Vol. 133 - Número 03 - Diciembre 2012 (en Castellano) |
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San Pablo: Un diálogo
Ravi Ravindra y Pedro Oliveira Dr. R. Ravindra es Profesor Eméritus de Religiones Comparadas, Dalhousie University, Canada. Rt Revd P. Oliveira es Obispo de la Iglesia Católica Liberal y miembro de la ST en Australia. Diálogo en el Centro Teosófico de Educación y Retiros, Springbrook, Queensland, Australia, 2005.
Pedro Oliveira: Ambos tenemos un sincero sentimiento hacia las enseñanzas de San Pablo y nos proponemos adentrarnos en aspectos de sus enseñanzas de una manera seria.
Ravi Ravindra: Este es un extracto de una conversación entre un sacerdote cristiano y un pagano, que en realidad es un devoto de Cristo. Y uno de sus primeros intérpretes es San Pablo, el primer teólogo cristiano. Casi un tercio del Nuevo Testamento son cartas de San Pablo y de acuerdo a la mayoría de los investigadores que estudian el Nuevo Testamento sus cartas son los manuscritos cristianos más antiguos que tenemos. Pablo era un romano, un soldado que tiranizaba a los primeros cristianos. Luego, en uno de sus viajes hacia Damasco él tuvo una experiencia completamente extraordinaria, en la cual, como está descrito, fue enceguecido por una luz deslumbrante. Ahora bien, exactamente cuánto duró esta experiencia es difícil de determinar porque él mismo no es capaz de decir mucho al respecto. No obstante, lo importante del hecho es que esta experiencia lo marcó como un Apóstol de Jesucristo. Él es el único Apóstol de los doce, que no se encontró con Cristo en cuerpo físico. Por lo tanto ya hay algo excepcional en él y esta visión particular, que debe ser considerada una visión espiritual -no es en cuerpo físico en el sentido ordinario de percepción- que lo marcó tan profundamente, que sintió que Cristo mismo le había dado un nuevo nombre. Esta es una práctica bastante común en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, siempre que hay una transformación radical del ser, se da un nuevo nombre. Tenemos ejemplos de esto: Abram se convirtió en Abraham, Jacob se volvió Israel y Simón se llamó Pedro, Saúl ahora se llama Pablo. Uno de sus comentarios al que a menudo regreso es: “Una necesidad se apodera de mi alma. Me embarga la aflicción si no predico el Evangelio” (I Corintios 9:16). Pero ¿cuál es la necesidad que se apodera de su alma? Me parece que es debido a algo que lo tocó muy profundamente y lo transformó por completo. Por lo tanto hay una responsabilidad, porque él vio y entendió algo extraordinario, entonces él es responsable. Uno a menudo encuentra en San Pablo dos aspectos completamente diferentes luchando el uno con el otro, la gran batalla entre “el espíritu y la carne”. Y él dice: “Vivo, aunque ya no yo, más Cristo vive en mí” (Gálatas, 2:20). Este es un aspecto de San Pablo, cuando está en ese modo de conciencia no dice casi nada que no sea de nivel angélico, particularmente obvio en su primera carta a los corintios en la cual habla sobre el amor (I Corintios, 13). Es un himno al amor, que no tiene igual en ningún otra obra de literatura en el mundo, de la cual tenga conocimiento. Por otro lado, es obvio que él tiene una gran lucha consigo mismo, dado que él dice que existe la ley que reside en sus miembros, que no quiere obedecer la Ley de Dios o la Ley del Espíritu. Comprende muchas cosas en su mente, pero su carne es renuente y en ello hay un gran conflicto (Romanos, 7:22-24). Debería enfatizar simplemente que él tiene un carácter muy fuerte. Cada vez que está dominado por el espíritu de Cristo expresa: “No existe judío, ni griego, ni circunciso ni no circunciso, ni hombre ni mujer, que no sea uno en Cristo” (Colosenses, 3:10-11). Cuando está en su otra actitud, entonces es un partidario de la disciplina, formulando lo que es correcto hacer, si las mujeres deben usar sombrero en las iglesias o no. Entonces él muestra una comprensión muy tradicional de todo esto y una manera muy tradicional de enfatizar que fue Eva quién transgredió, no Adán, y por lo tanto a las mujeres no se les debe dar una posición elevada. “Que las mujeres permanezcan en silencio en las iglesias, porque no tienen permitido hablar; sino que tienen que ser sumisas, como la ley también lo dice. Y si quieren aprender algo, que le pregunten a sus propios maridos en su casa, porque es vergonzoso para la mujer hablar en la iglesia,” dice San Pablo (1 Corintios, 14:34-35). Si ellos hubieran hecho esto