Vol. 134 - Número 10 - Julio 2013 (en Castellano) |
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Jñâna Yoga y La Doctrina Secreta
PABLO SENDER Doctor en Ciencias Biológicas y MST de EEUU. El año 2013 marca los 125 años de La Doctrina Secreta
Se han cumplido 125 años desde que La Doctrina Secreta (DS) se publicó por primera vez, y echando una mirada hacia atrás, podemos ver que este libro ha tenido una influencia importante en el mundo del pensamiento. En sus páginas, Madame Blavatsky (HPB) plantea algunas ideas que eran revolucionarias a fines del siglo diecinueve, y que actualmente muchos aceptan. Por ejemplo, la DS ofreció una síntesis de la ciencia, la religión y la filosofía en una época en que el abismo existente entre estas disciplinas parecía insuperable. Esta idea sin embargo, gradualmente echó raíces durante el siglo siguiente, llevando finalmente al desarrollo en expansión del campo de la “ciencia y la espiritualidad”. La DS también le mostró la existencia de una antigua Religión-Sabiduría a un mundo que, entusiasmado por el avance en la ciencia y la tecnología, consideraba el pasado como una edad primitiva de ignorancia y barbarie. Sin embargo, esta idea se difundió y fue aceptada finalmente incluso por un número de eruditos en el campo de la filosofía de las religiones. Y ciertamente, la DS ha sido una fuente permanente de referencias cuando se relaciona con el estudio de la Filosofía Esotérica que muchos obtuvieron en la Sociedad Teosófica o fuera de ella. Sin embargo, a pesar de todos estos logros, es posible que todavía no hayamos valorado lo que este libro ofrece. Poco tiempo antes de su muerte, la Sra. Blavatsky destacó una dimensión de la DS que no es común reconocer, especialmente, que su estudio puede transformarse en una forma de yoga, más específicamente, lo que se conoce como jñâna yoga.[1] En este sendero, el aspirante estudia enseñanzas espirituales de modo especial, buscando elevar su consciencia de modo que pueda asimilar estas verdades, en vez de sólo conocer el lado conceptual de las mismas. Cuando tratamos de acercarnos a la DS de esta forma, lo primero que debemos recordar es que las enseñanzas de la Filosofía Esotérica que se encuentran allí, se dice que son “secretas”. ¿Por qué? Porque, en gran parte, no pertenecen a la dimensión de la vida que experimentamos en nuestra naturaleza personal, sino a realidades que percibe nuestro yo interno. Como la Sra. Blavatsky le dijo a un estudiante:
Sus axiomas de lógica sólo se pueden aplicar al Manas inferior (mente), y es sólo de las percepciones de Kâma-Manas (mente material) que usted argumenta. Pero el Ocultismo sólo enseña aquello que proviene del conocimiento del Ego Superior o Buddhi-Manas (mente espiritual).[2]
Cuando es necesario trasmitir alguna información de las realidades espirituales, la mayoría de los sabios han afirmado que las palabras y los conceptos no son suficientes para producir una comprensión real de las mismas. Por ejemplo, el Mahatma KH escribió:
El reconocimiento de fases más elevadas del ser del hombre en este planeta no se logrará con la mera acumulación de conocimiento. Volúmenes de la mejor información y perfectamente construida, no pueden revelarle al hombre la vida en regiones más elevadas. Uno debe obtener un conocimiento de hechos espirituales por experiencia personal y por una observación real…[3]
