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El Teósofo - Órgano Oficial de la Presidenta Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 135 - Número 01 - Octubre 2013 (en Castellano)

 
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 La Mejor Vida Humana Promueve la Evolución

 

Eneida Carbonell

La Sa. Eneida E. Carbonell ha sido miembro de la Sección Norteamericana de la ST durante muchos años.

Artículo basado en una charla dada en el Congreso de la Federación Teosófica Interamericana, Costa Rica 2011.

 

La Sabiduría Antigua conlleva toda una filosofía optimista basada en las leyes que ordenan el universo. Este optimismo no está fundamentado en una satisfacción artificial, pasajera, o provocada con cierta intención; es un optimismo que se sustenta en los hechos reales de la vida, y ha sido estudiado bajo la cuidadosa y profunda observación desde épocas inmemoriales.

Todas estas leyes trabajan unánimemente para mantener el perfecto equilibrio o balance universal, el cual está lleno de belleza, armonía, verdad y gozo eterno. Su estudio nos ofrece un panorama completo del engranaje y concatenación del proceso universal y el particular, por encontrarse este último contenido en el primero. Estas leyes han sido presentadas por diferentes escuelas filosóficas, religiones y la ciencia, con nombres variados pero en el trasfondo, el significado es análogo.  Además algunas filosofías o la ciencia no se ocupan de estudiarlas a todas, haciendo hincapié en sólo una o dos de ellas, según  su observación haya sido más limitada o más amplia.

Nosotros felizmente tenemos un caudal de conocimiento sobre ellas en las obras de HPB, principalmente en La Doctrina Secreta donde ella se ocupó de no omitir todas las filosofías, religiones y la ciencia del momento, que trataron sobre su estudio, más las obtenidas de la Sabiduría Antigua, proporcionada por los Maestros de Sabiduría.  En general HPB dejó dicho que la ley de Armonía Perfecta es la que mantiene en funcionamiento a las demás, que son: la cíclica, la evolutiva, la de analogía, la de karma y reencarnación, la de atracción, la ley esotérica, etc. Presentando como base de todas ellas la Unidad, no como un conjunto de elementos sino como el origen de todo y los tres poderes primarios: el creativo, el de conservación y el de transformación, más la legión de fuerzas, tatvas y poderes secundarios que cooperan con estos tres.

Como podemos darnos de cuenta, el estudio de la Unidad, sus leyes, fuerzas y poderes es  amplísimo y fascinante, pero el tema de hoy es principalmente sobre la ley de evolución. Ahora bien como todas estas leyes están interrelacionadas ha ocurrido que al estudiar una de ellas se llega a las otras, y eso precisamente es lo que ha sucedido con la ley de evolución, que fue la que llamó más la atención cuando en el siglo XIX, Charles Darwin, naturalista británico, después de viajar extensamente alrededor del mundo, haciendo numerosas observaciones acerca de la variabilidad de las especies, presentó al mundo la doctrina evolucionista, conocida también por el darwinismo, en su obra El Origen de las Especies por la Selección Natural (1859).

Años después HPB nos aclara que cuando se deja a la naturaleza sola, el proceso evolutivo es más lento, aunque cierto. Y en el caso específico del hombre cuando llega a cierto estado, es necesario acelerar su evolución y por este motivo los pitris solares intervienen. Por cierto algunos hombres supieron en esos momentos utilizar correctamente esta ayuda y se fueron colocando a la avanzada de la raza humana y hoy ofrecen sus servicios a la Gran Fraternidad Blanca. Y éste es también el trabajo que nos espera a la humanidad que va despertando conscientemente y que precisamente HPB escribió en la forma que lo hizo, para provocar que al esforzarnos por comprender, lo mejor de nuestras facultades se active y podamos en consecuencia actuar sabiamente, descubriendo la armonía en el vivir. Y efectivamente si somos receptivos, notaremos que si le damos suficiente consideración a lo expuesto sobre las leyes universales los resultados son sorprendentes, porque estamos bañándonos en las aguas que los verdaderos buscadores de la verdad se sumergen.   Y como este beneficio es dado por igual, ha resultado que la ciencia moderna ha sabido sumergirse en las mismas aguas que HPB nos ofreció. Ellos comenzaron en la época de Darwin por tomar la ley de evolución como un pilar para cerrar las puertas a las avenidas de la espiritualidad, la divinidad o Dios. Pero hoy en día a la luz de sus propias observaciones y profundo estudio, la teoría evolucionista se les convirtió en el aliado de los sentimientos religiosos y de ciertas filosofías. Es el amigo de aquellos que profundizan en las actividades creativas con significado espiritual en nuestras naturalezas y en el desenvolvimiento potencial de la cultura humana.

