consejero de la Sociedad.

 

Después que los mellizos teosóficos, es decir, Blavatsky y Olcott dejaron el suelo americano el 17 de diciembre de 1878 y desembarcaron primero en Bombay y luego en Madras, S. Subramania Iyer, un abogado que ejercía en Madurai, se hizo amigo de Olcott. Luego llegó a ser el Presidente fundador de la Rama Madura de la Sociedad. Continuó en el cargo hasta 1885. Después que mudó su ejercicio a Madrás, fue hecho miembro del comité interno de los siete. Subramania Iyer luego se convirtió en Juez de la Corte Suprema de Madras en 1895 y sirvió como tal por un período de doce años antes de su dimisión en noviembre de 1907 debido a su mala salud. En realidad, su salud no era tan mala como para imposibilitarle continuar con sus deberes oficiales, pero su estándar de conducta judicial era tan elevado que consideró incorrecto continuar en sus funciones a menos que estuviera completamente sano. Se encontró con Annie Besant en 1893 y participó en su Liga del Gobierno Autónomo. Fue co-fundador de la Asociación India de Jóvenes. También fue  Secretario de Actas de la Sociedad Teosófica durante el período de 1905 a 1906. Contribuyó decisivamente en la incorporación de la Sociedad en 1905 y fue el Vice-Presidente en 1907, cuando la Dra. Annie Besant fue la Presidente. Luego, por voluntad propia cedió el puesto de Vice-Presidente para favorecer al Sr. Sinnett.

 

A pesar de haber servido como Juez de la Suprema Corte por doce años, Subramania Iyer no dudó en presentarse como testigo ante la misma Corte en el caso presentado por Narayanaiah por la custodia de Krishnamurti. Cuando Annie Besant fue arrestada en junio 1917 por Lord Pentland, el entonces Gobernandor de Madras, el Sr. Subramania Iyer escribió una carta a Woodrow Wilson, Presidente de los Estados Unidos de América. Él dijo: “Oficiales de una nación extraña, hablando una lengua extranjera, nos imponen su voluntad; se conceden exorbitantes salarios y grandes asignaciones; nos niegan la educación, se apoderan de nuestros recursos; imponen aplastantes impuestos sin nuestro consentimiento, arrojan dentro de prisiones inmundas a miles de nuestro pueblo, por tener sentimiento totalmente patrióticos, en donde a menudo los presos mueren de repugnantes enfermedades.” También renunció a su titulo de Sir y devolvió la insignia al Gobierno.

 

Annie Besant, que fue la segunda Presidente de la Sociedad, tuvo ella misma muchos encuentros con los tribunales en su vida. Aunque no era abogada de profesión, peleó muchas batallas en las salas de tribunales. Su primer choque con la ley fue por la distribución del panfleto de Charles Knowlton sobre control de la natalidad, conocido como Los Frutos de la Filosofía. Desafiaba la obscenidad de las leyes victorianas. Ella y Bradlaugh colaboraron para desafiar en forma organizada a estas leyes. Ambos fueron arrestados y se defendieron ellos mismos. El veredicto fue que el libro fue realmente planeado para depravar la moral pública, pero el jurado exoneró completamente a los acusados, de cualquier motivo corrupto al publicarlo. Besant comentó que esto equivalía a decir, “No culpable pero no lo hagan de nuevo”. El panfleto finalmente vendió más de 133.000 copias. Besant más tarde publicó su propio panfleto sobre control de la natalidad, La Ley de Población: Sus Consecuencias y Su Relación con la Conducta y Moral  Humana. Esto, de acuerdo con algunos historiadores, la hace la primera mujer que abogó por la anticoncepción públicamente.

 

Pero estos sucesos cobraron su cuota en la vida marital de Annie Besant. Aunque ella llegó a un arreglo que le daba derecho sobre la custodia de sus hijos, su marido obtuvo una orden judicial y se los llevó. Cuando ella quiso discutir su caso sin la asistencia de un consejero, el juez inglés se rió de ella. Ella lamentó que la posición de una amante era mucho mejor que la de una esposa legalmente casada en cuanto a los casos de custodia de niños.