en la Sociedad Teosófica, no hubiéramos tenido ni a HPB, ni Annie Besant, y ¡ninguna de las muchas mujeres excepcionales! Pero estamos hablando de dos San Pablo o de dos niveles en él, uno que está prácticamente dominado por Cristo y hay extraordinarios y sorprendentes ejemplos de esto en sus cartas a los corintios y a los gálatas. No obstante, cuando está en el otro modo es muy tradicionalista, afirmando cuál es la posición del hombre, el lugar de la mujer, y da la impresión de ser casi un completo misógino en esas declaraciones. Hay una actitud muy puritana que se revela en él. San Pablo es la primera persona importante en la tradición judeo-cristiana que hace una muy aguda distinción entre eros y agape. Aún entre los primeros Padres de la Iglesia esta distinción no se hace tan radicalmente, en parte porque la palabra eros incluye todos los niveles de amor. Por ejemplo, Sócrates habla sobre eros como también lo hace uno de los más grandes Padres de la Iglesia, quien desafortunadamente luego fue declarado hereje, Orígenes. Aún él invoca a Jesucristo refiriéndose a él como “Oh Eros”. Como recordatorio, eros es el fohat fundamental en la literatura teosófica. Pero San Pablo hace una división muy radical dentro de todo el campo de eros, entre los niveles inferiores de aquel, sus aspectos eróticos, llamándolo sólo eros, mientras que al amor más espiritual lo llamará agape. Pienso que esta distinción drástica surge de sus sentimientos puritanos sobre todo este tema.
PO: Has mencionado su experiencia en el camino hacia Damasco, y yo quería sólo leer de Hechos de los Apóstoles (26:13), que contiene su propia descripción del suceso. Él le está hablando al Rey Agripa, que de alguna manera lo estaba entrevistando, porque ellos querían saber quién era él, ya que algunas personas pensaban que él estaba haciendo fechorías, etc. Esta fue su descripción: “Al mediodía, O rey, vi en el camino una luz proveniente del cielo, más brillante que el sol, que resplandecía alrededor mí y de los que viajaban conmigo.” Era obvio que no era un fenómeno físico. “Una luz más brillante que el sol.” El texto de las escrituras dice que otros vieron esta luz pero no participaron en la experiencia porque una voz salida de la luz le habló y dijo: “Saúl, ¿por qué me persigues?” En ese momento él era un cazador profesional de cristianos, y de repente vive esta experiencia. Cuando pregunta por la identidad de esa voz, se le dijo que era Jesús. Esto es importante porque los evangelios Gnósticos genuinos afirman que Jesús instruyó a sus discípulos por más de once años después de su muerte física. ¿Por qué una experiencia transforma completamente a una persona? ¿Por qué nosotros, y muchas personas en el mundo, pasamos por muchas experiencias y no nos transformamos? En el caso de Buda, sólo le llevó ver un pordiosero al lado del camino, un mendigo, alguien en tremenda miseria, un indigente. Esa experiencia fue suficiente para él para encontrar la determinación en sí mismo de buscar la causa del sufrimiento. Krishnamurti dijo una vez: “¿Por qué la gente piensa que sólo A, B, C o D pueden ser gurús? ¿Por qué la vida misma no puede ser el gurú? La vida significa todas las relaciones, todos los contactos, no sólo los contactos humanos, sino todos los contactos. Si la conciencia es receptiva, quizás la experiencia deja de ser sólo una experiencia ordinaria para ser algo transformador.
En su carta a los Efesios (3:8,9), se refiere a su responsabilidad de predicar el evangelio como un “mandato del espíritu”. No es necesariamente una responsabilidad moral, sino que quizás era parte de su conexión con Dios. Escribió:
A mí, que soy menos que el más pequeño de los santos, se me ha dado esta gracia, que debo predicar entre los gentiles las riquezas inescrutables de Cristo, y hacer que todos los hombres vean cuál es la comunidad del misterio, que desde el comienzo del mundo ha estado escondido en Dios, que creó todas las cosas por Jesucristo.
La búsqueda espiritual es necesaria para el alma. No obstante, siempre habrá en ella un elemento trascendente que la mente nunca puede llegar a entender porque el Espíritu es insondable. En las palabras de Meister Eckhart, “el alma tiene en su interior un abismo, una dimensión increada”, que es el campo donde esta experiencia transformadora, el nacimiento de Cristo, se lleva a cabo. Es una conciencia nueva, significativamente descripta por San Pablo como “la comunidad del misterio” (Efesios, 3:9).
