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El Teósofo - Órgano Oficial de la Presidenta Internacional de la Sociedad Teosófica
Vol. 134 - Número 01 -  Octubre 2012 (en Castellano)

 
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El gran Tirukkural y

las enseñanzas teosóficas

  

S. RAMU

(Gerente de la Editorial Teosófica -TPH-  en Adyar)

  

La Biblioteca y Centro de Investigación de Adyar publicó su propia y gran edición del Tirukkural, con la traducción al inglés. El editor dice en el prefacio:

 

El Tirukkural de Tiruvalluvar (el autor c. AD 1) es la obra más popular, inspiradora y destacada sobre ética general, principios políticos y la feliz vida de matrimonio. Es la mina más grande de sabiduría en Tamil y un regalo de Tamilnadu para el mundo. Está a la par del Bhagavadgitâ y el Dhammapada.

 

   La belleza del Tirukkural se aprecia en la vigorizante presentación de muchos elementos de profunda sabiduría prolijamente organizados en 10 coplas, cada una bajo 133 capítulos-temas, totalizando de este modo 1330 coplas. ´Tiru´ es el prefijo auspicioso en Tamil para todo lo reverenciado o respetado, y Kural es el metro de la copla adoptado en esta obra. Existen muchos Kural-s que se refieren a la sabiduría del mundo, pero no me referiré a ellos en este artículo ya que el propósito de este estudio es considerar los aspectos de sabiduría espiritual.

   En Tamil, la letra ´´ (como A en español) es el primer alfabeto, y todas las otras letras parece que se derivan de ella. El primer Kural en el capítulo de la invocación expresa que, al igual que ´´ es el origen de todas las otras letras, existe un Âdi Bhagavân, origen del universo, que refuerza de este modo el mensaje teosófico de la unidad de todo que se origina en una sola fuente divina. El sexto Kural en este primer capítulo expresa fresca y claramente que esa inmortalidad (que trasciende todas las limitaciones) es sólo para quienes acallan sus cinco sentidos y huellan el sendero de la verdad y la rectitud. En el Kural 21 del Capítulo 3, Tiruvalluvar se refiere a la grandeza de la renunciación como la cualidad suprema una que toda escritura afirma.  

   Los diez Kural-s en el Capítulo 4 (bajo el título: Dharma) muy enfáticamente hacen muchas afirmaciones inspiradoras sobre la importancia de dharma de modo justificable. El autor comienza desafiando al discípulo para que conteste si existe algo superior al dharma. Dharma asegura todo lo demás que es digno de ser alcanzado. En el próximo Kural, responde la pregunta que nada es más elevado que dharma y olvidarlo es causar el mayor daño. El resto de los ocho Kural-s dan mensajes mucho más inspiradores sobre dharma: practica el dharma en toda ocasión y en todo momento, aprovecha cada oportunidad para hacerlo; el dharma es pureza mental, todo lo demás es una exhibición pomposa; la conducta que evita todo deseo, ira y comportamiento ofensivo es dharma; el dharma nunca falla, y se mantiene incluso después de la muerte, y uno debe practicar el dharma ahora y no posponerlo; el dharma efectivamente evita el renacimiento; la verdadera felicidad surge sólo del dharma y todo lo demás conduce al sufrimiento; nuestra ley (dharma) debe ser hacer el bien y no hacerle daño a nada.

   El Capítulo 8 está dedicado a la Generosidad Amorosa, la cualidad más importante de la Fraternidad desde el punto de vista de un teósofo. Se dan a continuación algunos ejemplos de expresiones sobre la bondad amorosa: “Quienes están llenos de sí mismos no pueden amar. (“El amor está donde el yo no está”, J. Krishnamurti); el propósito de la evolución durante muchas encarnaciones es la realización del amor; la dicha del cielo sólo es el fruto de la vida recta arraigada en el amor; no hay provecho de nuestra conducta externa si nuestro corazón carece de amor; si el amor no mora en ti, eres sólo un puñado de huesos cubiertos de piel.” En algún otro lado se mencionan a la humildad y al amor como los únicos verdaderos tesoros.