 

La batalla legal de Annie Besant por la custodia de sus hijos biológicos no se detuvo, sino que continuó aún respecto al adoptado. Además de la disputa por la custodia respecto a J. Krishnamurti que ella peleó en la Suprema Corte de Madras, hubo aún otro caso interesante que ella misma llevó a pleito. En Julio de 1914, Annie Besant adquirió una imprenta donde se publicaba un periódico llamado Madras Standard. Ella cambió el nombre del diario por New India y comenzó su publicación en agosto de 1914. Como era requerido por la Ley de Publicación y Registro de Libros de 1867, Annie Besant llenó una declaración en diciembre 1914 ante el Magistrado Principal. Él aceptó la misma sin demandar ninguna garantía. Pero, después de más de un año, el Magistrado Principal pasó otra orden fechada el 22 de mayo de 1916 que exigía  a Annie Besant a depositar garantías por la suma de Rs. 2000. La orden fue obedecida.

 

Posteriormente, una serie de artículos llegaron a publicarse en el New India en junio de 1916. Alguno de los artículos criticaban la burocracia, algunos estaban  relacionados con la injusta reserva de compartimentos en ciertos trenes para europeos y euroasiáticos, un artículo fue la reproducción de lo que fue publicado en The Herald, de Londres, bajo el titulo “El Precio de la Libertad”, otro fue de Bipin Chandra Pal sobre el asesinato del Superintendente de Policía Basanth Kumar Chatterjee de Calcuta. Un artículo criticó la demanda hecha a Bal Gangadhar Tilak por una fianza de garantía de Rs. 40.000 por cargos de sedición, cuando estaba a punto de partir al exterior para llevar a juicio su caso contra Sir Valentine Chirole.

 

Objetando estos artículos, el Consejo de Gobierno de Bombay emitió una orden el 29 de junio de 1916, bajo la Defensa de las Leyes de India de 1915, prohibiéndole a Annie Besant ingresar, residir o permanecer en la Provincia de Bombay. La orden del Consejo de Gobierno fue publicada por Annie Besant en el New India el 10 de julio de 1916, bajo el título “Ave Ceasar” seguido por otra serie de artículos en julio y agosto de 1916.

 

Entonces, el Consejo de Gobierno emitió una declaración, decomisando la garantía de Rs 2000 depositadas por Annie Besant para Obras Impresas de New India, de Madras, y también ordenó el decomiso de todas las copias del periódico New India donde fueran encontradas.

 

Annie Besant inició dos mociones, una en contra de la orden del Principal Magistrado, de fecha 22 de mayo de 1916, demandando la garantía y otra apelando la orden de decomiso de la garantía depositada y la pérdida de las copias del periódico. En el primero, C. P. Ramasamy Iyer fue en representación de Annie Besant. En el último, ella apareció en persona y realizó un apasionado alegato ante un Tribunal Especial de la Suprema Corte de Madras, por la libertad de prensa. Sus observaciones finales son dignas de citar:

 

Toda la libertad de la Prensa India depende de la decisión de este caso. Si la decisión es contra mí, esa será la muerte del periodismo en India. El remedio entonces será únicamente una revuelta en el Parlamento y la revocación de la Ley de Prensa…  Apelo a sus Señorías a interpretar la Ley que es tirana en su esencia, si se aplica en el más estricto sentido… a interpretarla de una manera que alegrará el corazón de todo periódico leal y patriota sin el cual ninguna nación puede estar en paz, y sin el cual nunca puede convertirse en verdaderamente grande.

 

Pero el Tribunal Especial de tres jueces rechazó las peticiones y el Consejo del Estado apoyó la decisión.

 

Así parece que el destino de esta Sociedad está inexplicablemente entrelazado con el mundo legal o al menos con los tribunales y eso explica, quizás, la razón de que este yo aquí en ocasión del Día de la Fundación.

 

La segunda mitad del siglo diecinueve fue un período muy crucial en la historia de la humanidad. Primeramente, este período estuvo repleto de innumerables eventos que fijan el curso de la historia para los siglos veinte y veintiuno. Segundo, las semillas de los intereses materialistas que sobrepasan los intereses espirituales se sembraron durante este período, predominantemente debido a la industrialización. Varios maestros espirituales aparecieron en el horizonte durante este período. Mientras que el interés en doctrinas espirituales abstractas estaba en declive, el interés en las ciencias ocultas y el misticismo comenzó a crecer. Fue durante este periodo que Madame Blavatsky y Henry Olcott se reunieron.

