Vol. 135 - Número 04 - Enero 2014 (en Castellano) |
Página
6 |
La Importancia de los Tres Objetivos de la ST
Bhupendra Vora Ex Secretario General de la Sociedad Teosófica en África Oriental y Central, actualmente vive en Inglaterra.
La historia temprana de la Sociedad Teosófica revela que se reflexionó considerablemente sobre los Objetivos y tuvieron varios cambios antes de su evolución en la forma en que los encontramos actualmente. Los fundadores internos de la Sociedad Teosófica, quienes eran los Instructores de Madame Blavatsky y el Cnel. Olcott, fueron muy específicos sobre la dirección del trabajo de la Sociedad. Una definida directriz de los Mahatmas para la formación de la Sociedad fue que debía fomentar la “Fraternidad Universal”. La necesidad de una “Fraternidad” aparece en muchas de las “Cartas de los Mahatmas” y es el principio central del cual dependen los otros objetivos.
Ellos describieron el principio de fraternidad como la única base verdadera para una moralidad universal, y enfatizaron la necesidad de la disminución del sufrimiento humano a través de ella. En la muy significativa comunicación del Gran Adepto, el Mahachohan, (Carta N° 1 Cartas de los Maestros de Sabiduría – Primera Serie) la situación grave de la humanidad se describe con gran profundidad:
Una superstición degradante, y aún más un degradante y brutal materialismo, intolerancia religiosa e indulgencia desenfrenada a propensiones sensuales se dieron como algunas de las causas de sufrimiento que pueden ser únicamente curadas por el principio de la Fraternidad Universal. Los Mahatmas trataron de influenciar el mundo mental a través de la Sociedad Teosófica, de producir, en un sentido más amplio y profundo, una Fraternidad Universal que las religiones tradicionales han fallado en alcanzar.
En una carta al Sr. A. P. Sinnett, el Mahatma KH pide ayuda a los elegidos de la humanidad en la obra de iluminar al hombre supersticioso. Él afirma:
Durante incontables generaciones, el adepto edificó un templo de rocas imperecederas, una Torre gigantesca de PENSAMIENTO INFINITO, donde moró el Titán y donde, si fuera necesario, todavía viviría solo, sin salir más que al final de cada ciclo, para invitar a los elegidos de la humanidad a cooperar con él y para ayudar, a su vez, a iluminar al hombre supersticioso. Y nosotros proseguiremos con ese nuestro trabajo periódico; no permitiremos que se frustren nuestros intentos filantrópicos hasta el día en que los cimientos de un nuevo continente de pensamiento estén tan firmemente asentados que ninguna acumulación de malicia ignorante y de oposición … puedan prevalecer. (Cartas de los Mahatmas a A. P. Sinnet – Carta N° 9 Tercera Edición).
Esta declaración del Mahatma KH es muy significativa e indica que los Mahatmas desearon traer la luz de la sabiduría y la comprensión sobre el propósito de la vida a un mundo que está atrapado entre otras cosas en creencias supersticiosas, materialismo y egoísmo, que mantienen en esclavitud a la humanidad.
Ellos deseaban establecer un “Nuevo Continente de Pensamiento” basado en la comprensión de la Unidad de vida y la Sabiduría respecto al propósito de la vida.
La Sociedad Teosófica fue por consiguiente constituida con el objetivo de formar una Fraternidad Universal y divulgar la sabiduría eterna llamada Brahma Vidyā o Teosofía para la iluminación de la humanidad, libre de supersticiones y creencias dogmáticas. Los Objetivos reflejan esta meta. Para entender la formulación de los “Tres Objetivos” necesitamos retroceder a los primeros días del nacimiento de la Sociedad Teosófica. Fue en una reunión de la Sociedad en Nueva York el 30 de octubre de 1875 donde los miembros hicieron la siguiente declaración:
El titulo de la Sociedad explica los objetivos y deseos de sus fundadores: ellos “buscan obtener conocimiento de la naturaleza y atributos del Poder Supremo, y de los más elevados espíritus por medio de la ayuda de procesos físicos”. En otras palabras, ellos tienen la esperanza de que, al profundizar más de lo que la ciencia moderna ha hecho hasta ahora, en las filosofías esotéricas de los tiempos antiguos ellos puedan ser capaces de obtener por ellos mismos y otros investigadores, la prueba de la existencia de un “Universo Invisible”, la naturaleza de sus habitantes si los hubiera y las leyes que los gobiernan y sus relaciones con la humanidad. Cualesquiera que puedan ser las opiniones privadas de sus miembros, la Sociedad no tiene dogmas para imponer, ningún credo que difundir. No está formada ni como cisma Espiritualista, ni para servir como enemigo o amigo de ningún cuerpo sectario o filosófico. Su único axioma es la omnipotencia de la verdad, su único credo es una profesión de devoción incondicional a su descubrimiento y divulgación. Si consideramos los requisitos de las solicitudes para la membresía, no considera ni la raza, ni el sexo, ni el color, país o creencia. …” (J. Ransom, Breve Historia de la ST, pagina 81).