Por lo tanto reconsideraron las propias palabras de Darwin cuando dijo: “Dios habita en lo profundo de un elusivo, pero siempre esperanzado futuro.” Por cierto estas palabras inspiraron al teólogo católico John Haught a escribir un libro titulado: ¿Tiene sentido la Evolución?.  También Bernard Heisch escribió otro libro titulado El Universo guiado con Propósito en el cual utiliza a Darwin, Einstein y a Dios, para reconciliar a los ateístas y los teístas, ofreciéndoles una panorámica de la física cuántica, la cosmología y la no dualística espiritualidad, basada en una serie de justificaciones científicas y filosóficas que fundamentan el propósito del proceso evolutivo. Todo esto está estudiado y comprendido con lo que nosotros conocemos como el Plan Divino. El punto interesante de esto es que en la búsqueda hacia afuera, hacia lo solamente objetivo y concreto, les abrió un mundo interno esplendoroso, debido a la interrelación (la que se hace cierta en las personas que comprenden a cabalidad la unidad), a la ley de analogía, así como que corrobora que los opuestos son complementarios.

Hoy los científicos poseen una cosmogonía fundada en once poderes del Universo que han ido descubriendo. Estos poderes son idénticos a los poderes primarios y secundarios, las leyes universales y la unidad subyacente presentados por HPB. Ellos sólo hasta el momento, tienen estos once (11), pero son lo suficiente como para poder comprender o vislumbrar con más certeza la Sabiduría Antigua (si se interesan en ella).  Se nos haría muy larga la presentación de los once poderes, pero podemos a vuelo de pájaro citarlos y describirlos brevemente.

Al primer Poder le llaman “la Nada” o “Poder de Continuidad” (Seamlessness). Establecen que su descripción verbal puede ser adecuada de cierta manera e inadecuada de otra, porque si le llamamos “la nada” será porque no tiene objetos, y de “continuidad” porque está repleto de conexiones sutiles. Es la región primordial de las partículas físicas elementales, estudiadas como vacío cuántico (quantum vacuum), primeramente presentada como hipótesis en 1920 y verificada en 1940. Este poder les hace aceptar el origen común de todo lo existente, el cual fue enunciado por HPB en   La Doctrina Secreta como una de las tres proposiciones fundamentales, siendo el primero y que dice: “Un principio omnipotente, eterno, sin límites, sobre el cual toda especulación es imposible, porque trasciende el poder de la concepción humana, y sólo podría ser empequeñecido por cualquier expresión o comparación de la humana inteligencia. Está fuera del alcance del pensamiento, y según las palabras del Mandukya es “inconcebible e inefable”.” Aquí es necesario señalar que el poder de que están hablando los científicos no coincide con la definición de H.P.B de su proposición fundamental, pero si se relacionan en cuanto a la línea de procedencia. Es decir el poder de los científicos está mostrando cualidades implícitas en la definición dada por H.P.B.

Al segundo poder le llaman “Centralización” (Centration) y lo sustenta el estudio realizado de la energía o poder de actuar que es trasmitido para dar vida, pasando de un centro a otro. La energía solar es trasmitida a la Tierra, que nos da sus frutos y se incorpora en nosotros por medio de los alimentos que ingerimos, pero el sol toma su energía de los átomos de hidrógeno, los que a su vez lo toman de la energía que da nacimiento al universo, entonces esta energía también se incorpora en nosotros. Esto nos recuerda el poder fohático que trasmite la vida inteligente, y los puntos layas, ya que a fohat se le describe como trazando líneas espirales, porque este poder está tanto en la evolución de los principios del hombre como en los de la naturaleza. Él es el mensajero o vehículo, el poder eléctrico de afinidad y de simpatía, el lazo de unión a niveles superiores entre el espíritu y su propio soplo, lo que originara la manifestación en la que nos encontramos y en la D.S. se explica que sus ruedas o círculos abarcan las seis direcciones más  la rueda central, que sería el punto laya primario en nuestra manifestación.