 

Madame  H. P. Blavatsky se dedicó al ocultismo puro y simple, para explorar la verdadera naturaleza del universo y para el establecimiento de una fraternidad del hombre.

 

Los gemelos Teosóficos usaron su interés y conocimiento de las ciencias ocultas para crear un orden mundial mejor. Debe recordarse que después que el proceso de industrialización ganó fuerza y el materialismo y la espiritualidad combatían uno contra el otro, estalló la guerra civil en Estados Unidos. La corrupción en la vida pública estaba en su cúspide en Norteamérica, la cual persiguió a muchos hombres honestos.

 

Henry Steel Olcott, nacido en 1832, ingresó a la Universidad de New York a los quince pero interrumpió su educación universitaria a los dieciséis y se dedicó a la agricultura. Después de unos cuatro o cinco años se ocupó de la Agricultura Química y la Agricultura científica. Luego, fue Editor Asistente de la Revista The Working Farmer. Posteriormente comenzó su propia Escuela de Ciencia de la Agricultura. Pero a los pocos años la Escuela fue cerrada. Entonces ocupó el puesto de Editor Adjunto de Agricultura en el New York Tribune. Simultáneamente, trabajó como corresponsal americano de la Mark Lane Express. Después de dos años fue nombrado como Oficial de Señales en la Armada y le fue confiada la misión de llevar a cabo investigaciones especiales de las operaciones de un tal Solomon Kohnstamm, un gran Contratista de la Armada, sospechado de fraude. Halló actos de corrupción en una escala mucho mayor que la esperada. Se le dio el rango de Coronel. Curiosamente, las prácticas corruptas adoptadas por la Armada en Norteamérica durante la segunda mitad del siglo diecinueve fueron de gran escala, que incluyó la venta de buques desde New York con armas destinadas para el enemigo, la complicidad corrupta de los altos Oficiales tanto del Sector Terciario como del Gobierno en tratar de obtener beneficios personales con la guerra, la emisión de pasaportes en Washington para agentes enemigos para que atravesaran las líneas. Si ustedes quieren saber la magnitud de las prácticas corruptas, aquí esta lo que el Coronel Olcott dice en uno de sus informes: “El Gobierno ha tenido el hábito de pagar precios ruines por el alquiler de buques, algunos de los cuales eran francamente innavegables. La preciosa vida de hombres, y la propiedad pública valuada en millones de dólares, han sido confiadas a cascos podridos de buques a vapor, y especuladores e intermediarios codiciosos han pagado precios de la más exorbitante naturaleza por su uso.”

 

En uno de los cientos de casos investigados, él informa que “por medio de una conspiración corrupta entre un agente de compra del gobierno, un inspector, un contratista de Cincinnati, un comerciante de caballos de Indianápolis, y un político republicano, Estados Unidos había sido sistemáticamente robado por un millón de dólares en la compra de caballos y mulas, en el corral de Cincinnati, durante el año anterior.”

 

Las habilidades de investigador del Coronel Olcott fueron de tal elevado orden que fue enviado a Washington en abril de 1865 a investigar el asesinato de Abraham Lincoln ocurrido el 14 de abril de 1865. En 1865, Olcott renunció a su nombramiento, luego de rescatar grandes sumas de dinero público de especuladores y estafadores.

 

De ser un investigador, se pasó a las leyes. En 1868 entró en abogacía en New York, donde desarrolló una práctica próspera. Pero hacia 1870, desenvolvió un interés en las Ciencias ocultas. Su interés lo llevo a entrar en contacto con Blavatsky. En mayo de 1875, se contactó con la misteriosa Fraternidad. Así es como la Sociedad Teosófica nació.

 

En su discurso inaugural llevado a cabo el 17 de noviembre de 1875 en el Mott Memorial Hall, New York, Olcott dijo:

 

Pero si comprendo el espíritu de la Sociedad, ésta se consagra al intrépido y consciente estudio de la Verdad y se compromete individual y colectivamente a sufrir para perseverar en la tarea. … Para bien o para mal, mi corazón, mi alma, mi mente y mi energía estarán empeñadas en esta causa y permaneceré firme mientras tenga un hálito de vida, aunque todos los demás se retiren o me dejen solo.