Mientras las palabras y los conceptos se crean para describir el mundo material que percibimos por medio de nuestros sentidos, el reino espiritual no se puede explicar adecuadamente en términos de esta experiencia. ¿Cómo le enseñaríamos a un ciego qué son los colores? Podemos leerle la definición del diccionario, explicar la naturaleza de la luz y el color desde un punto de vista científico, enseñarle la teoría del color en las artes visuales, etc., y sin embargo, todo esto será inútil para hacerle saber realmente qué son los colores. Tendrá un conocimiento verdadero de esto sólo cuando los vea. Algo similar ocurre con las enseñanzas espirituales. Aunque una persona pueda leerlas y memorizarlas, la mera acumulación de conceptos no producirá una verdadera comprensión de lo que éstas tratan de describir. Podemos entonces preguntar, por qué existen libros escritos sobre estos temas. Aunque las ideas sobre lo espiritual no trasmitirán su verdadero conocimiento, pueden ser útiles como un mapa para ayudarnos en nuestra búsqueda de lo que es real. Sin embargo, como HPB expresó, este mapa debe leerse con “ojos” espirituales:
En primer lugar, dejen que el estudiante se de cuenta claramente que no puede ver cosas espirituales con ojos de la carne, y que al estudiar… debe usar los ojos de la Inteligencia Espiritual; de lo contrario fallará y su estudio será estéril.[4]
La vida mundana estimula casi exclusivamente los “ojos de la carne”. Fuerza a la mente a permanecer enfocada en cosas concretas, para que la persona pueda asegurarse la supervivencia de su cuerpo y su psique, y de aquéllos que dependan de él o ella. Pero las realidades trascendentales, tales como la unidad subyacente en todas las cosas o el propósito de la vida están más allá del plano de la percepción de la mente inferior. Y aunque dentro de nosotros existen ojos espirituales, en la mayoría de las personas permanecen cerrados porque no se usan para darle atención a lo espiritual y lo metafísico. Según su autora, la DS se escribió para ayudarnos a despertar esta percepción espiritual:
Vengan a la DS … sin ninguna esperanza de obtener la Verdad final de su existencia, o con cualquier otra idea, más que la de ver cuán lejos puede conducir HACIA la Verdad. Vean en el estudio un medio de ejercer y desarrollar la mente nunca antes tocada por otro estudio.[5]
Debemos recordar que todas estas Stanzas apelan a las facultades internas más que a la comprensión ordinaria del cerebro físico.[6]
El cerebro es el instrumento de la consciencia despierta, y cada imagen mental conscientemente formada significa cambio y destrucción de los átomos el cerebro. La actividad intelectual ordinaria se mueve sobre caminos muy trillados del cerebro, y no compele a ajustes repentinos y destrucciones de su sustancia. Pero esta nueva clase de esfuerzo mental requiere de algo muy diferente; el labrado de “nuevos senderos cerebrales” el acomodo en orden diferente de las pequeñas vidas del cerebro.[7]
Cuando la atención de una persona está siempre dirigida hacia lo mundano, la mente inferior permanece inconsciente a lo superior, e incluso la mente misma sólo es apta para recibir percepciones materiales y producir pensamientos concretos. El estudio serio de la DS es un modo de estimular la mente abstracta y remodelar el cerebro, de modo que pueda volverse un vehículo de la sabiduría espiritual. Para que esto suceda, el estudio no se puede reducir a la mera adquisición de conceptos. La Dra. Besant escribió:
El asiento de la Auto-consciencia se mueve de la mente inferior a la superior por medio del pensamiento arduo, por el esfuerzo intelectual del estudiante, del filósofo, del hombre de ciencia, si éstos dirigen sus pensamientos de los objetos hacia los principios, de los fenómenos hacia las leyes.[8]