Las palabras significativas en esta declaración fueron “la omnipotencia de la verdad” y “devoción incondicional a su descubrimiento y divulgación”. Es revelador que la Sociedad, posteriormente adoptara como su lema el sutra sánscrito “Satyā nāsti paro dharma” o “No hay religión más elevada que la Verdad”. La Sociedad también estableció con firmeza el ideal de “Libertad de Pensamiento” por la aprobación de una resolución en una reunión del Consejo General que se imprime en cada número de The Theosophist. La evolución de los Objetivos continuó por un periodo de tiempo. Los amplios delineamientos para los objetivos se declararon así:
La intención de los Fundadores fue muy claramente expresada en estas ideas originales que posteriormente pasaron por muchos cambios antes de finalmente cristalizarse en el formato con el cual estamos familiarizados. El Consejo General de la Sociedad aprobó los Objetivos en 1896 como se dan a continuación:
En este formato los Objetivos han sido conocidos por los miembros durante muchas décadas y se han hecho sagrados. La visión general fue mantenerlos para que lo abarquen todo en sus propósitos. El primer objetivo que concierne al principio de fraternidad es una expresión externa de una verdad mucho más profunda sobre la unidad de la vida que la ciencia oculta postula. Las “Tres Proposiciones Fundamentales” en el Proemio de la Doctrina Secreta, expresado por Madame Blavatsky, brindan una descripción concisa de la Realidad Una y el proceso de evolución que conduce al alma en su viaje hacia la perfección. La “Tercera Proposición Fundamental” en particular, desarrolla este proceso de evolución:
“La identidad fundamental de todas las almas con la Super-Alma Universal, siendo esta última un aspecto de la Raíz Desconocida y el peregrinaje obligatorio para toda alma, una chispa de aquélla, a través del ciclo de Encarnación o Necesidad, de acuerdo con la Ley Cíclica y Kármica, durante todo el término”.
Cuando hay un entendimiento de la naturaleza de la realidad como se expresa en estos principios, todas las diferencias desaparecen. La doctrina oculta enunciada en la “Tercera Proposición Fundamental” declara que las vastas y diferentes especies de vida, en los diversos reinos, todas son una manifestación de la Conciencia Una Universal, y que todas ellas están en distintos niveles de evolución.
Sin embargo la ilusión de la separatividad impregna el pensamiento de los seres humanos y crea diferencias basadas en la raza, la religión, la casta, etc. Los Mahatmas consideraron de suprema importancia, para iluminar a los seres humanos, que la diversidad existente es una expresión de la Conciencia Una Universal evolucionando en el mundo de nombres y formas.
La importancia del primer Objetivo, que los Mahatmas consideraron como de valor fundamental, es que menciona todos esos aspectos que dividen a los seres humanos. Los seres humanos crean divisiones en el nombre de la raza, la religión, la casta, los credos, etc. Como el gran Adepto Mahachohan declara en su importantísima comunicación al final del siglo 19 al Sr. Sinnett, la humanidad no ha cambiado mucho en los últimos dos mil años.
Por qué nosotros como especie creamos división, es una pregunta que necesitamos entender. El proceso de evolución conduce a la conciencia a través de diversos reinos de vida. La naturaleza ha provisto una abundancia de variedades en los reinos mineral, vegetal y animal a través de los cuales la conciencia pasa antes de emerger en el reino humano. Es aquí que la facultad mental está disponible para el hombre y comienza la diferenciación. Él no puede percibir que detrás de toda la diversidad hay una única conciencia universal. Luego el auto-centrismo lo hace crear divisiones basadas en la raza, la religión, etc.
El hermano N. Sri Ram manifiesta en su libro La Naturaleza de nuestra Búsqueda, bajo el titulo de Unidad y Fraternidad:
“El universo consiste de innumerables cosas, tan dispares en su naturaleza de vida, materia y conciencia en varios grados y formas, de objetos y entidades completamente diferentes unas de otras. ¿Qué puede ser esa sustancia o energía que, al poseer una naturaleza de unidad, da origen a esta diversidad?”