 

Respecto al rol de los miembros, dijo:

 

Somos simplemente investigadores de propósitos serios y mente sin prejuicios que estudiamos todo, demostramos todo y nos mantenemos fuertes en lo que es bueno. Nosotros buscamos, inquirimos, no rechazamos nada sin causa, no aceptamos nada sin pruebas, somos estudiantes, no profesores. En algunos aspectos, nos parecemos a los Hermetistas de la Edad Media. Pero ellos tenían dogmas que impartían que según nuestros reglamentos nosotros no poseemos.

 

Así, los principios fundacionales de esta Sociedad, como expuso Olcott el 17 de noviembre de 1875, están basados en la búsqueda de la verdad máxima. Esta es la razón por la cual la aceptación de la Teosofía fue mucho más fácil para los indios que para los europeos o los norteamericanos. En el Canto 10 del Bhagavatam, los semidioses oran al Señor Krishna, cuando Él estaba aún en el vientre de Devaki:

 

satya-vratam satya-param tri satyam

satyasya yonim nihitam ca satye

satyasya satyam ·ta-satya-netram

satyâtmakam tvam saranam prapannah

 

El Sloka anterior está traducido al inglés en unos pocos libros, del modo siguiente:

 

O Señor, Tú nunca te desvías de tu promesa, que siempre es perfecta porque lo que sea que Tú decidas es perfectamente correcto y nadie lo puede detener. Al estar presente en las tres fases de la manifestación cósmica, la creación, conservación y aniquilación, Tú eres la Suprema Verdad. Ciertamente, a menos que uno sea completamente sincero, no puede obtener Tu favor, el cual por lo tanto no puede ser conseguido por los hipócritas. Tú eres el  principio activo, la verdad real, en todos los componentes de la creación, y así tú eres conocido como Antaryāmi, la fuerza interna. Tú eres igual a todos, y Tus instrucciones se aplican para todos, en todos los tiempos. Tú eres el principio de toda verdad. Por consiguiente, al ofrecerte nuestra reverencia, nos entregamos a Ti. Danos bondadosamente protección.

 

Por consiguiente, los nativos indios al estar empapados de las verdades fundamentales, pudieron fácilmente aceptar la Teosofía.

 

Si Olcott hizo del “estudio concienzudo de la verdad” la raíz de la cual el árbol de la Teosofía ha de brotar, Annie Besant hizo del “servicio a la humanidad” su tronco. Debido a que era parte de la Sociedad Fabiana, Besant estuvo siempre añorando una Fraternidad en la cual, el servicio del hombre debería tomar el lugar antiguamente dado al servicio de Dios. Pero la idea del servicio a la humanidad de Besant era de una clase diferente. Rompiendo las barreras ortodoxas respecto al servicio a la humanidad, Annie Besant declaró que no sólo en el plano físico, el más bajo, se debe buscar el servicio. En el plano mental, se puede servir a la humanidad mucho más eficazmente que en el plano físico.

 

Ella dijo al explicar la fuente de energía de los grandes pensadores y oradores:

 

¿Alguna vez han sido impresionados por el origen del poder del orador, el origen de la fuerza con la cual conmueven a una multitud? No yace en ellos mismos, ni en su propio poder, sino en el poder que ellos evocan de los hombres y mujeres a quienes se dirigen, de los corazones humanos que despiertan. Es la energía de la audiencia y no la del orador en la corriente del discurso. Los oradores no son sino lenguas que ponen con palabras los pensamientos en los corazones de las personas, quienes no son capaces de articularlas. Los pensamientos ya están allí, pero cuando algunas lenguas lo ponen en palabras, cuando otros inarticulados sentidos toman la fuerza de la palabra hablada, entonces las personas piensan que es oratoria. Son sus propios corazones los que los conmueven y es su propia voz inarticulada en las personas lo que despierta el poder que resuena de lugar en lugar.

 

El término Teosofía se deriva de dos palabras griegas, (i) theos que significa Dios y (ii) sophia que significa sabiduría. De acuerdo a los teósofos, es la Sabiduría Divina. Todas las grandes religiones del mundo tienen algún aspecto místico en ellas. Todas las religiones provienen de una fuente común de Sabiduría Divina. La Teosofía reconoce esta unidad y por lo tanto abarca todas las religiones. Mientras que el significado primario de Teosofía, de acuerdo a Annie Besant, es la experiencia mística común a todas las religiones, el significado secundario del término es “un cuerpo de doctrinas obtenida por medio de la separación de las creencias comunes de todas las religiones, de las peculiaridades, particularidades, ritos, ceremonias y costumbres, que diferencian a una religión de otra.”

