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El Teósofo - Órgano Oficial de la Presidenta Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 134 - Número 06 -  Marzo 2013 (en Castellano)

 
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La Doctrina Secreta: qué es,

cómo y por qué la estudiamos

 

JOHN ALGEO

Fue vice-Presidente internacional de la Sociedad Teosófica.

Profesor Emeritus de la Universidad de Georgia, EEUU.

Este artículo conmemora los 125 años de La Doctrina Secreta.

 

Qué es La Doctrina Secreta

   La Doctrina Secreta es la gran obra de Helena Petrovna Blavatsky, una notable rusa que fue principalmente responsable de introducir en los lectores occidentales ciertas ideas que han sido llamadas “Sabiduría Antigua”, “Tradición Esotérica”, o “Doctrina Secreta”. En 1875, Blavatsky, ayudada por varias personas (principalmente Henry Steel Olcott) fundaron la Sociedad Teosófica con el propósito de hacer conocer mejor esa sabiduría en el Occidente y practicarla por medio de una fraternidad de estudiantes e investigadores. Sus escritos publicados conforman más de veinte grandes ejemplares, de los cuales los más importantes son los seis volúmenes de La Doctrina Secreta (2 volúmenes en inglés).

   La Doctrina Secreta es excepcional por la amplitud de su visión y por la osadía de lo que afirma. Su tema es nada menos que el origen y la naturaleza esencial del universo y la humanidad. Sin embargo, no es un tratado coherente. Para leer La Doctrina Secreta, debemos primero comprender el propósito del libro. Algunos libros son para entretenerse, algunos para instruirse, y otros para inspirarse. Aunque, ciertamente, La Doctrina Secreta entretiene, instruye e inspira, ninguno de éstos son su objetivo  básico.

   H. P. Blavatsky escribió libros entretenidos, por ejemplo los relatos de sus viajes en India publicados originalmente en periódicos rusos y traducidos bajo el título: De las Cuevas y Junglas del Indostán. Pero cualquiera que se acerca a La Doctrina Secreta para entretenerse, es posible que se aburra. HPB escribió libros instructivos, por ejemplo, La Clave de la Teosofía, que fue y aún es, una introducción legible y práctica del pensamiento y la práctica teosóficos. Pero quien se acerque a La Doctrina Secreta buscando instrucción es posible que se sienta confundido. Muchos teósofos consideran La Doctrina Secreta un libro instructivo, pero dirigirse a esta obra magna como a un libro de texto coherente es una actitud equivocada. HPB escribió libros inspiradores, por ejemplo, La Voz del Silencio, tal vez la guía más profunda y rica que tenemos de la vida espiritual. Pero cualquiera que se acerque a La Doctrina Secreta buscando inspiración, es posible que se desaliente por la cantidad de detalles no inspiradores que hay en ella.

   Ciertamente, existen momentos de entretenimiento en La Doctrina Secreta, largos pasajes instructivos y destellos de inspiración. Pero el gran libro de HPB tiene otro propósito, que podríamos llamar de “descubrimiento”. El propósito de La Doctrina Secreta no es hacernos felices entreteniéndonos; o versados, instruyéndonos; o sensibles, inspirándonos. Su propósito es ayudarnos a descubrir la Verdad.

   Hacia el final de su vida, Blavatsky reunió un grupo de estudiantes personales, a quienes les dio instrucciones. Según P. G. B. Bowen, su padre, Robert Bowen, fue uno de los que tomó notas sobre lo que HPB dijo respecto al estudio de La Doctrina Secreta. Esas notas afirman que no deberíamos suponer que el libro contiene toda la verdad y sólo la verdad, o incluso que podamos encontrar la Verdad en él: “Vengan a la D.S…. sin ninguna esperanza de obtener la Verdad final de la existencia en ella, o con cualquier idea que no sea ver cuán lejos puede conducir hacia la Verdad. Vean en el estudio un medio de ejercitar y desarrollar la mente nunca tocada por otros estudios.” La Doctrina Secreta es importante, no por los pensamientos que contiene, sino por cómo podemos usarla para aprender a pensar por nosotros mismos. No es un libro de entretenimiento, instrucción o inspiración. Es un libro de descubrimiento.

   Mientras La Doctrina Secreta es el libro básico y fuente de la Teosofía moderna, y merece respeto por sus grandes enseñanzas y sus profundas percepciones, nunca debemos cometer el error de tratarlo como un “libro sagrado”, una autoridad infalible o final sobre Teosofía. La composición misma del libro, incluyendo el proceso de su escritura, la organización de sus contenidos, e incluso la sustancia de su pensamiento, es tal, como para considerar inapropiado su tratamiento como un texto con autoridad final.

 

Cómo estudiar  La Doctrina Secreta

   La forma en que La Doctrina Secreta se escribió deja en claro que el estudiante no debería acercarse a la obra como un libro de texto de Teosofía coherente, o como un tratado infalible o incluso consistente de sus temas. ¿Cómo entonces puede el estudiante comenzar a estudiar éste, el más básico de todos los libros teosóficos? Podemos considerar el acercamiento desde dos puntos de vista: racional y técnico, el porqué y el cómo estudiar el libro.