Podemos aceptar la verdad de esta unidad como un postulado que explica muchas cosas, no obstante es para nosotros una abstracción más metafísica que real, con ninguna relevancia inmediata en nuestras vidas. Se vuelve real, no obstante, cuando se traduce en unidad de toda vida en cualquier forma, ya sea planta, animal u hombre.
Madame Blavatsky escribe en La Doctrina Secreta sobre la unidad de todas las cosas en su esencia última. El primer objetivo aspira a que esa unidad sea reconocida en la variedad de vida que se manifiesta en el reino humano. Pero en un nivel más profundo también significa la unidad de toda la existencia en cualquier reino de vida que pueda ser. Si las diferencias en cuanto a raza, credo, sexo, etc. son vistas en el contexto de las enseñanzas ocultas como se exponen en la “Tercera Proposición Fundamental” de La Doctrina Secreta, se observará que estas diferencias son para el crecimiento del alma.
En el viaje evolutivo la conciencia individual se encarna en las diferentes razas raíces para desarrollar alguna cualidad en cada una. Todas las variedades de expresiones en la naturaleza son para el crecimiento de la conciencia. Reconocer esto es el camino de la sabiduría.
¡Los seres humanos crean divisiones y separatividad basadas en raza, religión, sexo, casta e innumerables otras cosas! La ignorancia de la naturaleza verdadera de las cosas y el egoísmo humano pueden considerarse como las causas principales para los conflictos en el mundo a nivel individual y de sociedad. El auto-centrismo se refleja en las relaciones en todos los niveles de la vida. Por tanto el auto-interés persiste en las relaciones con los vecinos y los compañeros de trabajo y en otras partes. Creamos islas de separatividad olvidando que en el bienestar de los demás está nuestro propio bienestar. El principio de Fraternidad Universal enunciado en el primer objetivo nos trae de vuelta a una comprensión de la unidad de vida y la relación de las unidades individuales de conciencia entre sí. Además un entendimiento de las leyes de la naturaleza hace evidente que estas unidades individuales de conciencia en la forma que puedan tener, están en su propio nivel individual de experiencia y progreso. Por consiguiente, ver toda la vida, ya sea en la forma de una planta, de un árbol o un animal, con compasión y amor es comprender la unidad de la vida.
Comprender la Fraternidad es cambiar la propia perspectiva en las relaciones con los demás. En nuestra percepción de los malos tratos, agravios o injusticias en manos de otros, ya sea algo real o imaginado, ejercitando la tolerancia y la compasión, está el camino del amor. En la muy profunda enseñanza de la Biblia -Mateo 6:14- el Señor dijo:
Porque si tú perdonas a los hombres sus pecados, tu Padre Celestial también perdonará los tuyos, pero si no perdonas a los hombres sus pecados, tampoco tu Padre perdonará tus pecados.
Si comprendemos las enseñanzas de la sabiduría oculta que es la Teosofía, se vuelve evidente que las almas individuales están en diferentes niveles de evolución y por lo tanto manifestarán características que son diferentes. La Fraternidad Universal implica que no debería haber prejuicios o barreras de ninguna clase en nuestras interacciones con las personas de cualquier ambiente. El primer Objetivo claramente define esta Fraternidad Universal que tiene que ser vivida y no meramente aceptada como un ideal.
Los hombres, no obstante, dividen y crean separatividad no sólo de raza, religión, creencia, etc., sino muchas otras cosas demasiado numerosas para ser mencionadas. Pero la verdadera espiritualidad es aquélla que reconoce la unidad de toda la existencia en medio de toda la complejidad de la vida manifestada. En su libro, Regeneración Humana (pág. N°20) Radha Burnier afirma:
. . . Existen estas dos cosas en la naturaleza: desigualdad y diversidad. Cada ser está en su propio nivel en la escala evolutiva y todo es diferente de cualquier otra cosa. Sin embargo, el Ser uno, la Esencia una, lo sustenta. Es una paradoja: una esencia, una vida, una conciencia entre medio de una increíble diversidad que revela una suprema energía creativa.