 

La conexión entre amor, virtud y deber, que forman la corriente sustentadora de la Teosofía, es bien expresada por Annie Besant del modo siguiente:

(i)                             El amor une creando una expansión de vida que resulta en felicidad;

(ii)                           Fuera de la familia, cuando los hombres se relacionan con el público en general, la actitud que se toma espontáneamente en la familia por el amor, debe reproducirse afuera deliberadamente por la virtud;

(iii)                         Dado que vivimos en sociedad, esta virtud se manifiesta a si misma como deber, el de dar a cada persona lo que le corresponde;

(iv)                          La verdad y el amor son dos aspectos de Dios y por tanto deberían ser la base de la moralidad.

(v)                            Nuestro deber supremo es servir. Sólo a través del servicio es posible la plenitud de la vida. Todo el universo está unido en servicio a la humanidad. Cada individuo debería comprometerse al servicio de la humanidad. Ese debería ser el objetivo de la vida, la meta de la evolución.

 

En La Clave de la Teosofía, Blavatsky dijo:

 

La Teosofía es la quintaesencia del deber. El deber es aquello que se debe a la Humanidad, a nuestros semejantes, a nuestros vecinos, a nuestra familia, y lo que debemos a todos aquellos que son más pobres y desamparados que nosotros. Ésta es una deuda que, no satisfecha durante la vida, nos hace espiritualmente insolventes, y crea un estado de quiebra moral en nuestra próxima encarnación. ¡La acción esforzada y leal es lo que digo, no la simple intención y las palabras! Un hombre puede ser lo que se le antoje, el más mundano, egoísta y duro de todos los hombres, y hasta el bribón más grande, y esto no le impedirá llamarse cristiano, ni tampoco a otro considerarle como tal. Pero ningún teósofo tiene derecho a este nombre si no está perfectamente imbuido de la exactitud del axioma de Carlyle: “El objetivo del hombre es un acto y no un pensamiento, aunque fuese éste el más noble, y debe amoldar su vida diaria a ésta verdad. El reconocimiento de una verdad no llega a ser la aplicación de la misma; y cuanto mayor y más hermosa parezca, cuanto más se hable de la virtud o del deber, en vez de practicarlos, tanto más habrán de parecerse al fruto del Mar Muerto. La hipocresía es el más detestable de los vicios.”

 

Karma Yoga – Na Karmane Na Prajaye

 

En la actualidad el eslogan es Vive una Vida que Importe, no vivas de una manera tal que lo material sea tu vida. Estés preparado o no, algún día todo llegará a su fin. No habrá más amaneceres, minutos, horas, o días. Todas las cosas que acumulaste, ya sean preciadas u olvidadas, pasarán a alguien más. Tu riqueza, fama y poderes temporales se volverán irrelevantes. No tendrá importancia lo que poseías o lo que debías. Tus resentimientos, rencores, frustraciones y celos finalmente desaparecerán.

 

Así también, tus esperanzas, ambiciones, planes y las listas de cosas a hacer expirarán. Las victorias y los fracasos que una vez parecían tan importantes se desvanecerán. Al final no importará de dónde vienes o de qué lado del camino vivías. No importará si eras hermoso o brillante. Hasta tu sexo y color de piel será irrelevante. ¿Qué importará entonces? ¿Cómo será medido el valor de tus días?

 

Lo que importará no es lo que compraste, sino lo que construiste; no lo que tenías, sino lo que diste. Lo que importará no es tu éxito, sino tu importancia. Lo que importará no es lo que aprendiste, sino lo que enseñaste. Lo que importará es cada acto de integridad, de compasión, de coraje o sacrificio que enriqueció, estimuló o animó a los demás para imitar tu ejemplo. Lo que importará no será tu capacidad, sino tu carácter. Lo que importará no es cuántas personas conociste, sino cuántas sentirán una pérdida constante cuando te hayas ido. Lo que importará no son tus recuerdos, sino los recuerdos que viven en aquellos que te amaron. Lo que importará es cuánto tiempo serás recordado, por quiénes y por qué.

 

Vivir una vida que importe no sucede por accidente. No se trata de circunstancias sino de elecciones. Elige vivir una vida que importe. Nos ganamos la vida por lo que nos ingresa, pero construimos una vida por lo que damos.

 

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