RR: Quizás quieras agregar una cita del mismo San Pablo, que “nos volvemos miembros los unos de los otros” (Efesios, 4:25).
PO: Sí, él dijo en sus cartas a los romanos (12:4,5): “Pues así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función: así nosotros, al ser muchos, somos un cuerpo en Cristo, mas todos somos miembros los unos de los otros.” Estamos relacionados con los demás, incluyendo a aquellos con los cuales nunca nos encontraremos. Esta es una enseñanza muy radical. En la misma carta él dice: “Ninguno de nosotros vive para sí mismo, y ningún hombre muere para sí mismo.” El misterio de la vida es la relación.
RR: Para San Pablo la experiencia total de Cristo es espiritual. En ninguna de sus cartas muestra el más mínimo interés en ningún detalle histórico, físico o material respecto a Jesucristo. Este es el testimonio más antiguo de Cristo que tenemos, cerca de treinta y cinco o cuarenta años luego de su muerte y no hay absolutamente ningún interés por parte de Pablo en ningún detalle histórico, físico o material. Encuentro esto completamente desconcertante. ¿Cómo lo ve usted?
PO: Si usted lee las cartas, él difícilmente menciona el nombre “Jesús”, la mayoría de veces se refiere a Cristo. Algunos eruditos han dicho que fueron los viajes de Pablo lo que realmente colocó los cimientos para la existencia permanente de la Iglesia. En algunas cartas se menciona que él partió el pan y bendijo el vino con la comunidad. Pero es un hecho, que él no demostró demasiado interés histórico. ¿Se debe a que para él Cristo no fue un personaje histórico sino una realidad diaria? En su carta a los Romanos (6:3,4), él dijo:
¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Por tanto, hemos sido sepultados con Él por medio del bautismo en la muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una nueva vida.
Quisiera mencionar mi pasaje favorito de las cartas de San Pablo. Es quizás una de las descripciones más sinceras, inspiradoras y hermosas que podemos hallar de la condición humana. Es a los Corintios (13:12): “Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como también he sido conocido.” Lo que pensamos que es visión clara en nuestra conciencia ordinaria es como la visión a través de unos lentes oscuros, porque la actividad auto-centrada no nos permite ver claramente. Para San Pablo, la visión verdadera es cara a cara, es un encuentro. O como Martin Buber escribió: “Al comienzo hay relación.” Y entonces Pablo dice, “ahora conozco en parte”. Si sólo tuviéramos el coraje de darnos cuenta que todo nuestro conocimiento, cualquiera sea, es fragmentario. “Pero entonces conoceré plenamente, como también he sido conocido”, lo cual implica plenitud, totalidad.
RR: Esta es una indicación de la razón de nuestra amistad porque esa es exactamente la parte que he elegido como mi favorita. Sin embargo, hay un verso antes y uno después de ese, por lo tanto leeré el pasaje completo (1 Cor. 13:11-13):
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño. Porque ahora vemos como a través de un espejo, veladamente; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como también he sido conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
Señalaría un aspecto importante en este comentario: es menos importante que yo, como soy, conozco; más importante es que seré conocido por un nivel más sutil dentro de mí.
RR: ¿Por qué fue elegido? Tenemos la opinión de que si alguien se arrepiente de sus malos actos, entonces será perdonado. En realidad, a menudo en la interpretación cristiana ordinaria, aún la de la Biblia, este el punto que se enfatiza. De modo que te arrepientes, entonces Dios te perdonará. Pero me he convencido que hay en realidad algo un poco diferente en los dichos de los Evangelios. Se ven muchos relatos, incluso la de una mujer atrapada en adulterio y de otra mujer que era enjuiciada, etc. Cristo primero perdona, luego el pecador se arrepiente y vive una vida diferente. San Pablo, como dijiste, es muy intenso en su persecución a los cristianos. Pero es mi impresión que Cristo lo perdona, lo cual es la razón de por qué San pablo se arrepiente completamente. La palabra griega para arrepentimiento es metanoia que literalmente significa “dar un giro de ciento ochenta grados”, lo cual es exactamente lo que él hace. El perdón es transformador para el que actúa mal.