Todos estamos en diferentes niveles de evolución y por tanto no hay dos personas que sean iguales en sus circunstancias y oportunidades de vida. La Ley de Karma decide nuestras circunstancias presentes basada en nuestro Karma previo y la necesidad de experiencia que ayudará a nuestro crecimiento. El sabio entiende esto y trata a los marginados y oprimidos con amor y compasión. Las diferencias de raza, religión, posición social y muchas otras más deben ser vistas a la luz de las leyes de la naturaleza y los procesos evolutivos. Detrás de toda esta múltiple complejidad de vida está una Conciencia Universal subyacente que es la fuente de todo.
El segundo Objetivo tiene que ver con las disciplinas de la religión, ciencia y filosofía. Muchos de los problemas del mundo en la actualidad se deben a los falsos conceptos e ignorancia sobre las enseñanzas reales de las religiones. Los Mahatmas hablan bastante del estado de las religiones tradicionales en muchas de las cartas y les adjudican ser la causa de los conflictos y los sufrimientos en el mundo. En la carta número 10 (Cartas de los Mahatmas a A. P. Sinett) el Mahatma KH describe el estado de las religiones como sigue:
Señalaré la mayor, la principal causa de casi dos tercios de los males que persiguen a la humanidad desde que esta causa se ha vuelto un poder. Es la casta sacerdotal, el sacerdocio y las iglesias; es en esas ilusiones que el hombre considera como sagradas, que él tiene que buscar la fuente de esa multitud de males que es la gran maldición de la humanidad y que casi la aplasta. La ignorancia creó Dioses y taimadamente se aprovechó de la oportunidad. Miren a la India y a la Cristiandad y al Islam, al Judaísmo y al Fetichismo. Es la impostura sacerdotal que entrega a estos Dioses tan terribles al hombre; es la religión la que hace de él un intolerante egoísta, un fanático que odia a toda la humanidad fuera de su propia secta sin hacerlo mejor o más moral por ello. Es la creencia de Dios y Dioses, lo que hace a dos tercios de la humanidad esclava de un puñado de aquéllos que los engañan bajo la falsa pretensión de salvarlos. ¿No está el hombre, siempre listo a cometer cualquier clase de maldad si se le dice que su Dios o Dioses le demandan el crimen – victima voluntaria de un Dios ilusorio, el deplorable esclavo de sus astutos ministros? … Recuerden, la suma de la miseria humana nunca se disminuirá hasta el día en que la mejor porción de la humanidad destruya en el nombre de la Verdad, la moralidad, y la caridad universal, los altares de sus dioses falsos.
La condición humana no ha mejorado desde la fecha de este mensaje del Mahatma hace más de un siglo atrás. Las religiones con pretensiones divinas de doctrinas de amor y compasión como sus principales enseñanzas son deficientes en tolerancia por las sectas que están dentro de su propio redil, y ni hablar de otras religiones. Reclamando el mismo origen histórico, y compartiendo los mismos símbolos, las sectas religiosas dentro de una misma religión luchan sanguinarias guerras y las llaman guerras santas. Tanta animosidad se genera entre ellas que la hostilidad y la intolerancia se pasan de generación en generación. La misma condición prevalece en el nivel interreligioso.
El segundo Objetivo para el estudio de “Religiones comparadas” estimula un estudio con mente abierta para apreciar las enseñanzas de distintas creencias y comprender las similitudes de los principios centrales de amor, compasión y caridad. La búsqueda de la verdad no está solamente en la investigación de las enseñanzas de las religiones, sino también a través de la filosofía y la ciencia que también están buscando respuestas a los interrogantes de la vida. Es la falta de comprensión y la creencia ciega en las enseñanzas dogmáticas de los sistemas religiosos la causa de muchos de los conflictos en el mundo.
El gran Adepto, el Mahachochan, afirma en sus cartas que “Se espera de la Sociedad Teosófica que sea la piedra angular, el cimiento de las religiones futuras de la humanidad. Para alcanzar este objetivo primero debe instruir a los hombres en que las varias religiones y credos surgen de la misma fuente y aunque en un nivel exotérico pueden mostrar muchas diferencias, son muy parecidas en sus creencias centrales. El rol del Teósofo es comprender esto y trabajar hacia la armonía de todo”.
El tercer Objetivo es “Investigar las leyes inexplicadas de la Naturaleza y los poderes latentes en el hombre”. Se han hecho varias interpretaciones de este objetivo que para muchos ha permanecido siendo un misterio. Nuevamente Radha Burnier, en Regeneración Humana, expresa en referencia a este objetivo:
Este Objetivo implica no sólo el estudio de la Naturaleza en su manifestación externa sino también las relaciones entre todas las cosas, porque toda ley es una exposición de relaciones.