   Primero, la técnica: ¿Cuál es el mejor modo de tratar el estudio de La Doctrina Secreta? La respuesta a esa pregunta depende en parte del estudiante, porque diferentes técnicas funcionan mejor para diferentes personas. Sin embargo, un método que se ha usado desde hace mucho, es el que se describe en un trabajo llamado “Las Notas Bowen”. P. G. B. Bowen registró que su padre, el Capitán Robert Bowen, un oficial naval retirado, tomó notas de las instrucciones que H. P. Blavatsky dio sobre cómo estudiar el libro. Esas notas se publicaron unos cuarenta años después de la muerte de Blavatsky en una revista llamada Teosofía en Irlanda. Se han reimpreso frecuentemente en una variedad de formatos.

   Las notas Bowen nos dicen que “leer la DS página por página, como uno lee cualquier otro libro”, por ejemplo, un libro de texto, “sólo terminará en confusión”. Las notas también dan sugerencias sobre cómo realizar el estudio de la obra. Aconsejan al estudiante a permanecer firmemente en cuatro ideas básicas: (1) la unidad fundamental de toda la existencia, con dos aspectos: consciencia y sustancia; (2) la vitalidad de toda la materia; (3) la correspondencia microcósmica de la naturaleza humana con el gran cosmos debido a nuestra unidad con él; y (4) el orden hermético del universo como una Economía Divina, que es simultáneamente una jerarquía de poder y un sistema de igualdad.

   Las notas Bowen también nos aconsejan primero comprender firmemente cuatro pasajes cruciales: en el Volumen I, en el “Proemio” las tres Proposiciones Fundamentales I.78-83)  y los seis puntos numerados que se recapitulan en el “Resumen” (I.285-290); en el  Volumen III, las “Notas Preliminar III.19-28) y la “Conclusión” (III.417-426). Además de estos cuatro pasajes cruciales, existen otros que representan resúmenes (introducciones o conclusiones) que se identifican como enseñanzas centrales de la Sabiduría Antigua, o que casi encapsulan ideas básicas. El Capítulo 11 incluye una lista de tales pasajes, que retribuirán al estudio atento con una introducción a las ideas de La Doctrina Secreta. Una buena forma de comenzar a estudiar La Doctrina Secreta es por lo tanto comprender ciertas ideas claves expresadas en pasajes claves. El objetivo es una percepción intuitiva.

Pasaje Claves en La Doctrina Secreta

 

   Las notas de Bowen identifican cuatro pasajes claves en La Doctrina Secreta, además de los cuales, otros pasajes son introducciones al estudio de la obra máxima de HPB. Se identifican aquí por el título o las primeras y las últimas palabras, con el volumen y el número de página en la  Edición Kier (en seis volúmenes), y por el número de renglones en los pasajes entre paréntesis cuando éste es corto:

“Introducción” Vol. I: 45-68.

“Proemio” I: 69-86 (incluye las tres Proposiciones Fundamentales, I: 79-83).

“La Doctrina Secreta enseña… con respecto a su sucesor.” I: 101 (7 líneas).

“La ley fundamental en la Ciencia Oculta…al intelectual o al físico.” I: 160 (5 líneas)

“En beneficio de aquellos que…. decir más de ello por ahora.” I: 192-193 (60 líneas)

“Claro se ve ahora… complejo que es en la actualidad.” I: 209-210 (24 líneas)

“Viene a ser lo siguiente… compuestos que hoy conocemos.” I: 245 (24 líneas)

“c) Nos enseña la Ciencia… mayor atención en otra parte.” I: 275 (37 líneas)

“Resumen” I: 283-294 (Resumen, 6 puntos y 5 hechos probados), termina en “no es necesario hablar más aquí acerca de ello.”

“Resumen de la situación.” Vol. II: 358-365

“Notas preliminares sobre las Estancias Arcaicas y los cuatro continentes prehistóricos.” Vol. III: 19-28

“La analogía es… y últimos misterios.” III: 158 (3 líneas)

“Que el lector tenga bien presente… y un Año Sideral.” III: 414-415 (55 líneas)

“Conclusión.” III: 417-426 (conclusión del Vol. III)

“Ahora bien; la Filosofía Oculta… “ES” ABSOLUTO.” III: 424-426 (103 líneas)

“Y en este punto se… enseñanzas menores del Ocultismo?” Vol. IV 203 (20 líneas)

“Todas estas dificultades… cada nueva Raza-Raíz.” IV: 256 (12 líneas)

“Y ahora como conclusión… MÁS ELEVADA QUE LA VERDAD” IV: 347-351

 

Por qué estudiamos La Doctrina Secreta

   Además de saber cómo estudiar La Doctrina Secreta, también necesitamos saber por qué lo hacemos. Ciertamente la razón para estudiar es mucho más importante que las meras técnicas. Sin embargo elegimos hacerlo, ¿cuál sería nuestro motivo para estudiar La Doctrina Secreta. Las notas Bowen dicen que estudiar La Doctrina Secreta es una forma de Jñâna Yoga: “El verdadero estudiante de La Doctrina Secreta es un Jñâna yogui, y este Sendero de Yoga es el Verdadero Sendero para el estudiante occidental. Es para brindarle señales en el Sendero que se escribió La Doctrina Secreta.”