PO: Quizás hay una respuesta a tu pregunta en los Hechos de los Apóstoles (9:15). Cuando él tuvo esta profunda experiencia, él fue llevado a la casa de Ananias que conocía su reputación de ser un perseguidor de los cristianos y que le dijo al Señor “mucho daño él ha hecho a tus santos de Jerusalén”. Y esta fue la respuesta que recibió Ananias del Señor: “Sigue tu camino: porque él es un vaso elegido para mi, para llevar mi nombre ante los gentiles, y reyes, y los niños de Israel.” Por lo tanto Cristo eligió a Pablo.
RR: Para reafirmar lo que acabas de leer, todos los discípulos o apóstoles de Cristo fueron judíos y hubo un movimiento muy fuerte entre estos discípulos, particularmente de Santiago, que es considerado por los eruditos como el hermano mayor de Cristo, para sostener esta enseñanza que Cristo sólo vino para los judíos. Pero fue San Pablo, y poco tiempo después, Pedro, quien sugirió que esta enseñanza no está limitada sólo a los judíos, que es para todos, como todos somos uno en el Espíritu, como si el espíritu elegido, Cristo, deseara que este mensaje fuera más universalmente conocido o transmitido. Entonces se ve que San Pablo sería la elección correcta para esto, porque ninguno de los otros discípulos parecía tan entusiasta en hacerlo.
PO: Hay quizás otro elemento en juego aquí, cuando se dice que detrás de todo gran santo hay un gran pecador. Las vidas de San Agustín tanto como de San Francisco de Asís vienen a mi mente con respecto a esto. ¿Es porque un pecador tiene mucha energía para usar? Tu mencionaste la palabra “intensidad”. Esto es lo que San Pablo dice en su carta a los Romanos (8:38,39):
Porque estoy persuadido, que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni los poderes, ni cosa alguna ahora, ni cosa por venir, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra criatura, será capaz de separarnos del amor de Dios, que es en Cristo Jesús nuestro Señor.
RR: Podemos menospreciar la pasión si sólo pensamos en ella en términos de aquellas pasiones nocivas que nos degradan. Por otro lado, la pasión es simplemente una intensidad del corazón. A menos que ésta exista es muy difícil imaginar que uno pueda lograr algo.
PO: Ellos la llaman en sánscrito ātma-śakti o energía del alma. De acuerdo con Annie Besant, Giordano Bruno también tenía esta intensidad del alma.
PO: Muchas feministas consideran a San Pablo responsable de la posterior condición de las mujeres por toda Europa y en el mundo. Él se auto titulaba el “maestro constructor” que es alguien que dirige la construcción de una estructura, en su caso el constructor de la incipiente comunidad cristiana. Además de la primera estructura de obispos, sacerdotes y diáconos, hubo diaconisas, dos de las cuales trabajaron muy estrechamente con él. Mi propia comprensión de esto es que él mantuvo el orden social existente de su época, mientras que para nosotros actualmente, al vivir en el siglo veintiuno, decirle a una mujer que ella debe obedecer a su marido y quedarse en la casa, es bastante inaceptable. La tragedia es que la condición de las mujeres no ha cambiado esencialmente mucho, no sólo en esa parte del mundo, sino tampoco en Asia. Leí que ciertas estudiantes católicas estuvieron más o menos de acuerdo con las limitaciones de San Pablo en este asunto.
RR: En el caso de Cristo, es realmente obvio que hubo discípulas que viajaron con él y que recibieron enseñanzas de él. Al pasar del antiguo al Nuevo Testamento, sería más apropiado decir que uno se mueve de Dios el Padre a Dios la Madre. Existe ese cambio completo de sentimiento, pero a pesar de todo esto Cristo sigue refiriéndose a Dios como Padre debido al uso tradicional. Aún los grandes revolucionarios están más o menos limitados, en parte debido a que ellos, después de todo, les hablan a personas que también tienen que escucharlos. Pienso que Pablo tiene en sí mismo al menos dos niveles: uno es el reformador social, y aún dentro de ese nivel, él está muy ocupado en la manera correcta de vestir, el lugar de las mujeres, o su ausencia, o cómo la iglesia debería construirse o no construirse, todo eso. Pero para mí esa es una parte secundaria de su enseñanza. No deberíamos molestarnos siquiera con San Pablo si eso es todo lo que él hizo. La razón por la cual realmente lo leemos, no sólo nosotros, sino por qué sus cartas están incluidas en el Nuevo Testamento, es que cuando él hablaba desde ese otro nivel, claramente trascendía cualquiera de las limitaciones ordinarias humanas. ۩
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