Hay muchos miembros que han interpretado este Objetivo como significando el desarrollo de poderes psíquicos y clarividentes así como otros poderes latentes en el hombre. El propósito de los fundadores internos de la Sociedad no era instalar una escuela de ocultismo donde se le diera atención al desarrollo de esos poderes. Esto es evidente en la correspondencia con el Sr. Sinnett. En Su carta al Sr. Sinnett el Mahatma M escribe:
También trate de abrirse paso en ese gran maya contra el cual los estudiantes ocultistas, por todo el mundo, han sido siempre advertidos por sus instructores: el anhelo por los fenómenos. … Si no puede ser feliz sin los fenómenos nunca aprenderá nuestra filosofía.
El propósito de la vida espiritual es realizar la unión con la Vida Universal Una que no se percibe en el nivel externo debido a las ilusiones del mundo. Las habilidades como la clarividencia y otros poderes psíquicos pueden florecer en un individuo en el transcurso del progreso espiritual pero no debería ser el objetivo de nuestros esfuerzos. En la Voz del Silencio hay una advertencia para los aspirantes en el sendero. En el primer sutra se le advierte al aspirante sobre los peligros de cultivar los siddhi inferiores o facultades psíquicas porque estos son obstáculos en el sendero y lo llevan por mal camino.
Los poderes latentes en el hombre pueden comprenderse como los poderes de la naturaleza, porque el hombre es la representación microcósmica del macrocosmos, que es el Universo. Madame Blavatsky ha afirmado que dentro del hombre están las jerarquías divinas. El propósito real de este objetivo es que el hombre realice su potencial divino y trabaje en armonía con la naturaleza. El gran instructor Sri Sankaracharya, expresa en el Viveka Chudamani la importancia del nacimiento humano en la realización de la Verdad, cualquiera sea el término que podamos utilizar para ella. La antigua afirmación “hombre conócete a ti mismo” es quizás un indicador real de la dirección en la que los esfuerzos del hombre deben hacerse. Él es divino y puede ser co-creador con la Naturaleza si se da cuenta de su verdadera naturaleza y potencial.
Las “leyes inexplicadas de la naturaleza”, pueden quizás ser descriptas también como “leyes de la naturaleza sin descubrir o sin comprender”. La ley de armonía es la más significativa porque revela la inter-conectividad de todo lo que existe, desde las más pequeñas formas de vida a los sistemas estelares más enormes. Hay una relación entre cada unidad de vida en este Universo. La manifestación entera trabaja en perfecta armonía. La Luz de Asia describe poéticamente la actuación de esta ley:
Hay un Poder estable y divino que existe antes del comienzo y que no tendrá fin, eterno como el espacio y seguro como la certidumbre, que se mueve hacia el bien y no sufre sino sus propias leyes.
Es el que hace florecer los rosales, su arte es el que fabrica las hojas de los lotos; bajo el suelo oscuro y en las simientes silenciosas, es él quien teje el ropaje de la Primavera.
He aquí su colorido en las nubes gloriosas y sus esmeraldas en la cola del pavo real; los astros son sus moradas, la luz, el viento y la lluvia sus esclavos.
El tercer Objetivo es muy importante porque provee la plataforma para el estudio de las potencialidades divinas del hombre y la relación entre el Hombre, Dios y el Universo.
Madame Blavatsky una vez hizo la observación de que sólo el segundo Objetivo recibió la debida consideración, el primero y el tercero, difícilmente recibieron alguna atención de los miembros. Ésta fue una observación importante y necesita nuestra cuidadosa atención. Los Objetivos en su totalidad se refieren al Principio de Vida Una y su peregrinaje evolutivo en el mundo manifestado de nombres y formas. ♣
Los dos objetivos principales de la Sociedad son establecer un núcleo de la fraternidad universal de la humanidad sin ninguna distinción, y fomentar la búsqueda de la verdad, como está indicado en el lema de la Sociedad: “No hay religión más elevada que la Verdad”. Uno responde a la desesperada necesidad de la humanidad de liberarse ella misma de la interminable y terrible miseria producida por conflictos, desconfianza y auto-centrismo. El otro es esencial para el crecimiento de la humanidad en madurez moral y espiritual, para lograr una gran amplitud y claridad de percepción y penetración en las profundidades de los misterios de la Naturaleza. Los dos están interrelacionados porque ambos son intrínsecos a la evolución humana.
Radha Burnier
|
Página
6 |