   El Capítulo 11 tiene muchas afirmaciones enérgicas sobre la gratitud y la disposición a ayudar sin esperar nada a cambio. El Capítulo 12 trata sobre la equidad. En este capítulo se hace énfasis sobre la imparcialidad como un elemento necesario de la equidad, mantener el equilibrio sin pensar en la prosperidad o la adversidad para sí mismo; la ruina producida incluso por un pensamiento injusto, a los sabios se los conoce por ser como un balanza bien equilibrada y por tratar los derechos de los demás como los propios.

   Ningún estudiante de Teosofía habrá omitido estudiar la importancia del auto-control en su conducta mental y en la acción, dada por el Maestro. El Capítulo 13 trata del auto-control, aunque generaliza un poco, a diferencia de la forma de auto-control que se da en A los Pies del Maestro. Pero la esencia es la misma y el énfasis en el Tirukkural es sobre auto-control en general, con una referencia adicional al control de la lengua (el habla). Tiruvalluvar incluye la virtud de “retraerse de los cinco sentidos como una tortuga” (Gitâ) como parte del auto-control. Nuevamente, el Capítulo 14 trata la recta conducta de modo general. La armonía es un elemento esencial de la Fraternidad y nadie cuya relación esté marcada por la desarmonía puede afirmar ser un verdadero estudiante de Teosofía. Tiruvalluvar expresa que incluso las personas eruditas que no pueden moverse en armonía con el mundo son sólo eruditos tontos. El Capítulo 16, aunque con el título “Paciencia”, también trata las virtudes relacionadas: entereza, perdón, tolerancia y paciencia. Aquí un inspirador Kural es muy iluminador, y dice que al igual que la tierra soporta y mantiene a quienes cavan en ella a cualquier profundidad, deberíamos tolerar a quienes nos injurian, y agrega que el perdón es la virtud suprema. Los estudiantes de Teosofía a menudo se les advierte sobre la envidia, como un peligro contra el progreso. De modo general el Capítulo 17 trata la virtud de la liberación de la envidia. Un mensaje que se da en Kural 165 es “los envidiosos no necesitan enemigos para su derrota porque en su propia envidia tienen al más poderoso adversario”, y las acciones del sabio nunca están influidas por la envidia. La mitología hindú sostiene que la diosa Lakshmi otorga la fortuna, esta diosa surgió como una de las muchas consecuencias auspiciosas de la “Turbulencia del Océano Lácteo”; y la desgracia proviene de “Moodevi” que emergió antes que Lakshmi, como una de las muchas cosas poco propicias, y es llamada sarcásticamente la hermana mayor. Un Kural en este capítulo dice que la diosa Lakshmi deja al envidioso al cuidado de su hermana mayor. Por supuesto, la turbulencia del Océano Lácteo debería considerarse simbólicamente como la turbulencia de nuestra consciencia (chit) en la introspección, etc., para eliminar sus contenidos impuros y purificar chit. (También: “Los contenidos de la conciencia constituyen lo que la conciencia es”, J. Krishnamurti).

   La calumnia y la murmuración son peligros conocidos de los que hay que cuidarse, que se le hacen notar a los estudiantes de Teosofía. El Capítulo 19 condena la calumnia y la murmuración de modo inequívoco. Tiruvalluvar incluso contradice su afirmación anterior respecto a hablar dulcemente, cuando expresa aquí que hay que hablar de frente acremente antes que caer en la calumnia licenciosa. Él es muy directo en este capítulo al hacer muchas afirmaciones severas, tales como: “Podemos ser culpables de muchos actos indebidos, pero nadie debería ser culpable de permitirse calumniar a otra persona; el pecado más cruel de todos es la sonrisa falsa de un calumniador.” Tiruvalluvar comparte toda su angustia respecto a la calumnia cuando dice en el último Kural en este capítulo: “Cómo puede la Madre Tierra soportar a los calumniadores, ¡tal vez su virtud sea una gran paciencia!”

   El verdadero teósofo es un filántropo. El Capítulo 23, aunque con un título general, “Generosidad”, trata las virtudes de la caridad, como la dicha de calmar el sufrimiento de los demás por medio de la filantropía; y condenar la avaricia no es ayudar al necesitado y al pobre. De modo enérgico, Kural 226 dice que cuando ayudas al pobre indigente, es caridad ofrecida a ti mismo (tal vez, implica karma noble).