El tercer poder le llaman el poder de “Atracción” (Allurement) y lo basan en sus experimentos hechos en la llamada ley de gravedad y el electromagnetismo, así como sus extensas observaciones en el comportamiento de las galaxias, planetas, soles, estrellas, átomos, moléculas y partículas sub-atómicas. Nosotros también le llamamos a ello la ley de atracción, y vimos sus orígenes en el poder eléctrico de afinidad que describimos en el párrafo anterior, pero lo que aún no se ha podido exponer con claridad, es cómo la ley de atracción en nuestros planos, al engendrar la electricidad y el magnetismo, ocasiona una serie de hechos, que no parecen relacionarse con la ley que les dio origen.

Es esta vez en Isis sin Velo que encontramos que HPB, menciona a un general llamado Pleasonton, como un experimentador un poco más acertado en la manera de enfocar estas cuestiones. Y en síntesis lo que él está exponiendo es que el espacio comprendido entre el sol y la tierra está ocupado por un medio transmisor de naturaleza física (luz astral). El enorme roce de la luz al atravesar este medio ha de producir necesariamente electricidad, que trasmutada en magnetismo, engendra las fuerzas naturales cuya acción determina las variaciones de la vida planetaria. Basándose en ello concluye con teorías aún no aceptadas, pero dice HPB que si Pleasonton hubiera evidenciado sus hipótesis las futuras generaciones no se podrían burlar de la luz sideral de Paracelso, ni de sus doctrinas de las magnéticas influencias ejercidas por los astros en animales, vegetales, minerales etc.

El cuarto poder es el de “Emerger” (Emergence) y postula que el Universo no es un lugar sino una historia, una historia de secuencias irreversibles de los eventos emergentes. Una secuencia de creatividad. Lo basan en sus constantes observaciones sobre la aparición de nuevas estrellas, planetas y galaxias. Consideran que la ciencia ha realizado un gran descubrimiento al darse cuenta que el universo en su totalidad y dentro de cada ser contenido en él, está penetrado de este poder. Y efectivamente han dado un gran paso pues están hablando del poder primario de “Creación” (Brahma, primera persona de  la Trimurti Inda). Además están admitiendo la idea de las jerarquías creadoras.

Al quinto poder le llaman “Mantener la Estructura” (Homeostasis). Este también corresponde al poder primario de “Conservación” (Vishnu, segunda persona de la Trimurti Inda). Lo sustentan las observaciones realizadas con los grandes logros de la naturaleza y cómo son mantenidos por ella. Lo han observado en el funcionamiento de la atmósfera, la biósfera y la esfera, así como en las especies de los diferentes reinos. Este poder de conservación coopera con la evolución íntimamente y es precisamente lo que se está exponiendo en el título de esta charla: “La mejor vida humana es la que promueve la evolución”, porque como vemos se conserva en forma selectiva, es decir preservando lo mejor logrado, para que la evolución sea un hecho.

El sexto poder es el de “Cataclismo” (Cataclysm) y también corresponde al primordial poder de “transformación” (Shiva, tercera persona de la Trimurti Inda). Este poder lo colocan muy acertadamente como el poder que permite que el  proceso creativo pueda suceder. Declaran que los cataclismos ocurren para dar lugar a una nueva creación o surgimiento (emergence) como ellos le llaman.

A Shiva se le venera sobre todo en la India como un poderoso ser o fuerza divina y se le denomina “El Destructor”, para luego llamarlo el “Transformador” porque destruye para permitir un cambio hacia lo mejor de la evolución. 

H.P.B. habló muy enigmáticamente sobre la metempsicosis, a sabiendas de que por aquel entonces no podía ser comprendida, pero dejó dicho que era un concepto sublime. Y observando la función de Shiva, vemos como cuando se llega a la culminación de una etapa evolutiva, se produce el cambio necesario en la escala de progreso, y muchas veces es tan drástico que no muestra semejanza alguna con su estado anterior, ésta también fue la razón para que ella dijera que nunca los científicos de su época iban a encontrar el eslabón perdido.

Actualmente nosotros podemos imaginar estos cambios drásticos si nos detenemos a pensar en lo que la teoría científica dice sobre el “el salto del cuántico” (quantum-leap).  