   Al escribir en su revista Lucifer, Blavatsky respondió a las quejas de un estudiante de Teosofía que opinaba que La Doctrina Secreta es demasiado difícil e incompleta. Ella respondió que “una obra que compara varias docenas de filosofías y más de media docena de religiones mundiales, una obra que debe develar las raíces con la mayor precaución, ya que sólo puede hacer alusiones a las flores secretas presentes aquí y allí, no se puede comprender en una primera lectura, ni siquiera después de varias, a menos que el lector elabore por sí mismo un sistema para ello”.

   Los lectores no deberían esperar encontrar un método prefabricado en La Doctrina Secreta, por el contrario deben elaborar por ellos mismos un sistema que surja de ella. El proceso de jñâna yoga es tratar de comprender los mecanismos del cosmos y de nuestro lugar en él. Para lograr esto, uno construye teorías o “imágenes mentales”. La palabra teoría procede de la raíz griega que significa “mirar u observar”, y por lo tanto una teoría es un modo de ver las cosas, una imagen mental. El peligro siempre está en que uno confunda la imagen con la realidad que representa, que se quede tan fascinado por la elegancia, consistencia y precisión de la imagen que deje de prestarle atención a toda la realidad y se quede mirando la imagen.

   Afortunadamente se nos desanima a perdernos en nuestras teorías por el hecho de que siempre son imperfectas. Al contemplar nuestras imágenes mentales descubrimos inexactitudes en ellas, deficiencias y errores. Ese descubrimiento evoca respuestas opuestas.

   Quienes son Verdaderos Creyentes dicen que las inexactitudes no existen, o que no son importantes, y continúan contemplando sus imágenes mentales incluso mucho después que las imperfecciones son obvias. Pero quienes son estudiantes genuinos tolerarán cierto número de imperfecciones por un tiempo, y a medida que éstas se acumulen, decidirán que la imagen mental que construyeron, debe ser reemplazada. Y construirán una nueva, más grande y mejor, que corrija las fallas de la imagen anterior. Con el tiempo, por supuesto, las fallas aparecerán en la nueva imagen también y de igual modo debe ser reemplazada. Y así continúa, con una imagen mental que reemplaza a otra, y cada una corrige las fallas de la anterior, pero introduce imperfecciones propias. Esto, como lo demuestra Thomas Kuhn, también es la forma en que evoluciona la ciencia, sustituyendo una teoría por otra en un proceso que él llamó “la estructura de las revoluciones científicas”. Y esta es la forma en que el estudiante esotérico, al seguir el sendero de jñâna yoga también progresa.

   Si los jñâna yoghis prosiguen en el sendero con éxito, no continúan reemplazando indefinidamente una imagen imperfecta por otra. Por el contrario, finalmente perciben que “ninguna imagen jamás representará la Verdad”. El proceso de reemplazar una imagen, una teoría por otra, continúa “hasta que finalmente la mente y sus imágenes son trascendidas y el aprendiz entra y mora en el Mundo de la no forma, en el que todas las formas son pequeños reflejos”.

   El propósito de la imagen del cosmos y de la humanidad que encontramos en La Doctrina Secreta es llevarnos a percibir que ninguna imagen puede jamás ser adecuada a la Verdad que representa. El objetivo de La Doctrina Secreta es ayudarnos a percibir que La Doctrina Secreta es inadecuada, ciertamente que todas las teorías, todas las imágenes mentales, del origen, estructura y funcionamiento del universo son inadecuadas. El Jñâna Yoga usa la mente para llevarnos más allá de la mente. Estudiamos La Doctrina Secreta para ir más allá de La Doctrina Secreta.

   La Doctrina Secreta es la primera palabra de la Teosofía moderna, pero no es la última, y tampoco era el propósito que así fuera. Es un libro maravilloso, no porque nos entretiene, instruye o inspira, sino porque nos ayuda a descubrir que es un libro imperfecto, que todos los libros son imperfectos, que la Verdad no se encuentra en los libros sino en nosotros mismos. La Verdad no está en diagramas, gráficos o listas, ni en cadenas, rondas y razas. La Verdad está en el reconocimiento de que ningún libro, ningún enunciado, ninguna afirmación puede jamás representar adecuadamente la realidad. La Verdad está en el reconocimiento de que no hay doctrina más elevada que la Verdad. Eso es Teosofía. Eso es la Doctrina Secreta.

 

(Artículo extractado de mi curso de estudio: Contactando “La Doctrina Secreta”: Curso de Estudio. 3ra. Ed. Wheaton, IL: Departamento de Educación, Sociedad Teosófica en América, 2007.)

 

 

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