   No existe la Teosofía o cualquier otra sabiduría si no hay compasión. El Capítulo 25, con el título “Compasión”, trata nuevamente la compasión de modo general, pero hay algunos mensajes inspiradores. Una de tales afirmaciones es “la compasión es el eje central de todos los principios”; otras son: “libertad del temor al pecado es sólo para quienes son compasivos con todos los seres vivos”, y “quienes no tienen sentimientos son los no redimidos”.

   El Capítulo 26 tiene muchas cosas para decir sobre la abstinencia total de comer carne, que debería inspirarnos aún más para difundir las virtudes del vegetarianismo. Tal vez, continuando con un capítulo anterior, un Kural dice aquí que los carnívoros no pueden ser compasivos. El autor hace una pregunta y define al pecado como “¿qué es pecado sino comer carne?” Un Kural dice “te das cuenta que la carne se obtiene hiriendo, y si lo ves, no puedes hacer otra cosa que abstenerte de comer carne”. Kural-s que deberían ser alentadores para los estudiantes de Teosofía son los que dicen: “Mucho más noble que miles de ofrendas, es abstenerse de comer carne”, y “Todo el cosmos juntaría sus manos en reverencia ante quien no mata y renuncia a la carne.”

   No hay religión (Dharma) más elevado que la verdad. El Capítulo 30 está dedicado a la “Verdad”. Algunos mensajes interesantes en los Kural-s aquí son: “Practica la Verdad, no necesitas practicar nada más”, “La Verdad nos conduce a todas las otras virtudes”, “El agua limpia el cuerpo, la Verdad purifica el alma”, “La Verdad es la única lámpara que se necesita”, “En todas las escrituras que he leído, la Verdad es la mayor virtud”.

   La renuncia al ego es una cualidad básica y nunca podemos pensar que se enfatiza demasiado para vivir una vida teosófica. El Capítulo 35 claramente trata de la importancia de la anulación del yo y de eliminar los apegos. Tiruvalluvar señala que el sufrimiento se apodera de los hombres por el deseo, a menudo ocasionado por nuestros apegos, y el sufrimiento cesa con la renunciación. Hasta que uno no los abandona, se ve involucrado en infinitos nacimientos y muertes. Él también alienta la renuncia desde temprana edad, destruyendo así el mito de asociar la vejez con la renunciación, el sometimiento de los sentidos y el abandono de todos los deseos. “Mata el deseo”, enseña la Teosofía. Un Kural aquí expresa que el apego conduce a la engaño. Otro mensaje firme es excluir el “yo” y lo “mío” para entrar a la morada de los dioses. Un Kural también alienta a buscar la compañía de quienes están libres de deseo y se han liberado a sí mismos de los apegos. El Capítulo 37 está dedicado a la “Destrucción del Deseo”.

   “El verdadero Conocimiento” que debe buscar un teósofo, es el título del Capítulo 35 del Tirukkural. Tiruvalluvar se dirige directamente al punto compartido por los teósofos, cuando expresa: “De la ignorancia que hace que las cosas irreales parezcan engañosamente reales, surge el desdichado ciclo de nacimientos.”

   La primera de las tres secciones del Tirukkural, que tratan de Dharma, finaliza con el Capítulo 38 que tiene como título “Sino” (o Destino). Al haber dicho todo lo que tenía para decir con respecto a usar nuestros propios esfuerzos en practicar el Dharma, Tiruvalluvar no descarta las fuerzas invisibles e incognoscibles que están más allá de la inteligencia y de los esfuerzos humanos.

   La segunda sección del Tirukkural, desde el Capítulo 39 al 108 se refiere a la sabiduría mundanal para todos: reyes, ministros, nobles, líderes, administradores, comerciantes, sanadores, y muchos otros.

   La tercera y última sección, desde el Capítulo 109 hasta el 133, cubren ampliamente los elementos de la relación conyugal; algunos Kural-s contienen un toque de sensualidad, interesante y útil para quienes buscan satisfacción de este tipo.

   El Tirukkural intenta ser útil para todos aquéllos que desean comprender los tres Purushartha-s: Dharma, Artha (material) y Kâma, de acuerdo con una tradición Inda que hace referencia a este Trivarga de la vida sobre la Tierra, dejando de lado principalmente a Moksha para quienes están inclinados hacia el nivrtti mârga.

 

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