Leemos en la DS que lo Absoluto es “un PRINCIPIO Omnipresente, Eterno, Ilimitado, e Inmutable… carente de todo atributo y esencialmente sin ninguna relación con el Ser finito manifestado”.[9] Es bastante fácil leer y recordar este concepto, de modo que siempre que hablemos sobre lo Absoluto podamos repetirlo. Pero este es el trabajo de la mente inferior, e incluso si se acumulan muchos conceptos de este modo, aún así no poseemos conocimiento espiritual. Entonces, ¿cómo enfocar el estudio para que se vuelva algo más que una mera acumulación de información? La respuesta dada por la Dra. Besant fue: “por medio de un pensamiento arduo”. Es sólo por medio de un esfuerzo sincero por percibir, que está más allá de las ideas, que se puede obtener el acceso a la mente superior. De modo que al estudiar verdades espirituales, deberíamos esforzarnos en penetrar en el significado existente detrás de las palabras, ver las inferencias de lo que se dice. Por ejemplo, no es suficiente permanecer satisfecho con la afirmación de que lo Absoluto es omnipresente. Piense profundamente sobre su significado. Se puede preguntar a sí mismo si esta Realidad que se dice que está presente en todas partes, ¿cómo puede estar más allá de lo finito, o sin ninguna relación con lo manifestado? O, ¿cómo podemos decir que el cosmos no es nada más que esta Realidad y, a su vez, decir que todo lo que percibimos es una ilusión? O si lo Absoluto, que es inmutable, es la única Realidad durante el periodo de descanso universal, ¿qué cambia cuando el nuevo cosmos se manifiesta? Algunas preguntas como estas pueden tener una respuesta (aproximada), mientras que otras pueden estar totalmente más allá de toda respuesta. Pero carece de importancia, porque la respuesta conceptual es sólo de importancia secundaria. Lo que importa es “el arduo esfuerzo” sobre preguntas que no son concretas, que están esencialmente “más allá del campo y alcance del pensamiento”, porque es por su intermedio que estimulamos el despertar de la percepción superior. Es fácil ver cómo este esfuerzo especial se puede omitir cuando leemos una exposición muy sistemática de ideas, aunque sean muy metafísicas. Si todo está claro para la mente inferior, existe el sentimiento de que uno comprende, y que no se requiere ningún otro esfuerzo. El estilo confuso de la DS, su naturaleza “confusa” y fragmentaria, tiene el propósito específico de inducir al esfuerzo necesario. La Dra. Besant explicó que este era el antiguo modo “oriental” de enseñar:
Cuando comenzamos a enseñar un tema, tratamos de captar todo el tema, y tratamos de presentarlo a quienes se lo enseñamos, de modo claro. Ese es el modo moderno de enseñanza. Hace que las personas se vuelvan un poco perezosas, porque se hace demasiado por ellas, y el resultado es que la memoria se ejercita más y el razonamiento mucho menos de lo que debería hacerse por separado. Las maestras se toman todo el trabajo, y presentan una enseñanza cocinada y digerida para evitarles a los alumnos el problema de ejercer sus facultades mentales, de modo que ellos tienen mucho conocimiento de segunda mano y muy poco conocimiento de primera mano.
Hace tiempo, era diferente. La maestra llegaba, presentaba una gran verdad a sus alumnos y les decía: “Piensen sobre esto”. El resultado es que en los libros Orientales ustedes no reciben una presentación clara respecto a una doctrina como un todo. Está presente en diferentes libros. Un estudiante cuidadoso puede reunir todas las enseñanzas. Pero ahora no tienen la paciencia y esfuerzo requeridos para la tarea. Antes, los individuos tenían que obtener los resultados, de modo que se volvían grandes pensadores, porque ejercitaban sus mentes.[10]
Si una persona permanece durante años en un nivel de estudio conceptual, puede reunir enormes cantidades de información, pero esto no hará de él “un gran pensador”, es decir, alguien que pueda alcanzar sus propias percepciones. Ciertamente, el estudio meramente conceptual tiende a reducir las ideas de una persona y a menudo se vuelve un poco fundamentalista, incapaz de ver la verdad en presentaciones que no están de acuerdo con el estilo con que él está familiarizado. Esta es la razón por la que la DS no se escribió como una producción filosófica bien estructurada para el intelecto, sino como un trabajo oculto que intenta estimular la intuición espiritual. La Sra. Blavatsky se refirió a esto en varias ocasiones:
No esperen que les de todo, algo se debe dejar para la intuición y la inteligencia humana.[11]
Lo anterior son todos misterios que deben dejarse a la intuición personal del estudiante para su solución, más que para describirlo.[12]
Puede ser una parábola y una alegoría dentro de una alegoría. Su solución se deja a la intuición del estudiante, si sólo lee lo que está a continuación con los ojos espirituales.[13]
Un estudio intelectual de la DS proveerá ideas que, por lo que sabemos, pueden o no ser verdad. Y aunque sean verdaderas, al ser sólo ideas, fracasan en producir la verdad viva en nuestra consciencia. Es por esta razón que HPB desaconsejaba el basarse demasiado en la interpretación de otros de la DS. Robert Bowen, al informar sobre una conversación con HPB, escribió:
Es totalmente inútil acercarse a aquéllos que nosotros imaginamos ser estudiantes avanzados (dijo ella [HPB]) y pedirles que nos den una “interpretación” de la DS. Ellos no pueden hacerlo. Si lo intentan, todo lo que nos darán serán interpretaciones exotéricas recortadas y secas que ni de manera remota se asemejan a la Verdad. Aceptar tales interpretaciones significaría anclarnos a ideas fijas, mientras que la Verdad yace más allá de cualquier idea que pudiésemos formular o expresar. Las interpretaciones exotéricas son todas muy buenas, y ella no las condena mientras sean tomadas como indicadores para principiantes y no sean aceptadas por ellos como algo más.[14]
Entonces, no vayan a la DS como si fueran a leer un relato, o esperando tener una prolija descripción del escenario, cósmico u otra cosa. Vayan con el espíritu que tienen cuando se sientan a solucionar un rompecabezas. Siéntense con un cuaderno, listos a hacer diagramas, anotar palabras claves, y consultar otros textos que se relacionan con la DS, o con filosofías y religiones mencionadas allí.[15] Estén preparados a ver la diferencia entre lo que es parte de la enseñanza esencial, y lo que sólo es el apoyo que da HPB a esas enseñanzas al hacer referencia a ideas e imágenes de una religión u otra. Como es de esperar, difícilmente obtendrán lo esencial en la primera lectura. Frecuentemente tendrán que leer una sección o parte de una sección varias veces. Léanlo una vez para obtener una idea general, y luego otra vez, hasta que comprendan la esencia de lo que trasmite. Luego, retengan esa idea (tal vez anotándola en el margen) y piensen cómo se relaciona con lo que se había dicho anteriormente. Muchas veces verán que lo que parece ser una digresión es realmente importante, mientras que otras veces es sólo una digresión que pueden dejar de lado, por lo menos por el momento. Si mientras estudian, tratan de comprender cierta idea y después de un debido esfuerzo no lo pueden lograr, pueden dejarlo de lado de momento, y continuar con el estudio. El esfuerzo hecho tendrá su efecto aunque no lleguen a una conclusión. A medida que continúen estudiando, la habilidad para comprender estas verdades aumentará, la comprensión general se profundizará, y finalmente, cuando el tema se les presente nuevamente podrán comprenderlo mejor. Al trabajar de esta manera, gradualmente, el estudiante creará su propio sistema de interpretación de la DS. Puede ser diferente al de los otros estudiantes, o no, pero si hace su trabajo, tendrá su forma de percibir estas realidades metafísicas. Aquí debe tener cuidado. La percepción que logre, si procede de su naturaleza superior, necesariamente tendrá una forma conceptual ya que “desciende” a la mente inferior. Y al volverse un concepto, es meramente un concepto. Cualquier imagen o pensamiento definido es sólo una limitación de la percepción más holística de la verdad en los planos espirituales. Esta es la razón por la que HPB dijo:
El Ocultismo espiritual prohíbe el uso de figuras o incluso símbolos, cuyo uso sólo debe ser como ayuda temporal. Una vez que se define una idea con palabras, pierde su realidad; una vez que se infiere una idea metafísica, se materializa su espíritu. Las descripciones sólo se deben usar como escaleras para subir la escarpadura, escaleras que deben ser desechadas cuando el pie se pone sobre la fortaleza. Dejemos que los Esoteristas, por lo tanto, sean muy cuidadosos en espiritualizar las Instrucciones y evitar materializarlas; dejemos que siempre traten de encontrar el significado más elevado posible, confiados en que en relación con su acercamiento a lo material, y lo visible en sus especulaciones sobre las Instrucciones, así de lejos estarán de su recta comprensión.[16]
Los diagramas, las ideas, los ejemplos, las analogías, son todos útiles en ayudarnos a comprender una verdad en el nivel conceptual. Ese es el primer paso. Pero siempre deberíamos tenemos como objetivo percibir el aspecto más abstracto de ellas, es decir, la verdad supra-conceptual que simbolizan. Si olvidamos que “la verdad yace más allá de cualquier idea” y nos apegamos a la imagen que formamos por medio del estudio, puede que nos quedemos adheridos allí. Al apegarnos a nuestras ideas, tenderemos a rechazar cualquier cosa que pueda molestar a la superestructura construida, cerrando así las puertas a futuras percepciones. De modo que las ideas adquiridas previamente pueden volverse involuntariamente una prisión para el intelecto. Algunas tradiciones espirituales, conscientes de este problema, establecieron modos de molestar a la comprensión intelectual por el uso de paradojas y contradicciones, como es el caso de los famosos koans del Zen. El Sr. A. P. Sinnett aprendió de primera mano sobre este método durante su correspondencia con dos de los Mahatmas. Él escribió:
… especialmente en este caso con el estudio oculto, en conexión con el cual los métodos de enseñanza tradicional generalmente seguían, para imprimir sobre la memoria toda idea fresca provocando la confusión que finalmente libera.[17]
La información presentada en la DS siempre proveerá fuentes de “contradicción” al sistema que estamos tratando de construir. Si el estudio ha de ser una forma de yoga, tenemos que evitar la tendencia común de seleccionar sólo esas ideas que se adapten a nuestra estructura preconcebida. Al prestarle atención a cualquier contradicción que surja podemos descubrir que hemos formado una idea equivocada o tal vez que nuestra idea, aunque relativamente “correcta”, era demasiado estrecha o rígida (algo muy factible, ya que frecuentemente estaremos estudiando hechos que pertenecen a las realidades sin forma). Algunas veces, después de una debida consideración podemos darnos cuenta que el enunciado en cuestión se hizo en sentido general, o se aplicó de modo diferente, o tal vez incluso de forma engañosa, y que por lo tanto no está realmente en contradicción con nuestro concepto anterior. Sea cual sea el caso, la seria consideración de las contradicciones permitirán los “malestares” necesarios como para que no nos quedemos adheridos en opiniones fijas y podamos percibir siempre algo nuevo. Frecuentemente, este malestar es frustrante porque desafía e incluso destruye la imagen que formamos con mucho esfuerzo, arrojándonos nuevamente a un estado de incertidumbre y confusión. Pero el estudiante serio debe estar preparado para enfrentar esto, ya que es una parte esencial del proceso de elevar nuestra consciencia, descripta por HPB del modo siguiente:
Este modo de pensar… es lo que los indos llaman Jñâna Yoga. A medida que alguien progresa en el Jñâna Yoga, uno encuentra el surgimiento de ideas que, aunque es consciente de ellas, uno no puede expresarlas ni tampoco formularlas en ninguna clase de imagen mental. A medida que pasa el tiempo estas ideaciones se formarán en imágenes mentales. Este es el momento de estar prevenido y rehusarse a ser engañado por la idea de que la maravillosa imagen recientemente encontrada debe representar la realidad. Porque esto no es así. A medida que uno sigue trabajando, encuentra que la imagen que antes admiraba se hace opaca y es insatisfactoria, y finalmente se desvanece gradualmente, o tenemos que desecharla. Este es otro punto de peligro, porque por el momento uno queda en el vacío sin ninguna idea sobre la que pueda apoyarse, y puede tener la tentación de revivir la imagen desechada por falta de una mejor para agarrarse. Sin embargo, el verdadero estudiante continuará trabajando sin preocuparse, y rápidamente le llegarán más destellos sin forma, los cuales nuevamente con el tiempo darán lugar a una imagen más amplia y más hermosa que la anterior. Pero el estudiante sabrá ahora que ninguna imagen jamás podrá representar la VERDAD. Esta última espléndida imagen se hará opaca y se decolorará como las otras. Y así el proceso continúa, hasta que finalmente la mente y sus imágenes son trascendidas y el estudiante entra y reside en el Mundo de la NO FORMA, en el cual todas las formas son sólo reflejos mezquinos.[18]
Podemos ver ahora la importancia de darnos cuenta que los conceptos son sólo ropajes de la verdad sin forma; pasos que, aunque necesarios en este momento, se deben dejar atrás si hemos de seguir avanzando. Frecuentemente, la dificultad con esto no es tanto la sobrestimación del valor de los conceptos, sino nuestra inhabilidad de suspender juicios y sentirnos cómodos con la incertidumbre hasta que llegue el momento en que se forme una idea nueva y más elevada. Aquí estamos luchando contra la esencia misma de la mente inferior, cuya característica principal es definir cosas y llegar a conclusiones. Esta es la razón, por ejemplo, por la que existe una tendencia tan fuerte en nosotros a emitir juicios sobre todo tipo de cosas y situaciones, incluso cuando obviamente no tenemos elementos para llegar a una conclusión inteligente. Pero si somos honestos, deberíamos esforzarnos por elevarnos sobre la mente concreta a estados de consciencia más “abstractos”, es decir, estados de no definición o no-juicio, cuando fuera necesario. Luego, poco a poco, comenzamos a construir un lugar para morar en los mundos de la no-forma. Y es aquí, en la dimensión silenciosa, sin forma, que yace la realidad más elevada.
Referencias y Notas [1] La palabra sánscrita jñâna significa “conocimiento”, “sabiduría”. [2] Blavatsky, H. P., Collected Writings (CW) (Recopilación de Escritos), VOL. X, TPH, Wheaton, II, 1988, pp 384-5. [3] Hao Chin, Jr, Vicente, Las Cartas de los Maestros a A. P. Sinnett en orden cronológico (CM), Nº 65, TPH, Quezon City, 1993, p. 168 [4] CW XII, 1980, p. 691. [5] Bowen, Robert, Madame Blavatsky on How to Study Theosophy (HPB y Cómo Estudiar Teosofía) (CET), TPH, Adyar, Chennai, 1992, p.9. [6] Blavatsky, H. P., La Doctrina Secreta (DS), Vol. I, TPH, Adyar, Chennai, 1978-9, p. 21. [7] CET, p.12. [8] Besant, Annie, The Reality of the Invisible and the Actuality of the Unseen Worlds. (La Realidad de lo Invisible y de los mundos invisibles). TPH, Adyar, Chennai, 1921, pp. 14-15. [9] DS, vol. I, p.14. [10] Besant, Annie, The Inner Government of the World (El Gobierno Interno del Mundo), TPH, Adyar, Chennai, 1976, p. 44. [11] Gomes, Michael (ed.), The Secret Doctrine Commentaries, I.S.I.S. Foundation, The Hague, The Netherlands, 2010, p. 495. [12] DS, vol. II.p.106. [13] DS, vol. II. P.94. [14] CET, pp.8-9. [15] Se está trabajando en una Wiki Teosófica (tswiki.net) para ayudar en el estudio de la DS, Las Cartas de los Maestros, y muchos otros temas teosóficos. [16] CW XII, p. 600. [17] Sinnett, Alfred, Esoteric Buddhism (Buddhismo Esotérico), TPH Ltd, Londres, 1972, pp. 109-110; TPH Adyar Edic., 2008, p.129. [18] CET, pp.13-14.
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