El séptimo poder llamado “Sinergia” o “Asociación” (Synergy) es el que proporciona el logro en un objetivo común. Las relaciones sinergéticas son las que dan nacimiento a factores que no existirían en el universo de otra manera. Esta ley cosmológica ha sido observada en el comportamiento de los neutrones, los cuales si se les deja solos se desintegran en pocos minutos, pero si al mismo neutrón se le pone en relación con uno o más protones, puede existir por billones de años. Esto es en cuanto a la física cuántica, y en relación a la biología, esta colaboración asociativa puede ofrecer estrategias que resultan exitosas en el drama de la vida. Es decir el poder de la sinergia muestra el ontológico poder de las relaciones y precisamente es el fundamento del primer objetivo de la S.T. formar un núcleo de la Fraternidad Universal con el propósito de ayudar a la humanidad, y ya muchos pensadores teosóficos nos han hablado de la labor tan importante que la S.T. está realizando al haberse organizado como un “núcleo” de la Fraternidad Universal, es decir fungiendo el papel de emisora de las influencias benéficas de unidad hacia el resto de la humanidad.

El octavo poder es llamado “Transmutación” (Transmutation) y lo basan en la observación de la manera en que el Universo algunas veces insiste para lograr que algo nuevo aparezca, llegando a la idea de que el Universo parece no estar completamente satisfecho y permanece en constante transmutación de sí mismo, como una necesidad.

Nosotros sabemos que el mundo arquetípico aguarda hasta que se logra la plena consumación de él. De este modo el llamado poder de transmutación es el que permite el constante acercamiento a su consumación, y que precisamente la ley de evolución impele.

El noveno poder es el de “Transformación” (Transformation) y está relacionado con la transmutación. Es la manera en que los cambios tienen lugar en una sociedad o comunidad, es decir cuando se producen varias transmutaciones, colectivamente repercute en una transformación y así el sistema completo adelanta. Como vemos este poder también está directamente relacionado con la ley de evolución.

Al 10mo poder le llaman el de las “Interrelaciones” (Interrelatedness) y le dicen el poder de integridad y el de conectar, pudiéndose llamar también el de “totalidad”, y está sustentado por la manera en que cada ser en el Universo depende de otros seres. Nuestra propia existencia depende tanto de los organismos minúsculos que viven en el Océano Pacifico, como de la actividad de los protones en el sol. Visto desde afuera este poder es el de las relaciones o interrelación, pero internamente es el poder de la compasión o el cuidado y ayuda compartida. Este poder observado externa como internamente nos deja comprender con bastante acierto, la unidad subyacente de todas las cosas y su íntima conexión de interrelación y por lo tanto el subsiguiente despertamiento del amor y la compasión, cualidades que son las que permitan que todo lo bello, perfecto y real se realice.

Por último nombran el poder cosmológico de “Radiación” (Radiance), basado en la 2da ley termodinámica que brevemente dice que cada ser energético dispersa su energía. El radiar energía es una ley del Universo. Ha sido observado este hecho aún en el más frío grupo de pequeñísimos átomos de hidrógeno en la más oscura noche intergaláctica del espacio. Este hecho está descrito y estudiado en los temas del Aura en la literatura teosófica y además está apoyada en el 10mo poder que acabamos de citar, sólo que esta vez ha sido observada la interrelación en mundos aún más sutiles.

Ahora bien todo este conocimiento científico es sumamente limitado comparado con el ofrecido por la Sabiduría Antigua y además aún con todo lo expuesto sobre estos temas por HPB y por los propios Maestros de Sabiduría en sus cartas, ellos mismo aclararon que no ofrecían más que fragmentos de las realidades últimas, debido sencillamente a que nuestra evolución es gradual y aún no nos encontramos capacitados para recibir la totalidad de este fascinante conocimiento y ello estriba en que estamos en la quinta raza, la cual sólo ha desarrollado cinco sentidos.  Cuando la 5ta raza consiga que cada ser humano sea un agente libre y totalmente responsable, el karma de esta 5ta raza apenas adulta, se estará lentamente acercando al punto necesario para obtener más de este conocimiento, que sólo es posible cuando el sexto sentido comienza a brotar. Dicho con las palabras del Maestro K.H.: “es ilógico gozar del desarrollo legítimo de la evolución y de los dones de las futuras razas, con tan sólo la ayuda de nuestros actuales sentidos limitados.”

Entonces tanto nosotros en calidad de buscadores de la verdad, como los llamados científicos que realizan un trabajo de dirección igualitaria, no obtendremos este pleno conocimiento si no preparamos las condiciones necesarias dentro de nosotros mismos para que en armonía perfecta con las leyes divinas, nos convirtamos en sus agentes conscientes. Cuando esto sucede la vida humana mejora y promueve la evolución.

 

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